Diciembre, 1997
Karen
El fuego de la estufa a leña me hipnotiza. Puedo ver como las llamas danzan de aquí para allá y su calor me abraza mientras observo la nieve caer a través de la ventana. Florida en invierno era una verdadera maravilla.
Me levanto del sillón con pocas ganas y me pongo mi abrigo, no quiero hacerlo esperar demasiado. Cuando me encuentro lo suficientemente abrigada abro la puerta principal y el frío me rodea, al exhalar puedo ver el vapor salir de mi boca.
Afortunadamente ya no está nevando. Corro hacia el auto y entro en él. Enciendo la calefacción inmediatamente para no dejar que mi cuerpo se enfríe demasiado.
Conducía a diario para poder ver a Fernando, todos los días nos encontrábamos en el mismo sitio, hiciera calor o frío. Era una pequeña cabaña que pertenecía a su familia, muy hermosa y acogedora, especialmente en esta estación del año. A veces él me sorprendía llevándome a algún sorprendente lugar, siempre pensaba en todo, lo detallista que era fue lo que desde el principio me atrajo de él.
Lo recuerdo como si fuera ayer, cuando hace aproximadamente un año él y su familia llegaron desde su país natal para empezar una nueva vida aquí. Querían invertir su dinero en Miami y desde entonces les ha ido muy bien.
Lo conocí durante un fin de semana que fui a quedarme en la casa de mis tíos, él estaba afuera sentado en el cordón de la vereda. Recuerdo la primera mirada que nos dedicamos y una inmediata sonrisa después de eso. Nos empezamos a saludar seguido, lo único que intercambiábamos era un "Hola" de ida y otro de vuelta. Lo veía cada vez que iba a la casa de mis tíos.
Un día decidimos hablar, recuerdo que él fue quien tomó la iniciativa acercándose a mi. Nos hicimos muy amigos desde el principio, vimos que teníamos muchas cosas en común. Yo empecé a contarle lo mío y él lo suyo, hasta que hace seis meses descubrimos que lo nuestro era más que una fuerte amistad.
Llego y estaciono el auto afuera de la cabaña. Puedo ver las luces encendidas por lo tanto supongo que él ya está aquí. Además también sale humo por la chimenea, lo que significa que la estufa está encendida.
Abro la puerta con mi juego de llaves y el hermoso calor del lugar me abraza. Veo a Fernando agachado junto a la estufa.
-Hola amor- le digo quitándome mi abrigo y colgándolo en el perchero.
-Hola hermosa- me responde y se acerca a mi. Me toma por la cintura y me da un pequeño beso. Puedo notar de inmediato la diferencia de temperatura entre nuestros cuerpos. Sus labios tenían una hermosa y cálida temperatura mientras los míos estaban helados.
-¿Cómo estuvo la carretera?-me pregunta.
-Bien, por suerte la nieve no ha cubierto completamente los caminos.
-Se esperan nevadas intensas para esta noche- me toma y me abraza por la espalda, puedo sentir el calor de su cuerpo- tal vez debamos quedarnos aquí por esta noche- agrega y deposita un pequeño y tierno beso en mi cuello lo cual provoca un cosquilleo en todo mi cuerpo.
-No estaría mal- le respondo entre risas y lo beso nuevamente.
-Tengo una idea
-Dime.
-¿Qué te parece si la semana que viene te llevo a conocer a mis padres?- me dice y me emociono al escucharlo. Eso era un gran paso para nuestra relación.
-¿En serio me estás preguntando eso?- le digo.
-Por supuesto, quiero que te conozcan ya- dice con entusiasmo. Lo abrazo de un salto, no sabía lo feliz que me hacía con esa propuesta.
Nos preparamos una rica cena y la acompañamos con un exquisito vino. Pasamos hablando y riendo por un largo rato, me encantaba verlo sonreír, tenía una sonrisa hermosa y contagiosa.
Después de cenar nos sentamos ambos en el suelo, sobre una alfombra junto a la estufa.
-¿Te imaginas que será de nuestras vidas en no sé, diez o veinte años?- me pregunta de repente.
-Muchas veces me lo he preguntado ¿Seguiremos juntos para ese entonces?
-Me encantaría, imagínate nosotros con hijos. Una pequeña niña con tu rostro- me dice y sus palabras me conmueven. Me emocionaba demasiado pensar en un futuro juntos.
-Y con tu sonrisa- agrego.
-Debo admitir que sería hermosa- dice riéndose.
-Oh sí que lo sería- le respondo con el mismo gesto.
Se acerca lentamente hacia mi para besarme, sus labios se mueven lentamente al compás de los míos. Su boca se desliza por mi rostro hasta mi cuello, instintivamente muevo la cabeza hacia atrás jadeando. ¿Por que se sentía tan bien la cercanía con su cuerpo? Siguió con caricias en mi espalda, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, desesperadamente tiro de los botones de su camisa, el me ofreció su ayuda, pude deleitarme tocando su torso desnudo, era como estar en el cielo.
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NA: Holaa! Como se habrán dado cuenta cambié la portada!!. Es bastante similar a la anterior pero me gusta más ésta. En fin, que tengan un lindo día y gracias por leer!!
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LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|
FanfictionJazmín Millán es una joven de 19 años muy estudiosa y aplicada, quien se siente fuertemente atraída por Christopher Vélez, un joven de 21 años al cual ve a diario en la Universidad, pero de quien desafortunadamente no recibe ningún tipo de atención...