Cerca del Infierno

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Noche tres

Después de encontrar el vestido dentro de aquella caja sobre mi cama, un mensaje de fuego se dibujó encima de mi blog de notas.

"Espera a que todos se duerman y sal de tu casa. Un auto te espera...

                                              Jake"

Después de todo el alboroto, mis padres por fin se fueron a dormir, como cada noche mi padre se pasaba por mi cuarto y vigilar que aún siguiera en mi cama. Me hice la dormida y me tapé con la colcha de mi cama para ocultar que aún permanecía vestida. Una vez que escuché la puerta del cuarto de mis padres cerrarse; me incorporé de la cama y me puse la chaqueta, para disponerme a escapar por la ventana. Justo como Jake lo anunció en su mensaje, el auto me esperaba aparcado frente a la casa, cerré la ventana y cautelosa aterricé en el pasto y correr al auto.

El misterioso chofer aparcó en el muelle, la puerta se abrió antes de que yo pudiera tocarla y una mano desconocida apareció para ayudarme a bajar.

―¡Gracias! Pero no estoy lisiada ―le hablé desconfiada al hombre vestido de negro, mientras Jake se aproximaba a mí.

―Lo que tienes de bella lo tienes de antisocial.

―No soy antisocial, solo una mujer desconfiada ―aseguré arreglando mi chaqueta.

―Ven, te están esperando ―me invitó a seguir su caminata adentrándonos en el muelle.

Pude divisar a Eurielle junto a otras dos personas, una chica de cabello color rojo y un hombre que aparentaba alrededor de unos cuarenta años.

―¡Hola Katherina! ―me saludó Eurielle.

―¡Así que ella es la famosa Katherina! ―exclamó el hombre mirándome con detenimiento. Llevé mi mirada hacia Jake buscando respuestas; él me devolvió una mirada serena, al mismo tiempo en que ponía su mano por encima de mi hombro.

―Katherina, quiero presentarte a...Ariadne y Alan, pero yo los conozco por Hécate y Leviatán ―los presentó Jake, justo cuando veía como los ojos de la mujer se volvían completamente negros.

―¡Son demonios! ―exclamé retrocediendo dos pasos con rapidez.

―¡Qué observadora! ―insinuó la mujer junto a Eurielle.

―Sí, lo son. Pero ellos son de los buenos. Créeme ―me advirtió Jake.

―¿Cómo es que un demonio puede ser bueno? ―fruncí el ceño ante el comentario de Jake.

―Ya lo entenderás ―respondió Eurielle con seriedad.

―Ellos conocen tu historia, saben que eres hija de Lu...―Jake se detuvo apretando los ojos, supuse que también sentía recelo de nombrar al innombrable.

―Lucifer ―agregué yo.

―¡Eh, si! Lo que dijiste ―fingió un ademán de tranquilidad―. Como te seguía diciendo, ellos conocen tu historia, asimismo, todo lo que aconteció antes de tu llegada ―agregó con nerviosismo.

El demonio de nombre Leviatán alzó la mano en dirección a Jake haciéndolo callar.

―Te demoras demasiado en explicar ―alegó el demonio observándome―. Bella Katherina, la razón de por qué estamos aquí es para darte nuestro apoyo.

―¿Su apoyo? ¿Escuché bien? ―miré a Eurielle y Jake y ellos solo se limitaron a pedirme que escuchara.

―Desde hace veintiún años Miguel asesinó a Lucifer. Al parecer logró encontrarlo luego de que se vengara de Lilith, desde entonces hemos estado a la espera de encontrar a la elegida.

El Susurro del Diablo Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora