El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
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El tiempo transcurria y, apesar de que cada vez mas el cielo comenzaba a tornarse gris, Maxinne permanecia en el mismo lugar.
No tardaron mucho en aparecer la primeras gotas de lluvia, fue en ese momento que con gran pesar la entrenadora tuvo que retirarse, ademas sabia que su hermano probablemente estaba sufriendo un ataque de ansiedad por su ausencia.
Camino a paso lento, disfrutando de la hermosa vista que solo la magica ciudad podia ofrecer, inundando su rostro de agua fria y su mente de recuerdos hirientes.
Si tan solo el estuviera ahi, probablemente ya le hubiuese regañado por tan irresponsable accion.
Pero el no estaba ahi, y era algo que tenia que superar.
Asechando en la oscuridad y sin que la pobre y distraida chica lo notara, una desconocida figura vigilaba cada uno de sus pasos.
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—¡¿Que ustedes que?!.—Pregunte con fuerza, dejando que solo mi voz retumbara en el lugar.
—Ya te dijimos que no nos dimos cuenta cuando se separo de nosotros.—Respondio Sawyer por segunda ocacion.
Frente a mi se encontraban los causantes de mi sufrimiento, uno de ellos se encontraba con la cara pegada al suelo, se podia notar de lejos que aquello tambien le habia afectado.
Era bastante........sospechoso.
Pero en ese momento de extrema desesperacion no tenia cabeza para pensar en acusaciones.
Me gire hasta quedar frente al despreocupado peliverde de ojos azules, no entendia como ese monstruo de pequeña estatura podia estar tan calmado en estos momentos.
—¡¿Como pudieron perderla?! ¡Se supone que ustedes estaban con ella!.—Obviamente le reclame.
—Para empezar, Ma-Chan no es un perrito al que tenga que vigilar.—Solo atine a lanzar un quejido, por mas duro que sonara, Sawyer tenia razon.—Ademas, tienes que confiar mas en tu hermana, tal vez ella realmente necesitaba algo de tiempo a solas.—
Me quede mudo, era como si el juez fuera juzgado por el condenado.
¿Que clase de hermano soy?, no puedo ni siquiera darme cuenta de la sanidad mental de mi hermana.
