3. Nadie está a salvó

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Salí a pasó rápido del edificio, había llamado a mama diciéndole que no me sentía nada bien, no quería estar aquí. Y si eso de la lista era verdadero, tenía que estar más que encerrada.

Divisé el coche de mama a unos cuantos metros, comencé a caminar hacia el auto tratando de calmar mi nerviosismo.

–Hola cariño, ¿Cómo te fue? –trague saliva antes de contestar.

–Bien, supongo.

–¿Supones? –asentí restándole importancia, mama hizo un leve movimiento y prendió la radio.

La música sonaba fuertemente y de pronto paró.

»Triste noticia la del día de hoy Max. Nos acaban de informar que han encontrado el cuerpo de Luis Fonseca, de diecisiete años de edad, sin vida. A las afueras del pueblo, cerca del barranco. No daremos los detalles porque en sí, fueron más que grotescos. Otro asesinato por parte de EBC, ¿cuando parará?

Les pido que guarden un minuto de silencio, en honor al valiente joven que el día de hoy, a perdido la vida. Y recen, recen por que paren estos asesinatos, esta siguiendo con la lista...«

Apagué la radio enseguida, antes de que acabara de dar su discurso.

Cómo había personas tan crueles en el mundo, era sólo un chico, un niño en realidad. Mis ojos se cristalizaron al oír lo que había pasado, mi madre tan sólo apoyo su brazo en mi hombro.

–Ya tú padre está trabajando en eso, no tengas miedo. Pronto lo atraparemos y será su fin –no muy segura de las palabras de mi madre, tan sólo di un leve movimiento de cabeza.

¿Qué había pasado con el pueblo?
Cuándo se convirtió en este lugar tan desagradable.

Al llegar a casa lo primero que hice fue subir a mi habitación rápidamente.
Busque mi Lap, tenía que hablar con mi mejor amiga sobre lo que estaba pasando, algunas de las personas que estaban en la lista eran nuestros amigos.
No podía dejar de pensar que el mal los asechaba.

Genial, no me contesto.
Dónde estas cuando más te necesito, Dulce.

Alguien llamo a la puerta, porque siempre tenían que interrumpirme.

Abrí la puerta encontrándome con la mirada de mi padre, soltó un suspiro y entro sin que yo le diera permiso.

–¿Qué pasa? –me posé frente a el.

–Mama y yo... Tu madre y yo hemos decidido que continuarás tus estudios en casa.

–¿Qué? –grité.

–Si, es muy peligroso estar afuera, vera.

Beso mi frente y se sentó a mi lado.

–No queremos que nada te pase, es mejor que estés aquí, en casa. A salvó –murmuró.

–Nadie está a salvo, no con esa bestia afuera.

Enamorada de un asesino |Erick Colón| #PromiseAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora