Niebla

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Extrañamente Katherina había mejorado, Daniel se dedicó a cuidar de ella, entretanto Christopher y Charlotte, viajaron a Connecticut en busca de algún indicio que anunciara la presencia de Vincent, el viejo amigo de Charlotte.

Katherina recordaba los sucesos pasados, excepto, todo lo que vivió durante la semana en que se perdió en el bosque. El año universitario había comenzado sin Katherina, y a ella se unió Melany, Sophie, y aunque parezca insólito, también Tyler, sin embargo, lo hizo por apoyo a Daniel, al ver los problemas en los que se había envuelto con Katherina, y aún sin conocer la verdad detrás de como lo habían dibujado los Warren ante el pueblo.

―¿Qué haremos hoy? ―le preguntó Tyler a su mejor amigo, mientras este salía del baño.

―¿Haremos? Tú no sé, yo me iré con Katie. ―aclaró.

―¡Oh, vamos! ―replicó Tyler, creando el silencio en la habitación― ¿Puedo ser tu amante? ―preguntó acostándose en la cama.

―No eres mi tipo. ―explicó Daniel―. ¿Por qué no invitas a salir a Melany? ―Tyler se levantó de golpe y arregló su playera―. ¿Por qué haría eso? Ella no es mi tipo. ―mintió él, golpeando sus mejillas, al notar que comenzaba a sonrojarse.

Daniel se giró después abrochándose el pantalón, estallando en risas al observar el incómodo rostro de su amigo.

―¿Por qué traes esa cara? ¿Pareciese que viste pasar a Melany? ―se burló entre risas.

Tyler lo miro con cara de pocos amigos.

―¡Oh, no! Una Melany voló sobre mí y me apunto con su rayo láser. ―dijo Daniel sin dejar de reír de la cara del muchacho.

―No cites a Monsters INC. ―solicitó Tyler― Qué poco original eres, Dan. ―replicó este, arrugando los ojos. El moreno continuaba burlándose de su amigo, lo que lo enfureció más, y terminó arrojándole una almohada.

―Oye, solo era una broma, no te enojes. ―dijo recibiendo la almohada―. Además, no deberías reaccionar así, si no te gustara. ¿No? ―agregó Daniel.

Tyler mantenía seriedad en su rostro. Daniel resopló.

―Está bien, ¿Qué tal una cena? Está noche. Tú, Melany, Kat y yo.

―Eso es peor aún. ―agregó Tyler poniendo las manos en sus caderas.

―Entonces, invitamos a Amanda y Sophie. A Katie le hará bien estar cerca de ellas.

―¿Tendré que enterarme por mi cuenta de todo lo que le ocurre a Katie? ―preguntó Tyler levantando una ceja.

Daniel soltó una bocanada de aire y se sentó en la cama.

―No me concierne decirte la verdad. ―respondió después― Es...un grave problema. ―continuó mirando el suelo, apoyando los antebrazos en sus piernas.

―Es que, esto comienza a preocuparme. De hecho, ha sido así desde que la encontraste en el bosque, y desde ese maldito árbol tan extraño. ―continuaba hablando Tyler, sentándose junto a su amigo, ―Escúchame ―puso su mano derecha en el hombro de Daniel logrando que este lo mirara―. Sea lo que sea que esté pasando, confía en mí; soy tu amigo, Daniel y estaré contigo pase lo que pase. Así ha sido siempre, y no debe cambiar.

El joven de piel morena, le dedicó una agradable sonrisa de satisfacción. Ellos dos, siempre han sido como hermanos, desde que Tyler llegó al pueblo un año antes que Katherina.

El día pasó con rapidez, Tyler fue quien aviso a los demás de una cena improvisada en casa de Katie, así que cada uno debía llevar una cooperación para la cena. La primera a quien avisó Tyler, fue a Amanda, sin embargo, respondió reacia, ya que Charlotte le había prohibido acercarse a su hija. Aun entonces, los sentimientos que la joven doctora sentía hacia Katherina eran puros, por encima de sus verdaderas intenciones cuando llegó al pueblo. La joven de cabellos negros, Katherina; ocupada un lugar muy importante en el corazón de Amanda.

El Susurro del Diablo Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora