Nada es lo que parece

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¿Alguna vez has soñado algo, y al poco tiempo se cumple? Dicen que las peores pesadillas se viven con los ojos abiertos. Otros dicen que, cada día es una pesadilla de la que despertamos cuando dormimos. La verdad es que, no todos coincidimos al momento de aseverar dichos argumentos, para ciertas respuestas. Pero si te diré una cosa, y que muchos ignoran hasta ahora: los sueños, muchas veces son conductos; puentes entre un mundo y otro. Lugares insólitos a los que solo tú puedes llegar. Porque todos somos un universo distinto, dentro de la misma galaxia.

¿Te ha pasado alguna vez que sueñas con alguien que ya no está contigo? ¿Alguna vez has despertado asustado de una pesadilla, pero te das cuenta que sigues soñando y se repite, una y otra vez? Es cuando comienzas a preguntarte, ¿¡Qué hay más allá!? ¿¡Qué se esconde atrás de lo que no podemos ver!? El velo invisible que nos separa de aquello que nos puede arrancar el alma en un susurro, que vigila tu sueño cuando duermes por las noches, que no puedes ver, pero puedes percibir; escuchas el susurro, el llamado; el llamado que viene desde el interior de las tinieblas.

El espectro demoníaco acosaba cada noche los sueños de Katherina, tomaba su espíritu y lo transportaba lejos; a los rincones más horribles del hogar de aquel ser del mal. Las Tinieblas.

Él quería poseer su cuerpo, él la deseaba; de todas las maneras humanamente posibles. Aquel ser demoníaco siempre era acompañado por una mujer, desnuda y un cuerpo desproporcionado. Quienes la observaban victoriosos, convencidos de que su espíritu les pertenecía; de que ya la tenían. Y así fue.

La distancia que separaba el espíritu de Katherina hacia esos seres indeseables; se acortaba, un poco cada vez. Sin embargo, esta vez fue diferente. La punta de sus garras se deslizó por la piel que cubría las piernas de Katherina, más ella no pudo verlas.

La oscuridad neutralizaba hasta la luz de luna en su ventana. Y ella podía ver, como los puños del espectro se hundían a cada costado de su cama, sintiendo como la respiración del ser demoníaco chocaba con su piel. Katherina se encogió, pegando su espalda al respaldo de la cama. El pánico se apropió de todos sus sentidos. Algo jaló sus pies dejándola tendida en la cama. Con una fuerza descomunal puso las manos de Kat a cada costado, imposibilitando el movimiento de la chica. Sus piernas estaban inmóviles; el único movimiento que podía hacer, era girar su rostro, para no encontrarse de frente con el aliento de la bestia, todavía manteniéndose invisible ante la mirada aterrada de la chica.

―¡¡No, suéltame!! ¡¡Por favor déjame ir!! ―gritó con sus ojos cerrados, retorciéndose en su cama. Christopher y Charlotte abrieron de golpe la puerta de la habitación de su única hija. Christopher se acercó a ella dando ligeras palmadas en su rostro.

―¡Katie! ¡Hija, despierta! ―le habló Chris, mientras Kat permanecía sumergida en aquel agobiante y extraño sueño. Entretanto, Charlotte sujetaba su mano, tratando de aliviar a su hija, hasta que esta despertó de golpe. Con su respiración entrecortada; las lágrimas caían por su rostro lleno de preguntas al ver a sus padres a su lado.

—¿Qué pasó? ―preguntó la muchacha.

—Tuviste una pesadilla. ―respondió su madre—. Comenzaste a gritar, tu padre y yo te oímos y vinimos lo más rápido posible—. ¿Hija qué tienes? ―preguntó.

—No fue nada, mamá. Solo un mal sueño. ―contestó.

—Katherina, llevas así desde hace mucho tiempo, no es la primera vez que te pasa. Que no lo recuerdes siempre es otra cosa, pero hemos terminado en tu habitación en medio de la noche en más de una ocasión. ―comentó el padre de Katherina, sonando lo más tranquilo y serio posible.

—Papá estoy bien. Ya te dije. ―contestó de mala gana—. Es tarde, mañana hablamos de lo que deseen.

sabían lo que estaba pasando. Era el momento de hablar las cosas, de sincerarse entre todos. No podían seguir ocultando lo que a simple vista era evidente.

El Susurro del Diablo Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora