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Aiden

Estaba de mal humor, enojado, pero muy enojado consigo mismo. Haber dicho aquello a Zaira había sido un desliz de sus emociones, dejo fluir en unos segundos años de rencor y dolor, él no necesitaba que los demás vieran ese lado suyo. Golpeo la pared del baño con fuerza, viejos recuerdos dolorosos que prefería mantener a raya y lo mas enterrados, inhalo profundamente para controlarse y no acaba haciendo una rabieta, ya no era ese chiquillo ingenuo y dulce, no, ya no, podía recordar con mucha claridad los sucesos del pasado que le marcaron para siempre. Sin contar lo que paso con Dix, las cosas entre ellos habían sido intensas y dolorosas, una avalancha empicada que arrastro todo a sus pasos que atraía consecuencias externas; una primera pelea con su hermano, Klaus siempre fue protector con Dix, cuando paso todo aquello por primera vez su hermano no estaba de su lado, él se había respaldado en que su relación su esposa solo le concernía a él y ella. En ese momento él tomo la decisión de enrabietarse con su hermano dejándolo de hablar casi un milenio, a veces se dejaba llevar por las emociones mas de lo que debía permitir,

Culpar a Zaira o Elais de sus problemas era un poco exagerado, aunque había buena parte de culpa, ella fue la causante del quiebre de su matrimonio y la perdida de su hijo nonato, perderlos a ambos fue doloroso y desgarrador que tomo tiempo para recuperarse, se habían dicho palabras hirientes, quizás en ese momento no supo cómo manejar la situación ni consolar a su ex esposa, admitía que intento cambiar la naturaleza de Dix, que encajara en el mundo perfecto de los ángeles, no se daba cuenta hasta ahora, había sido egoísta e imbécil. Soltó lentamente el aire mientras el agua caliente recorría su cuerpo poco dolorido, el agua de Vita estaba haciendo su trabajo en restaurar sus heridas y golpees; se sentía como un cachorro indefenso sin sus poderes, si Adirael supiera que se sentía asi lo estaría molestando, a veces ese viejo demonio podía ser un gran imbécil para su ego. A pesar de los insultos y agresiones habían forjado un tipo de amistad toxica, si, los dos tóxicos que no podían vivir sin hacerse la vida miserable, eso eran ellos dos.

Con su mano derecha hizo su cabello hacia atrás y cerraba los ojos para que el agua le cayera en el rostro, las cosas se estaban enredando cada vez más; Si Zaira era un Seraphi puro significaba que podía manejar magia antigua, y que muchos demonios matarían por obtener, cada parte de ellos era como una pequeña mina de oro, a lo que le hacía pensar si Kaliska lo sabía, si no era asi, los ángeles tenían una ventaja. Los Seraphis además de poder abrir portales especiales eran como un radar para objetos santos, ella no tendría problemas para encontrar el libro de hechizo de Celiel, aquel libro se perdió cuando su tía en un intento de desasearse de todo antes de entrar en el sueño eterno, ese libro había desaparecido antes de que su tía perdiera la poca cordura. Si lo encontraba cabía la posibilidad de regresar a Kaliska al vacío para siempre y quizás romper el hechizo que permitió a Elais reencarnar, asi regresaría a su plan original, poder ser el líder de los Ángeles y Arcángeles.

¡Buen plan! Si se acababa la amenaza todo estaría normalmente. Matar a Zaira puede ser que le ocasionase problemas innecesarios, como diría su viejo mentor Razer "Hay cosas innecesarias en la vida que pueden llevarte a un final que puede ser el menos indicado, Aiden. Hay que dejar ir las pequeñas espinas que se clavan en nosotros, nunca hay que permitir que aquello se entierre o siempre estará ahí molestando, no te aferres a un deseo de venganza o jamás avanzaras"

Elais era como una de esas espinas que se clavaron en él, le había dado el poder de envenenarlo. Lo que le hizo ya no tenia arreglo, su matrimonio no regresaría, ni tampoco su hijo nonato, al perderlos perdió algo de si mismos. Ya era hora de que le quitara el poder de arruinarle la vida, aunque deseaba hacerle pagar, esa sed de venganza crecía y utilizarla podía no ser un buen camino de redención, pero aliviaría ese odio. Y el hecho de que se sintiese atraído hacia ella le enardecía por partes iguales, el deseo lo quemaba al igual el sentimiento de que estaba yendo en contra, la odiaba y la deseaba a partes iguales y eso le sacaba de quicio por lo que terminaba desquitando su odio en ella. ¡Vaya mierda! -Gruño molesto, cerro la regadera y tomo una toalla para secarse en rostro, después tomo otra para enredarla en su cadera y salir del cuarto de baño, mientras caminaba hacia su closet secaba su cabello ahora en su tono natural, un platino casi blanco, se quedo quieto al pasar por el espejo de cuerpo completo, las heridas y hematomas ya no estaban, el fénix dibujado con tinta dorada abarcaba buena parte de su costado izquierdo y espalda, había una hilera de símbolos angelicales en sus manos y cadera, admiro su hermosura porque no iba a negarlo, él mas ardiente que el sol.

5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora