En otro lugar...
Abdel.
—Cuidado con los cráteres –digo a la vez que saltaba uno que estaba apunto de bullir– no quiero oler lagartija quemada.
Su hermana soltaba una risa sarcástica antes de lanzarle uno de sus guantes, se tallo la cabeza y le dedico una mirada furiosa que no causo ninguna reacción.
—¿Estás seguro que es por aquí? –Alanna se detenía haciendo que él hiciera lo mismo, su hermana movía la cabeza como si estuviera aturdida– algo esta mal... he visto esa misma piedra tres veces hace media hora.
Tenía razón, el mismo paisaje se repetía constantemente, daban un paso volvían a estar en el mismo lugar, intuyó que la cueva estaba encantada con magia asi que tenia media hora dando vueltas en el mismo lugar. Maldijo su ignorancia, se pasó las manos por el cabello con frustración.
—Debemos buscar el punto mágico y destruirlo, eso romperá el hechizo y dejaremos de dar vueltas en el mismo lugar y poder avanzar. –Su hermana saca unas dagas, listas para destruir cualquier cosa.
—No podemos ir por ahí destruyendo todo a diestra y siniestra, puede ver un hechizo de maldición o un conjuro de autodestrucción –Le dijo seriamente, esta era una misión importante, Aüsra le había encargado buscar un viejo libro que le pertenecía y que había perdido en estas escabrosas cuevas llenas de huesos y putrefacción– esta maldita cueva es como una mina de TNT lista para explotar con el más mínimo toque.
—Bueno ¿entonces que es lo que debemos destruir? –Alanna miraba por doquier y alzaba los brazos– podría ser cualquier cosa, desde un hueso hasta un maldito cráter o un rubí tirado.
—Si lo sé, debemos pensar que es lo que pasa desapercibido, el que puso la trampa debió pensar en algo que no llamara la atención o, todo lo contrario.
—Tienes razón. –Su hermana hacia una mueca– podemos usar un encantamiento de maldiciones, eso descartaría un sinfín de objetos inservibles.
—Buena idea, eso nos dejaría con puros ¡hechizos de trampas!
Rebusco entre su mochila un gis para dibujar un pentagrama y escribir el hechizo de maldiciones, en estos momentos agradecía haber pasado la clase de hechicería básica con Lou, las brujas era las mejores con respeto a la magia, pero todo demonio tenia ciertas habilidades con la magia y mas su poder natural es un combo perfecto. ¡A que inteligente es!
Saco el gis y comenzó a dibujar los patrones del pentagrama, cada trazo debia ser perfecto o si no el encantamiento no funcionaría correctamente, él acabaría con hechizo mediocre sobre si mismo y es lo último que deseaba.
—Debimos pedirle a Keyle que viniera con nosotros. –Alanna le ayudaba colocando algunos cuarzos– ella es buena en esto.
—¡Yo también soy bueno en hechizos! –Replico ofendido– No necesito a la cuatro ojos para hacer una misión.
—Con trabajo pasaste la clase. –Se burlaba Alanna de él– ¿y porque no admites que te gusta? –pinchaba su hermana a su mal humor.
—¡No me gusta! –Replico indignado– solo nos soportamos porque vivimos en el mismo techo.
—Aja, y yo soy el ratoncito Pérez del infierno –Su hermana le pasaba un hueso vacur que se encontraba ahí mismo– tienes su nombre escrito repetida veces en tu libreta.
Abrió la boca sorprendido y avergonzado, si tenía escrito su nombre, pero no porque le gustase ella simplemente era para jugar con las palabras para insultarla.
—¡qué demonios haces revisando mis cosas! –Le golpeo la pierna sin ejercer fuerza– ¿no conoces la privacidad?
—Auch! Estaba aburrida y tu estabas durmiendo asi que solo revise sin intención de encontrar tu secretito.
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5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)
ParanormalEl mal siempre estará presente buscando maneras para alzarse y gobernar. Aiden tendrá que encontrar esa humildad que perdió hace años, aceptar la debilidad como la fuerza de los humanos. Sin embargo no esperaba enamorarse de lo que odia y detesta...