Capitulo 56.

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La chica albina no dejaba de mirar fijamente al pelinegro de ojos dorados, quien después de unos minutos de silencio largo un suspiro

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La chica albina no dejaba de mirar fijamente al pelinegro de ojos dorados, quien después de unos minutos de silencio largo un suspiro.

—Es difícil contarlo....—Solto desviando la vista.

—Lo entenderé, solo quiero saber.—Insistió sin saber en las consecuencias que traería.

—Esta bien, por favor tome asiento.—Pidió mientras le indicaba que se sentara en la cama,el jalo una silla y se sentó frente a ella.

—Te escucho...—

—Señorita Maxinne, Lem esta.........—Intento pero las palabras parecian no querer salir de su boca.

—¿¡Esta que?!.—Exclamo completamente deseperada, se comenzaba a imaginar lo peor.

Ironicamente fue salvado por una desgracia, gracias a la tension que se comenzaba a acumular en el sistema de la pobre entrenadora, Maxinne comenzo a tener una ataque respiratorio.

—¡Señorita Maxinne!, ¡Por favor ya no insista con esto!.—Pidio mientras sentia como el dolor comenzaba a regresar a su cabeza, era un patron dificil de ignorar.

—¡¿Como puedes pedirme eso?!.—

—¡¡MIRATE, TE VAS A ENFERMAR, RECUERDA QUE TIENES PROBLEMAS DE RESPIRACION!!.—Grito al borde del colapso por la intensidad del dolor que sentia en ese momento.

Maxinne se quedo estatica, era la primera vez que Sakitto le alzaba la voz y le hablaba de "tu".

—¿T-tu como sabes eso?.—Pregunto con algunos restos de lagrimas en sus ojos.

El joven abrió los ojos y comenzó a ponerse nervioso.

—Y-yo lo escuche de su hermano.—

—Oh...—

Tanto el dolor del chico como el ataque respiratorio de la chica se detuvieron, en ese momento solo se encontraban calmando sus mentes.

—Escuche, se que esto es muy duro, pero tiene que confiar. Apuesto a que el odiaria verla asi.—Dijo mientras le regalaba una sonrisa que logro calmar a la chica.

—Tienes razón.—Respondio mientras secaba sus lagrimas, algo dentro de ella sabia que no había motivo para llorar

Una vez mas tranquilos, comenzaron a platicar, el chico era mas calido de lo que parecía, y aunque no quería preguntar nada de su pasado la albina no pudo contener mas su curiosidad.

—Oye Sakitto...—

—¿Si?—

—¿Por que siempre me hablas de esa forma?.—

Aquello era algo que habia rondado en la cabeza de Maxinne desde que conocio al extraño chico, lamentablemente era algo que el mismo Sakitto desconocia.

—No lo se, simplemente me nacio hacerlo, ¿le molesta?.—

—No, es solo que..........se siente extraño que solo sea asi conmigo.—

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