El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
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—Creo que ya estamos fuera de peligro.—Soltó Steven mientras baja la velocidad.
—¿Por que hacen esto?, no debieron de arriesgar sus vidas para sacarme de ahí.—Dijo Bery mientras le dirigía una mirada llena de culpa.
—No digas eso, Sakitto se preocupo mucho por ti, ademas mereces tener una vida normal.—
—Pero yo no soy normal.—
—Claro que lo eres, todos lo somos.—
Los dos jóvenes caminaron hasta llegar a su destino, sin embargo una vez el campeón de Hoenn se disponía a entrar a aquella casa, la chica lo detuvo.
—Deberías de regresar....—dijo con la mirada baja.
—Tranquila, ya no deben de tardar.—
—Si no te das prisa........El lo va a matar.—
—¿Que?, ¿de que hablas?—
—No es momento de hablar ahora, te contare todo....pero primero ve por tu amigo antes de que sea demasiado tarde, y por favor......no lo juzgues, el no sabe lo que hace.—
No pudo si quiera preguntar por aquello, la luz proveniente del interior de la casa lo ilumino, alguien habia abierto la puerta.
—¿Steven, que haces afuera a estas horas?.........¿Quien es ella?.—Pregunto Maxinne quien se encontraba bajo el umbral de la entrada.
—Maxinne, ella es una chica que estaba perdida en el bosque le ofrecí quedarse, espero que no haya algún problema.—Explico Steven
—No claro que no, pero ¿por que estas tan nervioso?—
—No hay tiempo para eso, solo llévala a una habitación si quieres a la mía, ahora vuelvo.—dijo mientras salia corriendo.
En ese momento Bery sintió una fuerte punzada en el pecho, lo cual provoco que cayera de rodillas, cosa que alarmo a la albina.
—¡Oh por dios!, ¿estas bien?.—Soltó preocupada mientras se acercaba a ella y la ayudaba a levantarse.
—Si, no te preocupes.....solo es cansancio.—Respondió Bery.
—Ven déjame llevarte adentro para que tomes algo.—
Mientras tanto.......
—Dejame....—Soltó Satoshi con el poco aire que le quedaba
—Lo siento pero ya sabes mucho, no puedo permitir que hables....si te soy sincero disfrutare mucho hacer esto.—Dijo completamente fuera de si.
—¡Ray detente!.—
Sakitto había llegado justo a tiempo por lo que su presencia había llamado la atención del atacante.
—¡Tu no eres nadie para darme ordenes, ahora lárgate antes de que termine contigo también!.—Amenazo mientras aflojaba su presión contra el chico.
