El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
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El día había llegado, Serena había recibido una llamada de Lem quien le aviso que Satoshi volvía a la región.
Obviamente ella se emociono demasiado comenzó a saltar en su cama mientras soltaba pequeños gritos de felicidad.
Ese día había llegado muy temprano a la capital, demasiado temprano según un adormilado chico.
-¿Enserio seguías dormido?.-Pregunto Serena mientras entraba al gimnasio.
-Bueno son las 3 de la mañana, llámame loco pero creo que la gente normal esta dormida a esa hora.-Respondió sarcástico mientras intentaba acomodar su despeinado cabello.
-Lo lamento, es que ¡estoy muy emocionada!.-Dijo Serena mientras daba pequeños brinquitos.
-Si ya lo note.
En ese momento se abrió la puerta del campo de batalla dejando entrar a una alarmada rubia quien tenia en sus manos un bate de béisbol.
Una vez mas tranquila se acerco para saludar a su amiga de una forma mas cercana.
-Tranquila, siempre me despierto a esta hora para prepararme e ir a trabajar al taller de mi padre.
-¿Decías?.-Soltó mientras miraba al chico.
-Bueno no es como si alguien viniese a retarme en la madrugada.-Volvió a excusarse para después ir a una pequeña cocina y preparar un desayuno para los tres.
Eureka y Serena se ponían al tanto de las cosas, pues a pesar de ser buenas amigas la distancia las había alejado bastante.
-¿Entonces no iras a recibir a Satoshi?.Pregunto Serena
-No, realmente me encantaría pero no puedo dejar el taller solo.-Respondió Eureka con algo de pesadez.
El tiempo paso relativamente rápido para los hermanos y lento para la francesa, dieron las cinco de la mañana y Eureka se tenia que ir.
-Nos vemos en la tarde, saluden a Satoshi de mi parte.-Se despidió mientras tomaba su bolso y el casco de su motocicleta.
La rubia finalmente se fue dejando a los dos entrenadores solos, el silencio invadió el lugar, después de todo Lem no era un chico de palabras y con el tiempo su seriedad solo aumento.
Serena le vio detenidamente, en dos años habían cambiado mucho, ella tenia de vuelta su larga melena, los hermanos por su parte habían cambiado demasiado.
Eureka ahora con 16 años tenia una hermosa melena corta, vestía bastante femenina a pesar de trabajar en un taller de reparaciones.
Lem con 17 años realmente había crecido demasiado, cualquier persona pensaría que el estar todo el día sentado diseñando, programando y creando le pagaría facturas en su físico, pero parecía que el desgraciado ignoraba las leyes de la anatomía, lo que mas denotaba era su cabello el cual lo llevaba recogido en una corta coleta, parecía que su aspecto no le importase en lo absoluto y aun así era el chico mas envidiado de toda Lumiose.
