5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)

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500 años atrás...

Observo el lúgubre paisaje que desprendía Manchac, el cálido y fresco aire le movía los mechones castaños de su cabello el cual estaba sujetado en una trenza que evitaba que su espeso y esponjoso cabello andará al son del macabro aire.

— ¿Pasa algo? –escucho la voz de su hermana gemela unos dos metros de distancia de ella–

— No. –Respondió sin mirarla– ¿Dónde andabas?

Ahí si, se giró a mira a su gemela, aquellos ojos dorados iguales a los de ella pero a la vez tan diferentes, Kasliska tenía siempre una expresión algo llamativa que hacia temblar a los lugareños, el dorado de los ojos de su gemela estaban combinados con explosiones rojas, haciéndola ver más peligrosa, sin contar que la iris de ellas dos eran como la de los felinos.

— ¿Eso importa? –Respondió Kaliska–

— No.

Estaba acostumbrada a la frialdad de Kaliska y su lazo de gemelas las unía más allá de todo, pero no podía ser tan cruel y sanguinaria como su gemela; tenía cierto límite, algo su su gemela no tenía.

— La luna está más roja que nunca. –Dijo, admirando la belleza de la luna decorada por las aguas del pantano y la neblina, que contenía una neblina tóxica– ¿El rey está enojado?

— Creo recordarte, hermana mía que la luna roja no es símbolo de enojó de Klaus o Khaled. –Kaliska caminaba hacia la mesa de huesos, hecha de huesos de Molstan– está roja por otras cosas.

Frunciendo el ceño, volvió a observa el cielo estrellado... Deseaba verlo desde arriba ¿cuán hermoso sería ver la luna desde el cielo?

— Roja... –¿Porque la luna estaría roja?–

— Sean sacrificado tres niños para invocar a un Corvux.

La forma indiferente de su hermana no le sorprendía, Kaliska era un demonio en toda alma, cruel, sin emociones, sádica, sanguinaria y letal. Todo menos amable y si lo era, no era con nadie más que con Elais.

— ¿Porqué han invocado a un Corvux? –pregunto curiosa–

— Porque son creyentes de la magia oscura y de los demonios. A habido una disputa entre clanes.

— ¿El jefe de la tribu con los Amhat?

— Mataron a su pareja en pleno parto cuando el estaba lejos de la aldea buscando dientes de Vacurs.

¿Para que los usuaria? Los dientes de Vacur tenía cierto tipo de protección al que los usaba como talismán, aunque mayormente venían a ellas para todo tipo de magia.

— Sigo sin ver porque matarían a tres niños... Es...

— ¿Es que? –Los ojos de su hermana se tornaron rojo sangre– ¿Es que, Elais? Tu no eres humana y no debes sentir lástima de una especia asquerosa como los humanos, sólo sirven para ser maltratados y utilizados a nuestro antojo.

Mantuvo la mirada fija ante el reto de su hermana, si algo sabía era que tener a Kaliska como enemiga significaba la muerte, amaba a su hermana con intensidad pero no aprobaba lo que hacia con sus poderes y los humanos. No es que ella misma fuera buena, pero no se metía con almas inocentes y puras, eran muy hermosas esas almas como para mancharlas con maldad.

— No dije que amara a los humanos –Respondió con frialdad– ¿Me estas atacando, hermana?

Kaliska sonrió de una forma escalofriante que le hizo temblar.