-Te quiero Jess, y es hora de que lo acépte- tomó mi cara entre sus manos, se acercó poco a poco, mis labios estaban a milímetros de tocar los suyos, y el deseo de besarlo fue demasiado fuerte.
De prónto metió una pastillita a mi boca, al ver mi desconcierto levantó el vaso con agua: -Tienes que tomar tu medicina- y me extendió el vaso.
No súpe si llorar o golpearlo hasta que me cansára.
Él al notarlo, la comisúra de sus labios se elevó -Aquí no cielo, pero será cuándo menos lo esperes- me guiñó un ojo y con la mano hizo ademán para que lo bebiera.
Me lo tomé junto con la pastillita mientrás maldecia a sus antepasados.
-Por qué me buscaban?- recordé la conversación de hace rato, y quise respuestas.
Dracó se quedó pensando, luego volteó a ver la cámara de vigilancia, y luego a mi.
Se acercó a mi oído y susurró: -No podemos hablar aquí, pero prometo que cuándo regreses a casa te daré las respuestas que buscas-
Estaba en una carretera, mi papá manejaba y yo iba de copilóto.
El cielo estaba grís y probablemente llovería, las montañas de tierra y piedras a ambos lados de nosotros impedían que vieramos algo más. La lluvia comienza, va aumentando poco a poco hasta que se vuelve una tormenta con granizo. Giró la cabeza hacía los barrancos para contemplar con horror que se están desprendiendo, mientrás caén, no puedo hacer más que gritar, papá dice algo pero no logro entender que. Alcanzo a escuchar el sonido del metal abollandose cuándo la tierra nos alcanza, y después de eso, todo queda negro.Al abrir los ojos, estoy de cabeza, el deslave nos volcó, pero eso no es lo que más me inquieta; papá no está en su asiento.
Desabrócho mi cinturón de seguridad y me impacto contra el suelo, pateó la puerta para abrirla y cuándo lo consigo salgo a rastras del vehículo.
Búsco a mi padre con la mirada, siento escurrír algo por mi cara, al tocarme con los dedos una mancha de color carmín los cubre. A unos pocos metros, veo a papá, tirado en el suelo y no se mueve.
Corró hacía él, cuándo llego observo con horror el cuerpo sin vida de mi padre, y caigo de rodillas.
Sostengo su cuerpo entre mis brazos, lágrimas se adueñan de mis ojos, y un vacío se construye en mi interior mientrás un agujero se imstala en mi pecho. Comienzo a llorar... a gritar.
No ocúlto cuánto es mi dolor, de todas maneras no hay nadie que pueda escucharlo. Gríto a todo pulmón, mientrás las lágrimas se confunden con las gotas de lluvia que escurren por mi cuerpo.Un grito se escúcha por encíma de los truenos; mi grito.
En ese momento, el cielo se abre, y un ángel baja. Me tiende la mano pero yo no la acepto, no hago nada más que abrazar el cuerpo de mi papá.
-Ven conmigo- dice el ángel mientrás se agácha para quedar a mi altura.
El sonido de una ambulancia inúnda mis oídos, levánto la vista y veo que el ángel sigue mirándome.
-La ayuda viene en camino, tu estarás bien-
Yo, pero no mi papá.
Agacho la cabeza y sollozo mientrás abrazo el cuerpo, el ángel abre sus alas, y me cubre de la lluvia con éstas.
-Cómo te llamas? Quién eres?- me atrevo a preguntar con un hilo de voz aún con la mirada abajo.
Siénto su palma en mi espalda, al tiempo que me susúrra: -Mi nombre no importa, soy tu protector y a partir de ahora no dejaré que nada te pase-
ESTÁS LEYENDO
Lágrimas de un Ángel, La Agonía de un Demonio
Ciencia FicciónLas estrellas miran, la luna me abraza... Un ángel llora. Ella, una humana cuyo destino ya está escrito. Depende de ella el destino de la humanidad pero, deberá elegir un bando; ángeles o demonios. Sea cual sea su decisión, el amor de su vida podría...