CAPÍTULO VEINTIDÓS

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El teléfono comenzó a sonar interrumpiendo mi sueño. Miré la pantalla, número desconocido. Antes de atender miré el reloj, el cual marcaba las 7.00 am ¿A quién demonios se le ocurre llamar a esta hora?

-¿Hola?- respondí con pesadez en la voz.

-¡Hola Jazmín! Habla Alex ¿Me recuerdas?- responde al otro lado una voz joven y bastante entusiasta.

¿Alex el profesor? ¿Qué quería? No me queda duda que en este mundo estamos todos locos.

-Si, claro ¿Qué pasó?- respondo tratando que mi voz luzca lo más natural posible.

-Necesito que nos juntemos a desayunar para hablar de un par de cosas de la Facultad ¿Puedes?

Tenía que ser broma ¿Tan urgentes eran esas "cosas"?

-Esta bien- respondo y ahogo un bostezo- ¿A qué hora?

-No me digas que te desperté.

Sí, sí te digo.

-No pasa nada, ya me estaba por levantar- respondo mientras ruedo los ojos.

¿Debía sonar cordial, no?

-Bueno de todas maneras lo siento ¿Te veo en una hora en el café que está a una cuadra de la Universidad?

-Está bien, allí nos vemos- dije y colgué.

Un día que tenía para descansar un par de horas más, ya que entraba más tarde, y al profesorcito se le ocurre esto. Espero que valga la pena.

Saqué la cuenta con mis dedos de cuántas horas había dormido. Siento ganas de llorar cuando los dedos de una mano son suficientes, y peor aún, sobran.

Anoche había vuelto tarde a mi departamento después de cenar junto a Christopher en el suyo, y cuando me acosté no podía dejar de pensar en todo, estaba realmente feliz por lo que acontecía entorno a nuestra relación, aún no lo podía creer.

Bajé mi mente del cielo y me puse de pie dirigiéndome a la ducha.

Me estremezco cuando siento el agua caliente caer por mi espalda, aunque esto luego se convierte en una agradable sensación de relajación.

Salgo de la ducha y envuelvo mi cuerpo en la toalla, para posteriormente dirigirme a mi closet para elegir qué ponerme.

Opto por un par de jeans, una blusa de manga larga ya que por la mañana está fresco, y unas botas bajas. Me miro en el espejo y afortunadamente me gusta como me veo, recojo mi pelo en una coleta alta y estoy lista para salir.

Pongo las llaves en el coche y comienzo a conducir hacia el café.

Unos quince minutos después llego, dejo el auto en el estacionamiento, tomo mi bolso y bajo.

Cuando entro al café no hay mucha gente, habían cuatro mesas ocupadas de un total de doce. En ninguna de ellas estaba Alex.

Tomé asiento y me puse a revisar mi celular mientras esperaba.

-Jazmín- escucho que una voz masculina me habla. Levanto la mirada para ver el rostro de Alex iluminado por una sonrisa.

Era bonito, no podía negarlo. Pero por haberme hecho levantar más temprano ya le guardaba rencor.

-Alex- le saludé y él tomó asiento en la silla frente a mi.

-Bueno no quiero quitarte demasiado tiempo- si por favor- lo que necesito es que analices estos protocolos- dice mientras coloca una carpeta sobre la mesa.

En ese momento llega la mesera para tomar nuestra orden. Noto de inmediato como su mirada se desvía hacia Alex, pero él no le presta demasiada atención.

LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora