°•9•°

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Sus ojos se desviaron a las pantuflas tan llamativas que llevaba la chica.

Se reprimido una sonrisa. No sé tenia permitido reír.

(___): que te parece???

Estaba tan absorto en sus pensamientos que olvidó prestarle atención.
Ahora no tenía la mayor idea de que poder contestarle.

Hoseok: Si??

(___): oh!! Perfecto vamos.

Sin aviso, esta sujeto la mano del que aún seguía con dolores.

Hoseok: Que haces??

(___): te invito a comer.

De un jalón Jung se encontraba dentro de Otro lugar que no era su hogar.
Una sensación de sentirse  indefenso ante aquella mujer que de un día para el otro ya se estaba involucrando con él.

No podía negarse, después de todo moría de hambre.

Desde el comedor se podía sentir el aroma de una comida recién echa.

Su mirada se centro en la pequeña mesa ratona que estaba repleta de libros, cuadernos, bolígrafos y resaltadores.

La hora de la cena fue silenciosa.

(___): no acostumbro a cenar sola, antes lo hacia con mi madre o mi padre.

Él no quería involucrarse mucho con aquella chica, todo esto podría terminar mal.

Luego de ese comentario la cena siguió en silencio.

Él agradeció y se fue a su departamento.

El día siguiente sería un día muy agitado.

La noche para ella siguió igual, se la paso en vela hasta poder terminar sus deberes.

Al día siguiente no despertó hasta que se hizo el medio día.

El molesto ruido del teléfono sonando fue el motivo de su despertar.

Con mucha pereza camino y tomó su teléfono entre manos.

(___):  Diga?? -- un bostezo necesitado salió de ella.

Madre: Hija??? Aún seguías durmiendo??? -- al oir por su voz de su madre pegó un salto y se puso firme como si ella estuviera aquí. -- Jovencita!!...

(___): desperté hace horas... sólo que me tomé una pequeña sistesita.

La llamada fue la típica, su madre no dejaba de darle consejos, advertencias, los si y los no que tenía que tener en cuenta.

Al terminar la llamada se dirigió de vuelta a la cama.
Hoy era día de pereza.

Hoseok

Su despertar no fue tan bueno, los dolores no eran tan agudos pero lograban arrancarle algún que otro gritito.
Era simplemente desesperante no poder inclinarse.

El solo vestirse le provocaba dolores.

Hoy tenía que hablar con su abogado y su tío.

Se lo pensó un poco y decidio que  lo mejor era cancelar todo.

No era lo más apropiado mostrar un rostro todo golpeado en la empresa.
No sería algo que jugará a su favor.

Hoseok: Abogado Lee no ire. Ocurrió un percance.

Abogado: Otra vez ??

Esta situación siempre fue parte de la vida de Hoseok, su primo Jung Suho siempre odio a su primo. Odiaba que su primo tuviera una vida feliz y que  viviera como el niño de papi, que  tenía todo lo que quería.

Jung Hoseok  siempre cargo con la presencia de Jung Suho.

El fin de la llamada fue su salida. Quería volver a acostarse en la cama.

El finde semana paso así como si nada.
Ambos descansaban encerrados en su propio mundo.



Lunes por la mañana, todo el mundo despierto desde muy temprano para retomar su vida, unos vuelven al trabajo, otros son sólo estudiantes que con caras de no mucho amor al estudio se encaminan a sus institutos.
Los almacenes abren desde muy temprano. Las cafeterías cambian los letreros.

(___) agarra sus pertenencias y toma rumbo a la Universidad.

El camino fue tranquilo, nada raro sucedía a su alrededor.

Iba tan concentrada en sus zapatos que no vio que se llevó por delante a una persona.

(___): Lo siento, lo siento, no fue mi intención... -- sus disculpas quedaron a la mitad. Su rostro palidecio de un momento a otro, sus azulados ojos se tornaron más intensos. Un temblor y un nudo en su garganta le impedía seguir hablando. Un pánico fue lo que sintió recorrer todo su cuerpo.

XxX: No hay problema... Pero pero te encuentras bien??? -- parecía una persona común, pero no lo era. Su sonrisa era macabra, sus dientes mostraban una sonrisa pícara.

Él era malo. Él era el primo de Jung Hoseok, el mismo que días  atrás había golpeado brutalmente a su vecino. Aquel cuyas palabras solo transmitían odio.

Al ver que (___) no respondía quiso posar una mano sobre una de sus mejillas. Como si fuese un reflejo en modo automático ella se alejó, causando intriga en el chico que tenía enfrente.

(___): Lo siento.

Fue lo último que dijo y se marchó a toda prisa a su Instituto.

Al llegar soltó un muy fuerte suspiro. Sus respiración era pesada, sus pies estaban muy adoloridos.

Su salón de clases estaba repleto.

Tomó su lugar y trato de relajar su cuerpo.

A lo lejos vio llegar a su vecino, cuyos golpes ya habían cesado un poco.

Su paso era lento, cansado, tenía unas ojeras, su mirada seria. Parecía el típico chico malo, con un pasado que da miedo.

Esté solo tomó su lugar e ignoró a su vecina, quien al ver el acto del chico decidió dejarlo ahí.

Aún no podía borrar, la mirada de aquel sujeto.

"De todas las personas de Corea, justamente tenía que cruzarme con él "

Aun seguia nerviosa, sus claros y evidentes movimientos la delataban. Sus pies no dejaban de repiquetear contra los cerámicos del lugar.
Sus manos sudaban y se movían de manera desesperante en la mesa.
Su mirada iba de un sitio a otro, como buscando algo en el tumulto de estudiantes.
Pequeños mechones de descontrolaban con cada giro de su cabeza.

El lugar aún seguía con murmullos bastante altos. El lugar no era consciente de su situación.

No quería ver a nadie. El solo volver a su vecino le hacía recordar a aquel sujeto.

Él simplemente reposaba sus manos en la mesa.
Sus ojos permanecían cerrados.

De solo verlo podrías ver que estaba totalmente desconectado de la realidad que lo rodeaba.

Su pelo alborotado era una obra de arte que caía casi perfectamente en su frente.

Su respiración era tranquila, poseía un aura tan pacífica que asustaba.
El ruido no hacia ningún efecto en él, ya nada importaba.
Si tan solo hubierá abierto sus ojos hubiera visto a su compañera de banco en un pánico que podría alterarte a ti tambien.

Los ruidos cesaron, ella calmo un poco su nerviosismo y él abrió sus ojos.

Fue tal la sorpresa de ambos ver lo que sus ojos están viendo.

El director hacia su ingreso junto al profesor.
Los alumnos guardaron muchísimo silencio.

Estaba él.
Con su típica sonrisa que te deja mucho que desear.








Enredados (J-hope y tu)  (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora