Maestro Nuevo

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**Jess**

Sentí la sangre agruparse en mis mejillas, y sólo eso bastó para saber que me había puesto totalmente roja.

Algunas chicas de la clase miraron a Ish con la boca abierta, pero no por lo guapo que estuviera, sino porque acababa de poner cómo condición que se sentaría conmigo si yo era su compañera para el proyecto.

Él se sentó junto a mi y me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.

-Te molesta que haya pedido que séas mi compañera para el proyecto?- me preguntó levantando las cejas, aún con la comisúra de sus labios levantada.

Está bromeando? Cómo rayos me molestaría?! Jamás creí que alguien como el se fijara en alguien cómo yo!

-Para nada- le dedique la mejor sonrisa que pude, y sentí que el rubor aún no se iba.

El sonrió aún más, lo cuál hizo a mis hormonas enloquecer, pero las mantuve a raya.

-Bueno, tu ya sabes mi nombre, pero da la casualidad que yo no se el tuyo- ladeó un poco la cabeza, y el azul de sus ojos captó toda mi atención -Cómo te llamas bonita?- su mirada era tan intensa, que me puse nerviosa y en ese momento olvidé mi nombre...

-Humm, yo, yo...- comencé a balbusear sin quitar la mirada de sus ojos -Ah?- fue lo único que logré decir.

-Jessica!- el maestro gritó mi nombre, y solo así logré recordarlo -Ayudarás y pondrás al corriente a Ish sobre nuestro Instituto, sería bueno también que le dieras un tour-

Logré asentir con la cabeza y volví mi vista hacía Ish.

-Jessica, me llamo Jessica, Jess para los amigos- sonreí como niña chiquita, pero no podía dejar de mirar el azul de sus ojos.

De reojo pude notar que todo mundo nos observaba, algo que Ish también notó.

Cuándo la clase terminó, Logan y Liam me dijeron que fuera con ellos a la siguiente clase, acepté pues me sentía mal porque por mi culpa habían regañado a Liam y les estaba ocultando la verdad a ambos.

Drake, Dracó, Alex, Jake y Ish se tardaron más que el resto de la clase en salir, no quisé prestar mucha atención al asunto y me marché a mi siguiente clase con mis mejores amigos.
El recorrido no fue tan incómodo como esperaba, Liam iba gastándo bromas como de costumbre, Logan intentaba parecer serio pero terminaba sediendo a las ocurrencias de nuestro bufón privado, incluyéndome. La verdad es que, con ellos me la paso genial.

Cuándo llegamos, el maestro aún no estaba, era un hombre mayor de sesenta y cinco años apróximadamente, regañon y serio, además de ser muy estricto en su materia.

Tomé asiento, me pusé los audífonos y saqué una libreta donde empecé a escribir ídeas que se me venían a la mente; me han dicho que tengo talento nato para ser una poeta, y la verdad es que me encanta escribir, sólo así expreso lo que siento, y muy rara vez lo comparto con alguien.

Unos cuántos minutos después entraron los demás chicos que esperaba ver, cada uno tomó asiento incluyendo a Ish que se sentó dos bancas atrás de la mía, luego entró el maestro, pero no era el anciano arrugado de mal carácter que yo esperaba ver, oh no, éste parecía modelo.
Piel bronceada, ojos color miel, cabello castaño medio largo, a pesar de la passmina y la camisa que llevaba se notaban sus brazos marcados y las venas que sobresalían, era alto 1.93 apróx, ciertamente el tipo no estaba nada mal, y las demás chicas opinaban lo mismo que yo... o peor.

-Buenos días, mi nombre es James Smith, y a partir de hoy seré su maestro de Historia Universal- sonrió a toda la clase, se sentó en el escritorio -Les parece si se presentan? Les advierto que me llevará un tiempo aprenderme todos sus nombres- soltó una leve carcajada, y conforme cada quien se presentaba se iba levantándo.

Lágrimas de un Ángel, La Agonía de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora