El tiempo a pasado y Satoshi regresa a Kalos donde comienza una nueva vida.
Motivado con la idea de ser un Maestro Pokemon, se reune con sus antiguos compañeros de la region ademas de conseguir una nueva compañera.
Ahora los entrenadores se deberan...
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Los rayos del sol golpeaban aquella enorme casa, anunciando así un nuevo día, cierto chico peliverde caminaba por el pasillo del segundo piso, el iba aun somnoliento sin embargo eso no evito el que se diera cuanta de algo muy extraño.
—¿Eh?, ¿Lem aun no se ha despertado?—.Pregunto Sawyer a la nada.
Aquello le pareció demasiado extraño pues el líder de gimnasio era de los primeros en despertar, aunque tan poco le tomo mucha importancia, así que decidió irse a su habitación mientras comía uno de los pastelillos que dejo Serena, el joven investigador era realmente un gran aficionado de los dulces, cosa que compartía con Maxinne.
Los demás chicos se levantaron y se dirigieron a la cocina, al notar que aun no había despertado nadie mas, decidieron preparar un delicioso desayuno, pues era lo menos que podían hacer después de que los dejaran quedarse ahí.
— Espero que les guste.— Dijo Takeshi algo emocionado.
— Shigeru también debería de ayudarnos.— Respondió Cilan evidentemente molesto por la falta de interés del castaño.
— Créeme, lo mejor es que no lo haga.—
El chico de cabellos castaños no tardo en despertar también y, cautivado por el delicioso olor que parecía provenir de la cocina, decidió levantarse lo mas rápido posible.
Justo cuando iba a bajar las escaleras una habitación llamo su atención, haciéndole regresar y mirar por la pequeña abertura que había en la puerta.
— Vaya vaya, parece que no me lo dejaras tan fácil como lo pensaba ¿verdad?.—Susurro con una sonrisa retadora mientras miraba al joven rubio durmiendo junto a la albina.
Después de mirar a su "rival" por unos minutos decidió bajar directo a la cocina, sin embargo algo volvió a interrumpir su camino, siendo esta vez el timbre de la casa.
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Una corriente de viento frió me despertó, mi cuello dolía demasiado me costaba moverme, después comencé a darme cuenta de todo, yo me había quedado dormido a un lado de la cama de Maxinne...
Después de recuperar la movilidad intente salir de aquella habitación, pero cuando intente hacerlo pude sentir el agarre de la chica a mi brazo, ¿es que acaso ni dormida se puede dar por vencida?, la mire detenidamente por unos minutos, se veía tan adorable dormía tan pacíficamente como si fuera un ángel, una sonrisa comenzó a dibujarse en mi rostro.
