Ahora es mi turno de volverla loca a ella.

20 1 0
                                    

Yo nunca te dejaré sola, yo nunca te dejaré sola, yo nunca te dejaré sola... Repetía una y otra vez Dylan sin parar.
Cada vez que repetia la frase mis pulsaciones subian y subian.
Y entonces de un momento a otro...

Habla Dylan:

Yo nunca te dejaré sola... Era lo que le dije a Olivia ayer por la noche cuando me pidió que no me fuera.

Estoy otra vez en casa de sus tíos hablando con Dave y Jake y entonces veo como Olivia esta llorando en el suelo. Voy corriendo a consolarla pero entonces Dereck salió de la nada y fue el quien la estaba calmando. Yo intentaba moverme, hablar, gritar pero nada surtia efecto.
Vi como Olivia se levantaba con Dereck y se besaban. Sentia rabia, ira y entonces me miraban y se reian de mí.

-¿Pensabas que ella te iba a querer?-decia Dave.

-Pero ¿cómo puedo querer a una persona como él?- decía Olivia mientras todos reian.

-No... Yi... Yo fui el que te calmó y te ayudó.

-No Dylan... Tu fuistes él que me hizo esto.

-No... No... NOO...

-Dylan, Dylan- era la voz de Olivia.
Abrí rapidamente los ojos y allí estaba ella con una cara de preocupación y con la respiración hajitada.

-Olivia ¿Qué haces tu aquí?

-Yo... He... Vine a darte las gracias por lo de ayer- dice mirando hacia bajo avergonzada. Me incorporé un poco en la cama y le levanté la cabeza para que me mirara a los ojos.

-No tenias que darmelas.-digo mirando esos profundos ojod azules. En ellos me podía ver, incluso con la poca luz que había.
Se le dilataron las pupilas y se humedecio los labios, cosa que hizo que tubiera que tragar saliba. Se me había puesto la boca seca de un momento a otro. Olivia abrio un poco sus labios y yo hice lo mismo mientras me inclinaba poco a poco.
Ella hacia lo mismo, sus labios estaban a pocos centimetros de los mios y con un simple movimiento podrian chocar.
Tengo muchísimas ganas de besar a Olivia y se que ella tambien las tiene.
No se si debería besarla o esperar a que ella sea la que me bese. Lo unico que se con seguridad es que quiero besarla. Cada centimetro de mi piel quiere hacerlo y cada segundo que pasa sin poder tocar sus labios con los mios es una tortura.
Ella me mira a los ojos. Tiene las pupilas tan dilatadas que apenas se puede apreciar el azul de sus ojos.
Estamos solo a centimetros el uno del otro pero para mí, es como si estuvieramos a kilometros de distancia.
Si la beso aquí, en mi cama, abré ganado y esto abrá acabado. Pero si no lo hago, él podría ganar.

Pero entonces cuando menos me lo espero Olivia me agarra el cuello delicadamente y me besa.
No es un beso feroz como los que me doy con Lidya, alcontrario. Es un beso tierno y apasionado.

Con mi mano izquierda agarro su cintura y la acerco más a mi cuerpo sin dejar un solo centimetro de distancia entre nosotros. La ayudo a colocarse encima mio. Esta sentada en mi regazo con las piernas a ambos lados de mi. Todavía con la mano izquierda en su cintura coloco la otra en el centro de su espalda y con un rapido movimiento la tumbo en la cama quedando yo encima de ella.

Seguimos besandonos pero esta vez con más pasión. Empiezo a besarle el cuello y a morderle detras de la oreja. Olivia suelta un suspiro que hace que me den más ganas aun de besarla. Presiono mis caderas contra las suyas. Con sus manos me araña la espalda, aplicando solo un poco de presión, cosa que me gusta y vuelvo a repetir el mismo movimiento de caderas mientras la beso apasionadamente.

Olivia empieza a levantarme la camiseta del pijama.

-¿Estas segura?- le pregunto cuando ya me a conseguido quitar la camiseta del todo.

Ella me mira a los ojos, sigue teniendo solo una delgada línea donde se supone que tendría que estar su iris, tiene la respiración entrecortada y agitada y su pecho sube y baja muy rápido. Respira hondo cerrando los ojos y luego me mira de nuevo.

-Si, estoy segura.

Se me forma inconscientemente un sonrisa cosa que ella nota y también sonríe. Vuelve a besarme esta vez más lentamente. Con cada beso que meda me fundo con ella.

Es una sensación que me encanta, pero a la vez es bastante rara, ya que nunca había sentido esto con nadie y era la primera vez.

Empiezo a quitarle la ropa a Olivia y viceversa. Olivia me mira sin saber muy bien que hacer, y deduzco que esta será su primera vez, así que quiero que sea ''bonita'' por así decirlo. Quiero que sea especial.

-Dylan espera.- dice medio avergonzada.

-Puedo esperarte todo el tiempo que haga falta.

-¿Qué? No, no me estoy echando para atrás, solo es que...

-Si

-Tu... veras como te digo esto. Tu tienes...

-¿Que si yo tengo el que Olivia? me estas poniendo nervioso- digo medio riéndome, pero cuando veo su cara me cayo de inmediato, ya que parece muy avergonzada.-perdón. Pero ahora enserio dilo sin miedo, sin rodeos.

-¿Sin rodeos? esta bien. ¿tienes preservativo?- dijo con la cara colorada. Y entonces no podía evitarlo y me empecé a reírme.-¿Qué? yo no le veo la gracia- empezó a decir mientas me intenta quitar de encima aunque sin mucho éxito.

-Olivia, perdona de verdad. Pero es que no me puedo creer que hayas tardado tanto por una palabra.

Olivia empezó otra vez a apararme de su lado y a incorporarse. Estaba realmente avergonzada y yo solo lo estaba empeorando.

-Oye, no te enfades ¿si? ya sabes que a veces soy un capullo y que no puedo remediarlo.-digo mientras me pongo detrás suya y le froto los hombros. Le aparto el pelo hacia una parte del cuello y empiezo a darle besos desde la clavícula hasta la parte inferior de su mentón. Ella ladea la cabeza hacia la parte donde le estoy dando besos y me besa en la boca. En un rápido movimiento se gira y se coloca encima mío. Me tumba en la cama y se pone a horcajadas sobre mí.

Con mis dos manos agarro sus caderas para acercarla más a mi.

Con un simple movimiento de caderas Olivia me tenia a su merced, y ella lo sabía así que siguió frotando sus caderas sobre mi ya notable erección. Cada movimiento era lento y a la vez una tortura, con lo que yo agarraba un poco más fuerte sus caderas. Me estaba volviendo loco, pero ahora es mi turno de volverla loca a ella.

Hasta El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora