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Vallynda los dejo a él y Adirael dentro del estacionamiento subterráneo del edifico antiguo de la corporación Jefferson inc. Sin duda alguna ya llevaba algunos años baldío, arrugo la nariz al sentir la impregnación de la humedad y el polvo.

-¿Qué fue eso? ¿Qué demonios era esa criatura? -paso una de sus manos por su cabellera larga, todavía seguía sorprendido de lo que les había seguido.

Adirael mascullaba una maldición al sacarse un cristal fluorescente de color verde el cual fue lanzado por aquella criatura extraña.

-Un Sparthis, y como veras no son muy amigables. -Adirael lanzaba el cristal al suelo y lo aplastaba, los pedazos de cristal comenzaron a derretirse. -Son criaturas que custodian la zona Zero, los cristales absorben energía y trasmiten veneno el cual deja a su victima paralizada y hace que delire.

El cristal solo hubo traspasado la armadura del viejo demonio, una lástima, hubiera sido genial ver a esa gruño indefenso.

-¿Cómo se les puede vencer? -pregunto algo curioso.

-Se les controla con un hechizo de prohibición, cosa que no es fácil si jamas has realizado magia de sangre. Ahora...

El edifico comenzó a temblar de igual forma que el cañón, intento moverse cosa que no funciono, sintió su cuerpo paralizado como si algo lo estuviera reteniendo, -¡Mierda! - los cimientos comenzaban a caer sin contemplaciones, busco a Adirael con los ojos y lo encontró, estaba igual que él, no podían moverse por mas que forzaran sus músculos ninguna parte de sus cuerpos se movían, escucho una carcajada familiar y giro su vista hacían la dirección donde provenía aquella risa. Kaliska estaba a un poco distancia de ellos riendo y mofándose, tenia un péndulo dorado con manecillas plateadas, maldición aquel objeto podía paralizar a cualquier y detener los poderes, ¿Cómo demonios obtuvo uno la perra bruja? Fueron destruidos porque suponían un peligro para cualquier ser inmortal.

-¿No es divertido ver como se derrumba un edificio sobre ti? -Kaliska se movía tan sigilosamente como una culebra arrastrándose por el suelo silenciosa y mortífera. -¿Le distes mi saludo a mi pequeña hermana? Eh estado pensando en restaurar el poder de las brujas y necesito aquel libro de sangre, y su puse que ustedes los ángeles debían tenerlo.

La muy perra se contoneaba disfrutando de verlo inmóvil. ¿Libro de sangre? Ese libro estaba perdido desde hace eones nadie sabia su paradero, ese libro pertenecía a la rama de los legendarium, libros prohibidos que contenían secretos que nadie debía saber.

-Pierdes tu tiempo bruja, buscas algo que no existe. -Respondía Adirael con tranquilidad amenazadora- nadie tan débil como tu podría conseguir algo tan poderoso, y menos una escoria como lo es tu raza.

El rostro de kaliska se llenaba de cólera y avanzaba hacia ellos.

-¿Tu que sabes? No eres mas que un demonio de bajo nivel. Un pobre diablo que esta con este perdedor de ángel. -La vio mover la mano y el tiempo se detuvo- Este pendulo antiguo está ligado al tiempo de la Guerra santa, lo que significa que puede encontrar objetos sagrados como el legendariun de sangre de los ángeles, tengo pensado destruir cada ángel asi como ellos lo hicieron conmigo. Y para ello necesito a mi patética hermana...

Un Sparthis aparecía entre ellos y los miraba con sus ojos fantasmales, la hembra abría la boca y salían un grito de angustia y dolor que perforaron el lugar, y el hechizo de inmovilidad desaparecía, el tiempo comenzó a moverse, el edificio comenzaba a caerse pedazos por pedazos. La criatura de la zona fantasmal solo gritaba de forma lamentable como si estuviera sufriendo, fastidiado invoco su espada de fuego y lanzo un golpe directo hacia donde estaba la hembra Sparthis, el fuego la traspaso sin hacerle nada.

5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora