Capitulo 12.

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Un taxi se estacionaba en el patio frontal de la enorme casa, de este bajaron Lem y Satoshi quienes se veían algo serios.

Una vez Satoshi pago por el transporte se unió a su amigo mientras le regalaba una mirada de completa desaprobación.

-¿Que vas a hacer cuando Eureka se entere de esto?.-Reprocho mientras agitaba un sobre de papel.

En aquel sobre estaban los resultados de unos exámenes que le realizaron al rubio, aquello fue el motivo por el cual no lo dejaron salir del hospital.

- Ella no lo sabrá, yo jamás voy a usar eso de nuevo.-Respondió serio.

Satoshi realmente quería creer en su amigo, pero el ya no era un niño ahora sabia perfectamente lo que significaba la palabra "adicto", definitivamente un titulo que esperaba no se relacionara con Lem, pero a estas alturas no sabia que pensar.

Decidió dejar la conversación hasta ahí, después de todo no podía hacer mucho.

Una vez entraron al interior de la casa, pudo notar como Lem volteaba a todos lados como si estuviese buscando algo con bastante desesperación.

-Chicos al fin regresaron.-Dijo Miette quien se encontraba ayudando a los demás a dar los últimos toques de decoración.

-¿Todo esta en orden?.-Preguntó preocupada Eureka quien se acerco en cuanto escucho el anuncio de la peliazul.

-Si, solo querían asegurarse de que todo estuviera bien, afortunadamente así fue.-Mintió Satoshi.

-¿En donde esta ella?.-Pregunto finalmente Lem dejando expuesto su motivo de preocupación.

-¿Ella?, ¡oh, te refieres a Maxinne-Chan!, ella salio con Alain al centro comercial, fueron a buscar todo lo necesario para su estancia aquí.-Respondió Miette con un tono alegre.

-¿Maxinne?, ¿ese es su nombre?.-Preguntó ya mas tranquilo.

La chica se quedo en silencio al igual que los presentes quienes solo se dirigían miradas desconcertadas, a excepción de Satoshi quien gozaba del privilegio de saber mas de lo conocido

-¿La estuviste buscando todo este tiempo, y no sabias cual era su nombre?.-Pregunto Eureka sorprendida.

-Sabia como era, considere que era suficiente.-Respondió igual de frió.

-No lo entiendo Lem, ¡No te entiendo!, ¡¿en verdad te declaraste guardián de una perfecta desconocida?!.-Reclamo Eureka provocando que los demás se sintieran incómodos por aquella discusión.

-No es una desconocida, además ella me necesitaba.-El chico se negaba a subir la voz.

-¡ARRIESGASTE TU VIDA POR ELLA Y NI SIQUIERA SABIAS SU MALDITO NOMBRE!

-¡Y  LO VOLVERÍA A HACER!.-Lem había perdido la poca paciencia que tenía.

Todos, incluida la rubia, se quedaron en silencio, jamás habían sido testigos de como aquel chico tan serio e incluso tímido alzaba la voz de una manera tan intimidante.

-Lo siento.-Soltó Eureka con la cabeza baja.- Estuvo mal que juzgará a Maxinne solo por que no la conozco, tu tienes razón ella nos necesita, te necesita a ti mas que a nadie y yo confió en que serás un buen héroe para ella.

Lem solo soltó una leve sonrisa, le agradaba que su hermana estuviera de acuerdo con sus acciones y que además lo impulsará a continuar.

El tiempo paso y la tarde comenzara a caer dejando ver las primeras estrellas dibujadas en el cielo. 

Una Aventura Legendaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora