Ryan entró al camerino cerrando la puerta tras él. Mi primer instinto es ir a él y abrazarlo pero no tenía certeza de qué hacer considerando como estaban las cosas entre nosotros.
-Hola -sonrío, el entusiasmo de verlo creciendo en mí.
-Hola -se cerca unos pasos luciendo algo nervioso-. Vi tu presentación.
-¿Sí? ¡Sí! En serio, yo...me da gusto que estés aquí... No, no sabía si vendrías o no...
-Yo tampoco -su mirada sostiene la mía pareciendo inseguro de qué hacer-. Por cierto, estuviste muy bien ¿cómo está tu rodilla?
-Bien creo, duele un poco, pero estaré bien.
-Bien.
Un incómodo silencio cae sobre nosotros mientras nos miramos sin saber qué hacer, mi boca se abre queriendo decir todas las cosas que he estado pensando los últimos días, pero nada sale de ella, no tengo el valor para preguntarle todavía.
-Ryan...
-No, no sé porqué estoy aquí -dice como si supiera lo que iba a decir. Toma un profundo respiro pasando una mano por su nuca-. Sólo sé que te extraño y que quería verte después de esa presentación, y tampoco sé qué pasará con nosotros...aún no lo decido...sólo, sólo quería verte.
Escucharlo decir hace que mi corazón se encoja en mi pecho porque también lo extrañaba mucho, Ryan me había enseñado lo que era el amor verdadero y el dicho de nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, quedaba perfecto para mi situación, porque no sabía lo que significaba tener a Ryan en mi vida hasta que lo había perdido.
Me quedo sin palabras viendo a Ryan fijamente, no sabía qué decir, ¿eso era un todo está bien o todo está mal?
-Te veré luego -dice cuando nota que no digo nada. Antes de que pudiera procesar todo, él salió del camerino cerrando la puerta tras él.
Me quedo unos instantes viendo la puerta fijamente, tratando de procesar lo que acababa de pasar. ¿Qué se supone que había sido eso?
No sé por cuánto tiempo estuve ahí sin moverme viendo la puerta fijamente, sólo sé que había pasado un largo rato cuando ésta se abrió de nuevo y Paul entró. Él sonrió al verme y el alivio se reflejó en su rostro.
-Keykey...
-Paul -mi voz se quiebra y un sollozo sale de mí. Ni siquiera estaba consciente de que quería llorar, pero lo estaba haciendo y no podía parar.
Paul se acerca a donde estoy y me abraza mientras lloro como un bebé en su hombro. Estaba cansada y lo único que quería era abrazar a alguien hasta quedarme dormida. Me aferro a él y a su cálido abrazo sintiendo su peculiar olor a canela, lo había extrañado mucho.
-Keyla -dice suavemente sin alejarme-. ¿Por qué lloras?
-Han pasado tantas cosas Paul -apenas puedo entender lo que digo, pero no quería alejarme de él-. Mi abuelo murió, Ryan parece que me odia, me lesioné y lo más seguro es que pierda la competencia...y tú sabes todo lo que he esforzado para poder estar aquí, Paul -finalmente logro alejarme de sus brazos y él hace que me siente para hacer lo mismo a mi lado-. Tengo miedo, todo en mi vida se ha ido en picada y ni siquiera me había dado cuenta hasta este momento, parece como si nada pudiera ser peor.
-¿Terminaste?
Sorbo mi nariz para luego hablar. -Sí.
-Bien, porque me pondré de pie -y lo hace, se pone de pie volviéndose a mí-. No quiero verte llorar más Keyla, de nada sirve llorar si no buscas cómo solucionar los problemas, tú más que nadie sabe lo que quiere y de lo que es capaz de hacer así que no te ahogues en un vaso con agua. Ahora levántate, sécate las lágrimas que van a dar los resultados -apunta el televisor en una de las esquinas dónde pasaban el concurso-, ve ahí por tu lugar, y con respeto a lo demás, todo mejorará, lo sabes.
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The Sound Of Your Heart.
Teen FictionLa rivalidad desata la guerra, y el odio...¿el amor? Keyla West a planeado toda su vida. Ir a la universidad, sacar buenas notas, graduarse de psicología, tener un consultorio prestigioso, y tal vez casarse. Pero lo que nunca planeó es que él se en...