Corrí desesperado hacia Abby, no entendía que sucedió se supone que Rafael y yo la salvamos.
Abby sangraba mucho y agonizaba de dolor en el suelo cuando la moví para ver la herida vi en su espalda a la altura del corazón una especie de daga su hoja era muy rara, tenía filo pero era hueca lo que hacía que la sangre se vertiera por ella como si fuese un caño de agua. Iba a sacarlo pero un grito ahogado de Jack me detuvo.
-No!-Exclamó-Eso solo lo empeoraría todo! Conozco ese tipo de daga, las llaman drenadoras y su punta es como una flecha si la sacas desgarrarás el corazón de Abby.
La escena era horrible Amiel lloraba abrazada a Zamaliel, Rafael estaba como paralizado con cara de espanto Jack solo sostenía a Abby para que no se ahogara con la sangre y Lucien lloraba en silencio.
-Por qué no hacen nada que les pasa!?-Les gritaba desesperado.
-Hagan algo se muere maldición!
-No se puede hacer nada.-Soltó Jack con voz quebrada.-La drenadora es un arma maldita su herida nunca cierra.
Ciando dijo eso se me cayó el alma al piso. Estaba desesperado no podía nada.
Me acerqué a Abby.
-Ey no llo...res.-Dijo Abby en un susurro.-li...bera... mi alma como un sag...rad...o... Lu...Lucien sa..be c...com...o.
Dicho esto sus ojos se fueron cerrando y se desvaneció.
Lucien corrió hacia nosotros, yo no podía dejar de llorar Jack me tomó del brazo y me apartó, cuando se lo proponía se le daba bien el papel de padre. Me abrazó para tratar de contenerme pero yo no podía más.
-Lucien ahora ya no hay más tiempo.-Dijo Zamaliel.
Acto seguido el mago blanco sacó la esfera de cristal del bolso de Abby.
-Nakrim dumond asuritt nalié Oracul nari ett umme.
El mago recitó el conjuro y el alma de Abby salió de su cuerpo directo a la esfera, pero antes de desaparecer dentro de ella de la luz se oyó la voz de Abby:
-rubia melena de León, azules cristales marinos, blanca nieve y rojo vestido; luego desapareció.
-Recuerda eso que dijo. Es la descripción del nuevo sagrado representante de los oráculos; no debe estar lejos-Dijo Rafael.-Su descripción fue muy exacta.
-Que haremos con el cuerpo de Abby?-Pregunté aún llorando.
-La naturaleza la honrará. No te preocupes por el cuerpo de ella, ha servido con valor y determinación merece gran honra. -Dijo Amiel entre sollozos.
-No quiero sonar insensible pero debemos irnos y encontrar a esa persona o no podremos hacer nada.-Habló el ángel.
-Adónde vamos a ir si ni siquiera sabemos donde esta el sucesor?
-Pregunté.
De pronto un brillo iluminó el cuerpo de Abby.
Se encendió en llamas pero no se consumía, el fuego se precipitó y una enorme ave de fuego apareció.
-Nunca pensé que vería esto.-Dijo Zamaliel con asombro.
-Qué es esto?-Dije.
-Querrás decir quién.-Habló el lobo.
-Es Fiaratel el fénix.-Contestó Lucien. Él nos guiará al sucesor, al menos al lugar donde se encuentre y allí, bueno, ahí dependerá de nuestro ojo.
El cuerpo de Abby comenzó a ser envuelto en una enredadera y brotaron hermosas flores de ésta. -Muchacho debemos irnos este lugar no es seguro, no olvides que esto son las tierras del norte así que pongámonos en marcha. Dijo el lobo.
-Hasta pronto amiga.-Dije secando mis lágrimas y partimos.