Nuevo Ataque

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Dracó se alejó de mi y salió por la puerta sin decir nada.

La imagen de él al borde de las lágrimas era un recuerdo que se grabaría en mi mente por un largo largo tiempo.

Me quedé quieta unos segundos, después di dos pasos hacia la puerta antes de que la voz de Chris me detuviera.

-No lo hagas-

Giré hacia él.

-No puede irse así, está muy mal- lo miré esperando que comprendiera, pero al contrario me sujetó de un brazo.

-Por eso mismo, es inestable ahora, no queremos que nada te pase. Deja que se tranquilice primero- su mirada estaba fija en mi.

-Chris por favor, no se pude ir así- mi tono de voz se volvió suplicante.

-No irás, y no está a discusión- sentenció.

-No se puede ir solo- elevé un poco mi voz.

-Yo me encargo- Jake habló comenzando a caminar hacia la puerta.

-Jacob- Chris lo llamó.

Él se detuvo soltando un suspiro. Volteó para mirarlo un par de segundos. Fijó su mirada unos instantes en mi, mirándome con unos ojos fríos y secos; jamás me había mirado de esa manera. Volvió a ver a Chris, luego asintió con la cabeza mirando de reojo la sudadera que tenía puesta y salió de la cafetería.

Posé la mirada en los chicos, y todos estaban lastimados. Chris tenía la sien izquierda totalmente roja, y estoy segura de que un horrible moretón le saldrá, eso sin contar el corte que tiene en la ceja de la cuál brota sangre. En la mejilla derecha de Alex un enorme cardenal empezaba a ser notoriamente visible ante semejante puñetazo que Dracó le dio. Ish tenía un corte en él puentecillo de la nariz el cual sangraba, y media cara morada. Drake era el más lastimado de todos; su labio inferior estaba abierto y brotaba sangre, su nariz parecía cascada con un líquido ámbar, y junto a su ojo derecho empezaba a ponerse de colores.

Incluso antes de que se fuera, Jake se sobaba el estómago ante la severa patada que Dracó le dio.

-Será mejor que nos vayamos de aquí- Chris habló.

Todos asentimos.



El transcurso en el carro de Chris fue incómodo, nadie hablaba, todos podíamos sentir la tensión en el ambiente.

Un vez que llegamos, Chris se bajó conmigo hasta la puerta del hotel. Después de que me ofreciera a curar sus heridas, y se negara rotundamente alegando que ellos se curaban solos, me dejó sola y se fue con los demás.

Caminé por el living directo al ascensor, subí en el y partí hacia mi habitación.

Una vez ahí, unas cuantas cajas estaban en la sala. Las tomé y comencé a guardar la ropa que había traído.

Media hora después, mi papá llegó, subimos todo al auto y partimos hacia nuestra casa.

-Qué tal la escuela?- preguntó cuando el semáforo se puso en rojo.

La escena de Drake y Dracó partiéndose la cara mutuamente me llegó instantáneamente.

-Todo bien- contesté mirando por la ventana.

-Qué tal tus amigos?-

Giré la cabeza para verlo, al tiempo que levantaba una ceja sin entender a qué se refería.

-Qué con ellos?-

-Cómo los conociste?-

-Compartimos clases- levanté los hombros.

Lágrimas de un Ángel, La Agonía de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora