PAUSADA - Boruto Next Generations

Los celos de Boruto

Habían pasado seis semanas desde el arresto de Hayato Uzumaki y su grupo, los Cinco Kages trabajaron en conjunto para regresar el orden y la estabilidad al mundo shinobi luego de los secuestros y asesinatos, además de buscar a posibles cómplices que quisieran intentar liberar al Uzumaki.
Pese a todos sus intentos, Naruto no pudo evitar que Hayato fuera condenado a muerte, pues los Señores feudales habían presionado de sobremanera para que se hiciera justicia y su hermana, al ser la líder del Clan se vio obligada a aceptar y dar el castigo a Hayato.

-¿Unas últimas palabras, Uzumaki Hayato? -pronuncio Ibiki antes de proceder a inyectar el veneno

-La próxima vez, no voy a fallar -sonrió mirando a su prima

La pelirroja solo asintió y salió de la habitación dejando que Ibiki y los ANBU procedieran a la ejecución.
Aunque ella había querido salvarlo, sabía que no había forma de que Hayato dejará de ser un riesgo para el mundo shinobi, por lo que su muerte era la única salida.
El grupo de Indra por su parte, finalmente recibió una advertencia sobre su costumbre de abandonar la aldea, por lo que a la próxima que lo hicieran, dejarían de ser Shinobi. La joven ninja acepto su castigo y su advertencia con tranquilidad, su madre estaba viva y su familia unida, lo demás no le importaba en lo absoluto.

-Pareciera que nada de lo que hizo Hayato hubiera ocurrido... -murmuro Indra mirando a la gente de su aldea- Todos están tan tranquilos

-Los que no son ninjas solo se preocupan por vivir cómodamente, porque no tienen que sacrificarse por nada... Tienen a los ninjas para hacer todo el trabajo -Mitsuki murmuró mientras le quitaba la cáscara a una fruta- Aquí, ten.

-Gracias. ¿No crees que eres muy duro con ellos?

-No, no realmente -contesto mirándola a los ojos- Mi madre también lo piensa

-Mmm... Mitsuki, si no te molesta que pregunte... ¿De dónde es ella?

-Sí me molesta

-Oh, bueno... Lo siento -murmuro con una mueca- ¿Me das otro?

-Sí...

Boruto, que estaba sentado a tan solo unos metros de ellos, hizo una mueca de disgusto, aún no se acostumbraba a verlos juntos y eso le causaba un conflicto. Mitsuki era su mejor amigo e Indra su prima, ambos tenían personalidades tan raras que verlos juntos dándose fruta en la boca le provocaba escalofríos, pero si no los apoyaba, era una mala persona.

-Maldita sea...

-¿Qué pasa?

Sumire, la encantadora ex presidenta de la clase, le sonrió ofreciéndole una bebida mientras el resto de amigos disfrutaban de su picnic (aunque Boruto aseguraba que solo era una reunión, pues picnic le sonaba cursi).

-Es solo que... -miro de reojo a la parejita

-¿Te molesta que estén juntos?

-Para nada! -se apresuro a decir- Es... Es complicado

No era mentira, no le molestaba realmente, pero era algo incómodo. Recordaba como había sufrido Indra cuando pensaban que Mitsuki los había traicionado y no era algo que le gustara, además de que fue testigo de una escena de celos de Mitsuki contra Kagura. Le daba jaqueca.

-¿No crees que tienes celos?

-¿Celos? ¿De qué? -sonrio divertido- ¿De Indra?

-No. De Mitsuki -el rubio perdió su sonrisa- Después de todo Indra ahora pasa mucho tiempo con él y antes, según recuerdo, ustedes parecían la sombra del otro

-No estoy celoso -soltó sintiendo el sabor de la mentira en su boca- Olvídalo

Estaba jodidamente celoso, pero no iba a admitirlo en voz alta, primero muerto. El resto de la semana paso con más lentitud de lo que Boruto hubiera querido y tras su plática con Sumire, no había estado más que de mal humor todo el tiempo. Y eso termino por meterlo en problemas, pues durante la cena, estaba tan irritado que termino por gritarle a su mamá que lo dejara respirar.