-Lo más cercano que hay aquí es la aldea Kuarim.-Dijo Amiel.
-Existe algo aún en aquel lugar? Según se solo son ruinas de una aldea de hadas.-Preguntó Zamaliel.
-Eso se supone pero no hay nada en la dirección que el fénix voló, solo bosque y Kuarim.-Respondió el hada.
-Entonces allá iremos, confiemos en el fénix.-Dijo Rafael. -Aunque nunca le habíamos visto sabemos que está de nuestro lado.
-Ilai estás bien? No has hablado desde que partimos.-Preguntó Jack con preocupación.
-Aún no logro asimilar la muerte de Abby. Simplemente no lo acepto.-Dije con tristeza.
-Miren, el lobo se comporta como todo un padre.-Bromeó el vampiro tratando de quitar el triste ambiente.
-Mejor calla o beberás sangre con una sonda.-Le riñó el lobo.-El chico de verdad esta mal.
-Ilai, se que es doloroso.-Dijo el ángel.-Encontraremos la forma de remediar esto.
De pronto ramas sonaron cerca de nosotros.
Tomé un pequeño cuerno de mi bolsillo y lo hice sonar, aunque inaudible al oído humano, alguien si escuchó.
Entre los árboles comenzó a divisarse una sombra sobrevolando, Zokur descendió justo a mi lado y emitió un "balironeo" (así le puse yo a su peculiar balido ronroneo).
-Qué fue ese sonido?-Preguntó Rafael casi en un susurro.
-Shhh. Alguien nos observa.-Dijo Jack.-Hace rato sentí su olor.
-Amiel harías los honores?-Dijo Lucien con una sonrisa sarcástica.
-Todo un placer.-Contestó la chica moviendo las alas y dejando salir un polvo dorado de ellas.
Acto seguido sopló un viento recio y desde un árbol una chica cayó colgada de una rama.
-Es de muy mala educación espiar a las personas!-Exclamó Amiel.
Envuelta en una liana yacía colgada una chica encapuchada.
-Sikaer.-Dije al tiempo que tomaba la pluma que se transformó en cetro-daga de inmediato.
-No me mates por favor no!
-Lloriqueo la chica atada cabeza abajo.
Corté la liana dejando que cayera al suelo.
-Aayyy! Que tipo desagradable, no te enseñaron a tratar a las mujeres?-Dijo la chica molesta.
-Lo siento eras una? No sabía que había detrás de esa capa roja, caperucita.-Respondí con burla.
Amiel quitó las lianas de la chica y esta se quito la capucha dejando ver una dorada cabellera.
Sus ojos azules como el mar y su piel blanca nos recordaron de inmediato la profecía de Abby antes de morir.
No pude evitar sonreír.
-Acaso tengo algo gracioso?-Dijo con furia la chica.
-Siendo franco, tu carácter de niña mimada.-Respondí molesto.
-Quién eres niña?-Dijo el lobo.
La chica se levantó con una velocidad increíble y asestó una patada en el estómago de éste.
Cuando hizo eso Jack salto hacia atrás tomando forma de lobo casi al instante.
La chica se asustó pero no le impidió reaccionar. Su cabello se precipitó y al instante a su alrededor cartas como de tarot se materializaron frente a ella.
-Alejense no quiero hacerles daño, vayanse de mi hogar demonios!-Exclamó la chica.
-Si mal no recuerdo eras tu la que nos seguía y nos atacó.-Dije.
-Que harías tu en mi lugar si escuchas que se dirigen a tu aldea 6 demonios.-Pregunto la chica.
-Bien para empezar no somos demonios. -Dijo Zamaliel.-Se nota que nunca has visto a uno.
La chica se quedó atónita mirando al ángel, como si antes no hubiera reparado en él.
-Se que es impresionante así quedé yo cuando lo vi también; mi nombre es Ma...Ilai.-Dije razonando que era la primera vez que yo mismo me nombraba así.-Y soy un brujo no un demonio.
-Como mi abuelo.-Dijo la chica bajando la guardia.-Soy Dyna y no soy bruja.
-De veras?-Dije sarcástico.-Ya lo se, eres un oráculo. Ahora, Lucien no sabía que los oráculos podrían ser descendientes de brujos.
-Hijo, todos lo somos.-Respondió el mago.
-Bien y ustedes que son? podrían explicarme?-Preguntó Dyna.
-El lobo es Jack, el vampiro, Rafael, el hada Amiel, el ángel es Zamaliel, el mago blanco es Lucien y yo Ilai como te dije.
Somos los guardianes sagrados, representantes de cada raza unidos para enfrentar a mi demente, trastornado y malvado tío.
No pude seguir hablando cuando dije esa última frase Dyna me interrumpió enseguida.
-Acaso dijiste tu tío?-Preguntó con cara de sorpresa.-Nunca pense que esa historia fuera real, creí que era la demencia de mi abuelo.
-Espera un segundo quién es tu abuelo?-Preguntó Lucien.
-Órunua, el mejor cocinero de la aldea.-Respondió Dyna.
-Espera, espera, espera, de que aldea hablas?-Preguntó Amiel extrañada.
-Kuarim claro esta.-Respondió ésta.
-Debo verlo él tiene algo para mi. -Dije y todos me miraron extrañados.-Mi madre dejo dos objetos con él y es mejor nos apresuremos por cualquier inconveniente.
-Eso suena a problemas!-Exclamo Dyna.-Síganme es por aquí.