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**Jess**


Liam llamó preguntando si quería ver una película. Dije que si y veinte minutos después Logan tocaba la bocina del auto anunciando su llegada.

-¿Qué rayos hace Lascurain aquí?- preguntó Drake mientras se asomaba por la ventana.

Alex se paró junto a él igual o más confundido.

Bajé las escaleras y aguanté una carcajada al ver a los chicos espiando por la ventana.

-Me quedaré en casa de Liam esta noche- avisé causando que ellos saltaran.

-¿Disculpa qué dijiste?- preguntó Alex levantando una ceja.

-Sé que me oíste perfectamente- me acerqué a él y dí un beso en su mejilla.

Drake estaba atónito.

-¿En verdad te quedarás con esos?- dijo indignado.

-Noup, solo veremos una película, regreso en un rato- susurré en su oído.

Me marché antes de que pudieran decir algo más.

Logan bajó del auto y abrió la puerta para después los tres partir.

Liam conducía con precaución por las calles, respetando todas las normas.

-Por el amor de Dios, ¿Puedes manejar más rápido?- se quejó Logan.

-Noup- contestó.

El auto de atrás tocaba el claxon desenfrenadamente, Liam sacó la cabeza por la ventana agitando la mano como abuelita.

Por un momento creí que se tiraría del auto en movimiento. Lógicamente eso nunca pasó.

-¡Funciona! ¡Su claxon funciona!- gritó.

El conductor gritó unas palabrotas en respuesta y nos arrebasó gritando groserías.

Reí por lo sucedido.

-¿Pueden poner música?- pregunté al tiempo que me estiraba para encender la radio.

-Hey, ni se te ocurra. Yo soy el copiloto y yo decido la estación- dijo Logan dándome un manazo.

Empezamos a pelear haciendo que Liam perdiera los estribos.

-¡Dejen de pelear!- gritó dando un frenazo para evitar chocar -No me hagan perder el control, porque si lo hacen choco y nos morimos todos- dijo medio bromeando.

-¡Liam! Maneja bien!- gritó Logan una vez que se estacionaron.

-Ay, ¿De qué te quejas? Si fuiste tú quien me enseñó a manejar. Además llegamos completitos- extendió los brazos señalandolos.

Comencé a reír como loca, Logan revoloteó los ojos y Liam lo arremedó.


Bajamos del auto y entramos a la casa de Liam. Propuso preparar bocadillos para la película, después de ser molestado diez minutos por mi diciendo que esas cosas eran de chicas, pusimos manos a la obra.

Lágrimas de un Ángel, La Agonía de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora