Al día siguiente que desperté me sentía muchísimo mejor. Mi ánimo había mejorado mucho y eso era lo mejor para mí porque se supone que había venido a aquí por eso.
Y como me había comprometido con el abuelo en ayudarlo en el jardín, me puse mi mejor ropa de jardinería y bajé a la cocina encontrando a mamá haciendo una masa.
—Buenos días —saludo con más energía.
—Buenos días, cariño —responde ella sin dejar de mover—. ¿Cómo amaneciste? Te veo mejor.
—Me siento mejor —sonrío. Tomo una tostada que estaba en un plato y la llevo a mi boca dándole un gran mordisco—. ¿El abuelo está afuera?
—Sí —deja lo que hace y levanta la cabeza para verme—. Ya me contó sus planes, así que al menos desayuna primero.
—Estoy desayunando —respondo con la boca llena. Doy otro mordisco yendo a la salida trasera que da al patio trasero y me detengo en la entrada cuando mamá me llama.
—Keyla.
—¿Sí?
—Toma al menos un poco de jugo —coloca un vaso lleno de jugo a la orilla de la barra y niego con una sonrisa yendo a tomar el jugo. Me lo tomo de un trago y dejo el vaso donde estaba.
—Listo.
Voy a la salida esta vez sí saliendo afuera. El abuelo como es de esperarse ya está de rodillas en el suelo haciendo hoyos para plantar alguna nueva planta. Sonrío al verlo y bajo los pequeños escalones yendo con él.
—¿Cómo vas con eso? —pregunto a lo que él levanta la cabeza para verme. Sonríe y se vuelve a la tierra de nuevo.
—Buenos días Key, creí que no bajarías.
—Jamás dejaría solo a mi abuelo favorito —me dejo caer a su lado en la tierra viendo qué hacer—. ¿En qué puedo ayudarte?
—Haz más hoyos, no muy profundos, son para las semillas de girasol que compré ayer.
—Así me dijo mamá que habías comprado —hago lo que me dice haciendo pequeños hoyos en la tierra—. ¿De dónde sacaste esa idea?
—Leí en un libro que los girasoles son una de las flores más llamativas debido a su color, también que atrapan más luz solar y que son hermosas. Dan alegría a donde quiera que estén plantadas.
—Eso es muy bonito.
Cuando terminamos todos los hoyos, el abuelo toma una bolsa, lo que imagino son las semillas y las abre dándome algunas.
—Ellas me recuerdan a ti.
—¿A mí? —dejo una semilla en cada pequeño agujero y luego los tapo colocando más tierra sobre ellas.
—Sí, dicen que siempre destacan y brillan, y así eres tú —me lanza una mirada—, brillas con tu hermosa personalidad donde quieras que vayas.
Sonrío de su comparación porque me parece muy tierna pero a la vez muy acertada su comparación.
Muchos me decía que yo era una de las personas más alegres que han conocido y me encanta saber que al menos hacía feliz a alguien con mi locura.
Con el abuelo terminamos de plantar las semillas y poco a poco las regamos con agua para que pudieran crecer fuertes y sanas.
—Listo —anuncia él poniéndose de pie mientras sacude sus manos de la tierra—. Hemos terminado.
—Uf, esto es algo cansado pero relajador —sonrío para él.
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The Sound Of Your Heart.
Novela JuvenilLa rivalidad desata la guerra, y el odio...¿el amor? Keyla West a planeado toda su vida. Ir a la universidad, sacar buenas notas, graduarse de psicología, tener un consultorio prestigioso, y tal vez casarse. Pero lo que nunca planeó es que él se en...