Yoga de colores

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Kihyun estaba muy tranquilo en su cocina: un pañuelo en la cabeza, el delantal puesto y unos transparentes guantes daban a la idea de que efectivamente estaba cocinando. Las verduras picadas en un lado y sus pequeños y rechonchos dedos despellejaban un pollo al ritmo de la música. Cada tanto tarareaba o cantaba los coros y su dulce voz hacía eco por la sala. Pero pronto unos ruidos empezaron a molestar su calmado ambiente. Estaba haciendo una cena para el cumpleaños de su pareja y esperaba estar rodeado de carne de res y pescado por al menos una hora más. Sin embargo el sonido se convertía en jadeo y los murmullos en grititos. Sus mejillas se fueron sonrojando cada vez más hasta que casi traspasa la tabla de madera de un cuchillazo soltando un evidente bufido de molestia. Si fuese un dibujito seguro le hubiese salido humo de la cabeza. Quitó los guantes con la mayor violencia posible y los lanzó al fregadero en lo que empezaba a caminar escandalosamente hasta abrir con violencia la puerta de su compañero de casa y mejor amigo.

— ¡Ustedes dos par de detestables niños les cortaré la cabeza si siguen así! — el pequeñísimo chico de mejillas rojas y actualmente cabellos de un rubio brillante, estampó la puerta todo lo que pudo logrando que tanto Hoseok como Changkyun terminen rodando por el suelo tal cual si les estuviesen dando el susto de sus vidas. El más grande tenía una mano en la pierna ajena, ésta estaba justo en sus hombros, Changkyun repartía las manos en el suelo con rostro de agonía. La música de fondo era sumamente relajante y una colchoneta estaba en la espalda del más joven.

— H-hyung... ayúdame. Por favor. — Changkyun suplicaba mirando hacía arriba, torcido como una gelatina y Kihyun resopló con enojo, golpeteando el suelo varias veces con los pies, estaba mucho más que indignado. Ese par había estado así desde hacía horas, tratando de hacer que Changkyun hiciera algo de deporte. Hoseok había intentado durante semanas varias cosas y finalmente trató con yoga, al principio había dado resultado, hasta que empezaban a estirar y el más chico solo largaba sonidos obsenos y terriblemente agudos una y otra vez.

— ¡Tú! Los vecinos van a pensar cualquier cosa. Son las siete de la tarde. — una vez más rechinó y se escuchó la risa tonta del mayor de ambos, Hoseok reía divertido, estirando la pierna de su novio con obvias malas intenciones, incluso había logrado rozarle en más de una ocasión, logrando unos chillidos tan adorables que contrastaban mucho con la voz gruesa que el más joven tenía.

— ¡Él empezó hyung! Me hace mal a propósito. — el rostro de Hoseok se estiró en una mueca asombrada. Un 'Ya' plagado de fingido sentimiento de traición se hizo visible y el chico que ahora tenía un bonito pelo negro y corto hizo un movimiento fuerte con la pierna que tenía en la mano, provocando un nuevo grito por parte del peli azul, quien felizmente había conservado el color durante casi dos meses.

— ¿Qué pasa aquí? — Hyunwoo apareció en la puerta de entrada de la habitación, justo detrás de Kihyun, sosteniendo una cuantas bolsas transparentes. Su entrecejo fruncido y el cómo arqueaba una ceja era una clara consigna de que no estaba feliz con la visión y haciendo malabares con las manos logró tapar los ojos de su pareja como si en frente estuviese el demonio.

— ¡Ah! Hyung. ¿Ya llegaste? Bienvenido. — un animoso Hoseok salió de la tortura a su pequeño novio para acercarse al otro. Enseguida recibió una sonrisa a medias y un indignadísimo Changkyun se alzó del suelo frotándose los costados, golpeando repetidamente a su novio en el brazo. Al final habían terminado todos entre la cocina y la sala de estar, con lo cual Kihyun tenía que aguantar los estruendos de los demás sin poder cocinar con tranquilidad.

— Changkyun tiene fecha para presentar la tesis la semana que viene. — el primero en hablar fue Hoseok, con su sonrisa maravillada, tenía al más joven entre las piernas, apretándolo un poco para que no pudiese salirse de allí, incluso le abrazaba por el torso para pegárselo como si se tratara de un peluche. Se escuchó un 'cállate' muy suave, mejillas rojas de la vergüenza, Changkyun no le había dicho a nadie. El miedo de reprobar y que lo estuviesen esperando afuera era bastante estresante, pero no le sorprendía que su novio lo estuviese gritando a los cuatro vientos, siempre era igual. En parte le agradaba, Hoseok se ponía orgulloso y le mostraba como un trofeo de primer puesto por todas partes.

Café y Lágrima [Wonkyun|Showki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora