El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los dias habian pasado completando ya dos semanas, todos se encontraban de regreso en casa intentando sobrellevar aquella tragica situacion.
Eureka era obviamente fue la mas afectada, el ver como la torre Prisma perdia su majestuosidad le dolia demasiado ademas de sumarsele la desaparicion de su hermano.
Aun asi no podian dejarse caer por lo que en lugar de lamentarse comenzarian a crear soluciones.
—Buenos dias.—Saludo Satoshi mientras ingresaba al comedor, como siempre el era el ultimo en bajar.
—Ya era hora de que despertaras, casi te pierdes el desayuno.—Dijo Takeshi burlon al notar que su amigo seguia manteniendo aquella mala costumbre.
—¿Lo preparaste tu?.—
—No, fue Sakitto.—
—No sabia que Sakitto cocinaba.—Solto Serena sorprendia.
—La comida que prepara Sakitto es muy deliciosa y siempre me sube el animo.—Respondio Cannellis con felicidad.
Todos comieron lo que el chico habia preparado, Maxinne por su parte al tomar la primera cucharada pudo notar algo.....familiar en el platillo.
—Chicos recuerden que hoy iremos a reparar la Torre Prisma.—Informo Cilan.
—Tienes razon, debemos de esforzarnos mucho.—Exclamo Serena con animos.
Una vez terminaron de comer todos se dirigieron a sus habitaciones para prepararse, todos excepto Maxinne, quien aun seguia hipnotizada con aquel platillo, una vez termino se levanto y agradecio a Sakitto, sin embargo este la detuvo.
—La noto muy pensativa, ¿Ocurre algo?.—Pregunto algo preocupado por la extraña actitud de la chica, apesar de no llevar mucho tiempo con ellos sabia que Maxinne era una chica alegre.
—No, solo recorde a alguien.—
—Entiendo, lo hice especialmente para ti.—Dijo mientras le daba unos panecillos.
—Mis favoritos, ¿como lo supiste?.—Pregunto con alegria y curiosidad.
—Y-yo.......... lo adivine.— Respondio nervioso, no habia mentido pero entonces ¿por que sentia que lo habia hecho?
—Muchas gracias, Sakitto.—Dijo con una sonrisa.
El chico miraba como aquella silueta delgada se alejaba para perderse en los pasillos, solto un pequeño suspiro involuntario y bajo la mirada.
—Debe de ser muy dificil para ti esta situacion.—Solto Cannellis saliendo de la nada, logrando asustar asi al chico quien seguia bastante metido en sus pensamientos.
—No entiendo por que me siento tan extraño cuando ella esta cerca de mi.—
—¿Que es lo que sientes exactamente?, ¿Curiosidad?, ¿Respeto?.......... ¿Amor?.—
