《Mientras existan los ninja, jamás existirá la verdadera paz》
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AVISO: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto; con excepción de los personajes que yo agregaré a la historia.
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Indra miró sus manos entre tanta oscuridad, toda ella estaba bañada en sangre; el pánico la cubrió por completo. La muerte de Kou se repetía una y otra vez frente a ella, sintiendo su rostro y cuerpo siendo bañado por aquel líquido cálido y carmesí.
-No es real...
Sintió unas manos tomar las suyas; la sangre se había ido solo había cicatrices de uñas, pero ya no había sangre y Kou ya no estaba frente a ella muriendo. Sentía una gran calidez rodearla, sintiéndose en calma y por primera vez desde aquel insistente se dejó estar entre aquellos cálidos brazos.
-Todo está bien ahora...-murmuro el varón-Eres una niña fuerte
Sintió sus ojos bañarse en lágrimas ante el dulce tono que usaba aquel desconocido. Era una sensación tan familiar, como si estuviera con su padre. Indra se aferró a aquella presencia, sintiéndose aliviada y protegida; nada podría dañarla mientras estuviera entre sus brazos. Levantó la mirada hacia el desconocido y se sonrojó.
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-Es hora de despertar, pero tranquila... Siempre estaré cuidando de ti
Cuando abrió la ojos se encontró con la mirada húmeda de su tía Hinata, quién se lanzó sobre ella a darle besos y murmurarle cuando la amaba. Sus padres estaban en la otra habitación atendiendo a ____ quien tras usar aquel jutsus ocular había quedado exhausta y se había terminado por desmayar. Mientras Sakura revisaba a su cuñada, Itachi fue a ver a su hija, quién miraba a todos confundida y algo perdida.
-Bienvenida de vuelta, Indra...
Se encontraba sentada en su cama bajo la atenta mirada de sus padres y su tía Sakura, quién se encargaría de hablar con ella sobre aquel suceso que tanto la había atormentado durante dos meses y medio. Al inicio la niña estaba esquiva y asustada, sin embargo aquella familiar calidez volvía a su pecho cuando deseaba huir; abrió su corazón a sus padres y a su tía contando cómo vivió aquella tragedia.
-Fue tan solo un segundo, no entiendo cómo pasó...-murmuro con el entrecejo fruncido-Kou estaba junto a mí, él no sabia nada de aquella deuda
- Cuéntame más, linda...
-Aun recuerdo la sensación caliente de su sangre en mi piel-cerro los ojos regresando a ese momento-El pánico en sus ojos al sentir la sangre abandonar su garganta...
Su mente la llevo hacia ese momento, a ese lugar; el olor de la tierra entró por sus fosas nasales, el frío viento golpeaba su rostro. Los gritos de pánico de los demás artistas, las lágrimas en sus mejillas.
<<Soy el hombre de la casa>>
Kou tenía un rostro gentil y su personalidad era brillante, tan puro. Sus manos estaban llenas de aquel líquido carmesí, el olor a hierro la golpeó mareandola.