Me gusta Andrew Reid.
¿Cuándo me di cuenta?
Desde el momento en que casi reviento fuegos artificiales al escucharlo decir que le parecía hermosa.
Sí, tampoco había superado eso.
Cada vez que lo recordaba no podía evitar sonreír como una idiota. Pero parecía increíble que Andrew me dijera una cosa como esa.
Sinceramente, mi ánimo había mejorado un poco después de ese día.
Tenía que ir a mi primera clase, la cual tengo con Ayudador. Estaba terminando de peinar mi cabello cuando unos golpes en la puerta se hicieron oír.
Dejé lo que hacía y fui a abrir.
Un Ryan sonriente apareció a la vista junto con una pequeña caja rosa.
—Hola —sonrío—. ¿Qué te trae tan temprano por aquí?
—Desperté temprano y pensé en acompañar a mi hermosa novia a su clase ¿es eso malo?
—No, al contrario, es eso muy lindo y tierno —me inclino besando rápidamente sus labios y él sonríe—. Voy por mi bolso para que nos vayamos.
Ryan asiente con la cabeza y dejo la puerta abierta para él mientras busco mi bolso y libros. Cuando encuentro todo me uno a él en la puerta.
—Lo siento, fin de semana algo ajetreado de tareas —salgo cerrando la puerta.
—No te preocupes, traje esto para ti —me entrega la pequeña caja mientras salimos de la residencia con rumbo a mi primera clase. El sol empezaba a salir y la luz de filtraba a través de los árboles dando bienvenida a la mañana. Chicos y chicas empezaban a ir a sus clases y amaba este ambiente.
Tomo su pequeña caja con una sonrisa.
Amaba la sorpresas.
Y más de Ryan, siempre sabía que regalarme.
Abro la caja y pequeños chocolates estaban ordenados en filas. Se veían deliciosas la verdad, pero no podía comer dulce tan de mañana.
Me hacía daño.
Y no estaba inventando, cuando era pequeña comí un chocolate como "desayuno" cuando iba hacia la escuela, al llegar tuve que correr al baño sintiendo un dolor tan fuerte en el estómago que parecía que estaba dando a luz. Tenía sólo doce años pero juro que me quería morir que aguantar ese dolor. Estuve alrededor de una hora sentada en el retrete sintiéndome morir. Fue hasta que unas compañeras me escucharon llorar del dolor que avisaron a la enfermera de la escuela que estaba mal y me ayudaron.
Desde ese día había evitado comer chocolate antes del medio día.
—Gracias —levanto la cabeza viendo a Ryan sonreír—, hace mucho que no comía chocolate.
—Bueno, entonces lo hice en el mejor momento.
—Claro —toma mi mano entrelazando nuestros dedos y entramos al edificio donde me tocaba historia.
Avanzamos por el pasillo evadiendo personas. A veces me parecía que día tras día miraba más alumnado pero según Air eran los horarios.
Aunque tal vez ella tenía razón, eso explicaría como al medio día la cafetería se llena y muy poca gente asiste a clases...
—Oye —llama mi atención Ryan sacándome de mi debate mental—, quería contarte algo.
—¿Ah, sí? ¿Qué pasa?
—Mis padres llamaron anoche.
—¿Sí? ¿Están bien? ¿Los saludaste por mí?
—Sí, sí, están bien, llamaron para avisarme que están aquí en la ciudad de visita.
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The Sound Of Your Heart.
Teen FictionLa rivalidad desata la guerra, y el odio...¿el amor? Keyla West a planeado toda su vida. Ir a la universidad, sacar buenas notas, graduarse de psicología, tener un consultorio prestigioso, y tal vez casarse. Pero lo que nunca planeó es que él se en...