5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)

7

Zaira.

— Lo siento por el desorden –digo avergonzada, no había tenido tiempo realizar una limpieza general en su pequeño departamento– No suele estar así...

Observo avergonzada todo el desorden que tenía, ¿Que pensaría Keyle? Lo bueno que Abdel no estaba ahí, porqué sino la pena sería más grande.

— Oh no te preocupes, yo vivo con dos hombres que son un caso perdido. –Keyle le regaló una sonrisa–

— Me imagino...

— Bueno, ¿cual es el problemas que tienes? –Keyle se acomodaba las gafas– no logre escucharte bien con el escándalo de Abdel en su habitación.

— Oh –el sentimiento de tristeza le inundo– últimamente viene muchos reptiles y no son normales...

— ¿A que te refieres?

— Algunos tienen ojos rojos, los poros de su piel supuran un líquido morado, ni decir de algunos tienen pequeños cuernos... –tembló al recordar lo sucedido– me encerré en el baño porque al parecer me querían morder.

Dejo que Keyle caminara por su pequeño departamento, se veía muy concentrada mirando todo a su alrededor, aveces envidiaba a los demonio o ángeles, tenían todo a la mano y se podían defender a diferencia de un humano, todos frágiles.

— Huele a demonios clase D, buscan alimentarse de las personas con pasados dolorosos... –Keyle la volteo a ver– puede que el año que no recuerdas sea doloroso u horrible.

Sintió cierta punzada de dolor en el pecho, ¿porqué no recordaba nada? Era frustrante no tener idea de un año de tu vida. El dio fluyó en sus venas como algo tóxico y desgarrador, se sorprendió de sentirse así por lo que respiro profundo para controlarse, ella no era, jamás sería malvada. ¿O si?.

— ¿M ayudarás a que esas cosas no se me acerquen? –esperaba que si, miro suplicante a Keyle para que la ayudara–

— Claro, pero antes que nada, ¿Me muestras tu pentagrama?

— ¿Mi pentagrama? –pregunto desconcertada— está bien...

Se alzo la blusa y dejo que Keyle le mirra los pechos, en el medio ahí estaba esa imagen extraña que había aparecido sin más, no logra recordar como de lo hizo, todo sobre la estrella era blanco sin recuerdos o conocimiento. Los ojos de Keyle se volvían un amarillo neón con la iris alargada, se bajó la blusa y dio un paso hacia atrás llena de miedo.

— No es un pentagrama demoniaco... Esa es una maldición. –Explico Keyle–

— U...u...una... Maldición –Tartamudeo– ¿Cómo...?

— Hay ciertos símbolos que destacan en el mundo paranormal, el vínculo de pareja, los contratos con demonios, los pactos de sangre, mágicos, de sentencia a esclavitud o muerte... Y un sin fin, hay que averiguar quién te hizo esa estrella y deshacernos de los pequeños demonios.

La vio sacar un teléfono para después mandar un mensaje a alguien, inquieta se puso acomodar las cosas de la cama, después a recoger los objetos y prendas tiradas en el suelo, había estado tan acuitada con el trabajo y esos demonios pequeños que lo último que se le había pasado por la cabeza era limpiar la casa.

— Un amigo va a venir ayudarnos a marcar tu casa, soy mala en eso de hechizos de protección –Se excusó Keyle con la cara roja– bueno, te ayúdate a limpiar.

— ¡No! –Movió los brazos de arriaba abajo– yo puedo hacerlo...

— Yo no tengo problema en ayudarte.