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Ziara.

Su situación no era la mejor.
¿Ella... una bruja? Le costaba creerlo. Desde que tiene uso de razón siempre había odiado todo lo que tenía que ver con la brujería, lo odiaba, el sentimiento de desprecio crecía y le daba náuseas el pensar ahora que ella era una de las famosas brujas. ¿Porque no podía ser otra cosa? Un vampiro o lobo, o demonio o Ángel... ¿pero una despreciable bruja? 

Ahora Aiden le trataba peor que cuando se habían conocido, ¿por que odiaba a las brujas? ¿Que habían hecho las brujas a los Ángeles? O más específico, Ella. Supuestamente era una tal llamada Elias Cronwell, y su supuesta hermana la quería muerta... ¿por que? Si realmente era la reencarnación de Elais ¿Porque no recordaba nada? Ni los sueños que tenía, eran como un vago recuerdo olvidado en lo profundo de su mente y no estaba   segura que fuera de esa bruja. Por quinta vez se acarició el cuello, todavía podía sentir los dedos de Aiden apretandole el cuello con fuerza, un miedo le recorría el cuerpo de solo pensar en que casi moría a manos del hombre que desdichadamente se sentía atraída. ¿algo mas peor?

La casa de Aiden estaba en uno de los mejores lugares de todo Nueva York donde los más ricos podían vivir. Las casas tan impresionante que la dejaban con la boca abierta. Apretó más su maleta sencilla contra su pecho, algo le decía que esto no iba a ser nada bueno ni resultaría de la mejor forma; bostezo contra el vidrio de la puerta del carro y un símbolo algo extraño aparecía... desconocía el símbolo pero sabía el significado, el augurio de la muerte. Asustada borro la imagen y volteó a ver Aiden que estaba concentrado en manejar e ignorarla por completo, en estos momentos se alegraba de serlo.

Llegaron a la gran mansión de estilo moderno con un gran patio, Aiden estacionada a lado de un Ferrari de último modelo que sólo en sueños tendría. Aiden apagaba el motor y se quitaba el cinturón de seguridad, hizo lo mismo pero con nervios, ¿cómo iban a poder vivir juntos? No es que fueran pareja, eso estaba más lejos de las profundidades del infierno; solo es  era que el concepto de ella en estos momentos no venía siendo el mejor. No.

Soltó un largo suspiro. Bajo del coche con todo y maletas, Abdel estaba con una pelirroja algo estilo Jessica Rabit, una bella artista porno más bien. ¿Qué mujer tendría esa cuerpo y belleza? ¡Ninguna!

- Hey. -Saludaba Abdel algo confundido de verla ahí y con maletas- ¿te persigue un loca bruja?

Sabía que estaba bromeando pero había tocado la punta de la llaga con ese comentario. Aiden hacia una mueca e ignoraba a Abdel y su acompañante, ella tímidamente le sonrió.

- Parece que si... -Omitió la parte en la que ella era una supuesta bruja- ¿Y Keyle?

La pelirroja arrugaba su pequeña y bonita nariz como si tuviera asco, extraño.

- Esta con mi padre.

Oh.

- ¿Tú padre no es ese rubio de extrama sensualidad y belleza con un extraño sentido del humor y que las lacehtis quieren devorar por que está tan suculento que quieren un pedazo de ese bombón de carne hecho realidad para toda mujer?

Tenia que detallar, ese semejante espécimen debería ser adorado y cuidado, aunque su humor escabroso bajaba un poco el libido, la mamá de Abdel tenía que  ser una mujer de ovarios y muchos. Abdel se sonrojaba, parecía incómodo ante tal descripción de su padre, ¡Pero si era la puritita verdad!

- Si... ahorrate, esa descripción de mi padre... un hijo no desea ver como las mujeres lo ven, tengo suficiente con mi madre.

- Bien. Yo sólo daba mi punto de vista. -Sonrió algo inocente- con permiso.

Paso a lado de la pelirroja que hacia una mueca de desagrado, ¿que le pasaba a esa mujer? ¿Tenía náuseas o que? A mitad del camino su mente la recordó, esa era la novia de Abdel... hizo mueca de asco, que aguante de Abdel para soportar tal virus. Entro y un gran Hall la recibía, grandes cuadros de artista famosos adornaban las lujosas paredes, el espacioso lugar tenía una alfombra de forma color crema, una mesilla sobre la alfombra que tenía un florero enorme, detrás se veia la escalera que daba paso a la segunda planta, un candelabro de cristal de gran tamaño reducía sobre el hermoso techo, las luces claras le daban luz a los cristales que emitían destellos luminosos haciendo ver el Hall de forma llamativa y curiosa, era hermoso, más alla de las escaleras se veia una chimenea  y un gran juego de sala, podían ver diferentes entradas a otras partes de la mansión... ¡era impresionante!

5. EL CORAZÓN DEL ARCÁNGEL (Evil 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora