5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)

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AIDEN.

Caminando detrás Klaus se vio así mismo, ha veces las circunstancias hacia a uno frío y reservado y lo entendía, las cosas que uno vivía a lo largo de los años siendo inmortal no solían ser el mejor viaje a las Bahamas. No. Así como Klaus tenía sus cicatrices, él también tenía las suyas y cada quién elegía como sobrellevarlas. La inmortalidad pesaba, él más que nada lo sabía, no tenía un pasado sin espinas, él estaba más que cortado por cada una de ellas. Dejando esos pensamientos atrás y puso su habitual actitud de despreocupación, se lanzó sobre la espalda de Klaus para jugar un rato, rodeó la cadera de su hermano y con sus brazos el cuello, apoyó el mentón en el hombro izquierdo.

- ¿Que vamos hacer? -la pregunta no tenía porque tener una respuesta, él no la necesitaba pero la realizo por el hecho de romper el silencio- ¿No me digas que me daras un sermón...?

Klaus sólo había chasqueado la lengua ante su peso sobre él, pero no había intentado bajarlo.

- ¿Es necesario esto? -Klaus le respondió con otra pregunta-

- No, sólo quería joderte el buen humor que te cargas -Sonrió y mordió la oreja a Klaus- me llego el recuerdo de los dos jugando en el patio de madre con Karel haciendo de niñera.

Como siempre, Klaus le jalo en cabello de un costado con fuerza, haciendo una mueca se bajó de su hermano para colocarse a lado de él, frente a ellos estaba un espejo de cuerpo completo que dejaba lo viejos que eran aún estando en un cuerpo joven, pero sus esencia tenían la estala de la vejes y el peso de todo los años. Sin pensarlo rodeo a Klaus con los brazos como solía hacerlo desde pequeño, buscando consuelo y amor por la falta de ello, el recuerdo solía ser doloroso, porque había dolido tanto ser tan diferente a los demás y juzgado por quién era su madre.

- ¿Pasa algo, Aiden? -la voz de su hermano resonó tan cerca de su oído izquierdo-

- ¿Tiene que pasar algo para abrazarte? -le respondió-

- Usualmente si, ¿Vas a decirlo?

Chasqueo la lengua y se alejó de Klaus, sus cabellos estaban mezclados que sonrió, negro contra blanquecino... Con su mano derecha busco la de Klaus para unirlas, los dos pentagramas brillaron ante la conexión de sangre.

- Tengo miedo de no ser lo que todos esperan que sea... -las letras en sus brazos comenzaron a brillar haciendo que también las de Klaus salieran- No comprendo el mundo humano, no siento esa necesidad de cuidarlos... El odio sobre ellos es mucho más fuerte que lo que debo hacer... Si fallo, moriré.

- Todos, Aiden; todos tenemos un pasado y el poder de darle el control sobre uno mismo. -Klaus separo su mano de la de él- Yo se que vas a demostrarles que puedes ser un gran líder, Aiden. Tienes que ver sin el pasado, si lo sigues viendo desde ahí vas a arruinar todo lo que has logrado y yo voy a patearte el trasero si lo haces.

Soltó una puta carcajada y le sacó la lengua a Klaus que intentó cortársela con las uñas, riendo hizo lo que a Klaus le molestaba, le beso y corrió hacia la sala de objetos antiguos de la casa de Klaus que tenía en el mundo humano. Casi entraba pero su hermano apareció delante de él y lo agarraba del cuello.

- ¿No cambias a verdad? -Klaus sólo le jalo la oreja- basta de jugar Aiden, te tragué para hablarte sobre los dos duques que están en el mundo humano y de otro demonio.

Se puso serio, ese era otro problema que tenían, Klaus quería a los duques vivos para hacer con ellos quién sabe dios, pero el consejo de ángeles quería la exterminación de los duques bajo su mano sin derecho a reencarnación.

- El consejo ah pedido sus cabezas, no puedo asegúrate de que los tengas para hacer cosas perversas con ellos.

- No puedo dejar dos reinos sin gobernante -Klaus buscaba algo entre los estantes de libros- no hasta que besuque quién tomara sus lugares.