Café y Lágrima [Wonkyun|Showki]

Too beautiful to handle - Final Showki

Un mes más tarde

El sonido de un avión desaparecía lentamente en la lejanía, ambos chicos estaban parados en la puerta de un aeropuerto. Kihyun miraba al mayor de reojo, sus mejillas levemente rosadas y sus cejas arrugadas por la presión que estaba sintiendo. Su cabello marrón caía desordenadamente en su frente por el viento que les perseguía de costado.

— Deja de mirarme Kihyun. Me harás un agujero. — espetó de una vez en lo que comenzaba a caminar, metiendo las valijas en el baúl de un auto alquilado. Estaban finalmente en la isla Jeju donde los padres del moreno vivían desde que se habían jubilado. El chico resopló apenado, sus ojos parecían a punto de desbordar lágrimas y al final Hyunwoo se acercó para besarle la frente y mejillas, acariciando con calma su cuello.

— Estoy enfermo. Sabes que sigo enfermo. N-no se si pueda hacer esto. — Kihyun quería llorar, lo estaba deseando mucho pero aún así no lo hacía, respiraba con dificultad y al final se apoyó en el hombro de su pareja, temblando, era un manojo de nervios. Los padres del chico eran médicos, la madre psiquiatra. La idea de que lo vieran con ojos de doctores era sumamente aterradora.

— Mírame, ¿tanto te importa? Yo soy tu novio, tu dueño. No necesitas aprobación de nadie, más que de mí. Tienen dos perros, así que tendrás con qué distraerte. ¿Ok? — la sonrisa que le regalaba era embriagadora y Kihyun se derritió en sus brazos, asintiendo embobado mientras caminaba al auto. Nada podía salir mal. Nada iba a cambiar lo que eran ellos. Eso es lo único que tenía que pensar y sobreviviría las noches que fuesen necesarias. Sintió los dedos entrelazarse con los ajenos cuando comenzaron el camino. Y esperaba no tener que soltarse jamás de él.

Un año y algunos meses más tarde

— ¡Hyung! ¿Dónde estás? — gritó una bolita de pelo rosa mientras caminaba con una caja que le tapaba el rostro, entrando escandalosamente a una cocina. Hyunwoo acababa de mudarse de casa y Kihyun había decidido por sí mismo ayudarlo a cargar las cosas en sus cortos brazos y piernas, cada paso que daba era tan corto que creyó escuchar la risa de la gente por detrás y ni siquiera pudo pararse a maldecirlos.

— Te dije que no cargaras estas cosas. No puedes ver hacia adelante. — el moreno negaba divertido en tanto se acercaba para sacarle el peso de arriba, las mejillas rosas del chico estaban infladas. Yoo Kihyun tenía un orgullo tan grande que si alguien le decía que no, él iría por el sí.

— ¿La traje o no la traje? — respingó cruzándose de brazos y el mayor dejó salir su risa tonta y de a partes mientras acomodaba las cosas en una mesa y comenzaba a sacar los instrumentos de cocina. Su pequeño novio se había vuelto más demandante con el tiempo, dejando salir su personalidad maniática y detallista. Lo cual le había agradado más de lo que creía posible.

— Esta bien, ¿vas a buscar el televisor también? — alzó una ceja y el peli rosa pensó en golpearlo y gruñó cual gato enojado. Eso era imposible, literalmente medía más el televisor que él. Sus cejas se aplastaron de molestia y Hyunwoo empezó a reír a carcajadas mientras terminaba de acomodar las ollas en las estanterías. Se giró cuando terminó y agarró la delgada pero formada cintura del menor, las piernas y el peso del chico había vuelto a ser exquisitamente saludable. Lo levantó un poco contra él y se cercioró de besar su mejilla y labios.

— Lo traerán las personas del camión de mudanzas. Que para eso las contraté. Así que solo quédate aquí y ayúdame a sacar las cosas de las cajas. ¿Sí? — su mano acariciaba la nuca y espalda ajena, repartiendo besos perdidos por su rostro. Kihyun se revolvía como un animal mojado y gruñó bajito. Lo hacían sentir inútil pero al final cedió a las caricias y se abrazó al cuello, escondiendo el rostro entre la piel suave del mayor. Repartiendo caricias cálidas en el cuello.