El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
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Una mañana tranquila comenzaba a aparecer, lentamente cada integrante de aquel lugar comenzaba a despertarse gracias al aroma que parecia venir de la cocina.
—Buenos dias~.—Saludo Maxinne mientras se estiraba.
—¿Oye tu desde cuando te despiertas tan temprano?.—
—¿Que clase de ofensa es esa Nouven-San?.—Pregunto con un tono burlon e intentando aguantarse la risa.
El lider de gimnasio se giro rapidamente mientras miraba sorprendido a la chica.
Por algun motivo el escucharla decir su apellido de esa forma le causo un aumento en el pulso cardiaco.
Decidio seguirle el juego, despues de todo molestarla era todo un placer culposo.
Le entrego el plato con pancakes adornados con fruta fresca y crema batida, los favoritos de la albina.
Espero pacientemente a que ella disfrutara del primer bocado y tiro la primera bomba.
—profitez-en belle dame.—Dijo mientras se colocaba frente a ella y le miraba con aquellos profundos ojos azules.
Maxinne casi se ahogaba con su pancake, no entendia muy bien el frances, pero cuando escuchaba a Lem hablando ese idioma no podia evitar ponerse algo nerviosa y con la piel erizada.
El malvado rubio ante aquella reaccion, Maxinne seguia con las mejillas algo rosadas pues aquello le tomo por completo desprevenida.
—¡Eres un idiota!.—Reclamo mientras le arrojaba algo de crema batida.
—Lo siento, lo siento...pero tienes que admitir que te veias bastante graciosa.—Dijo aun entre risas.
Maxinne estaba que hechaba humo, ¿como le parecia gracioso causar esos efectos en ella?.
Siguio comiendo su desayuno, algo molesta pero intentando disfrutar el dulce sabor de sus pancakes.
Lamentablemente no pudo completar esa mision, pues podia sentir como alguien le miraba fijamente, levanto su mirada y lo vio, completamente enfocado en ella.
—¿Que ocurre?.—Pregunto algo confundida.
—¿Te gustaria salir conmigo?.—Solto aun con su mirada fija en la chica.
De nuevo casi se ahoga con su desayuno, ¿como podia preguntarle eso tan casualmente?
—Solo si tu pagas.—Respondio burlona intentando despistsr sus nervios.
—Genial entonces termina tu desayuno y ve a arreglarte.—
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