Levanto la mirada y las puertas corredizas se abren ante mí para dejar ver a quien menos esperaba ver aquí, en este momento y a estas horas.
Christopher. Se encontraba parado allí mirándome expectante.
-¿Tan rápido conseguiste un reemplazo?- me dice acercándose lentamente hacia mi, con una expresión algo desafiante, pero que lo hacia ver extremadamente sensual. Mi respiración comienza a agitarse pero trato de disimularlo lo mejor que puedo para que no se de cuenta.
-¿Un reemplazo para quién?- le respondo secamente, haciendole entender que no me importa, o por lo menos tratando de convencerlo a él de eso, porque ni yo me lo creía.
-Sabes a que me refiero- me dice, acortando cada vez más la distancia entre nosotros.
-Creo que tu conseguiste reemplazo mucho más rápido que yo- le respondo. ¡Ja! Él se creía que era el único que se atrevía a hablar aquí.
-¿De qué hablas?- me responde, ruedo los ojos ante sus palabras. No puedo creer lo cínico que es.
-Tu sabes a qué me refiero- le respondo haciendo el gesto de comillas con los dedos mientras río, burlándome de lo que él había dicho anteriormente.
-Te ves muy bien- me dice sonriendo de lado, ignorando lo que le había dicho.
-Ya ¿Qué haces aquí?- le digo, cortando su juego.
-Amm- comienza a decir mientras toma asiento en el sillón de la recepcion, cruzando una de sus piernas por encima de la otra-Ahora vivo aquí- agrega y siento que mi alma cae al suelo, junto con mi maxilar inferior que provoca que mi boca se abra levemente por la impresión.
-¿Es broma verdad?- es lo único que puedo decir. Esto tenía que ser un juego.
-¿Acaso no te alegras de verme, vecinita?
-Ya mejor me voy- respondo fríamente comenzando a caminar hacia el ascensor.
-Espera, no seas así- me dice y siento el tacto de sus dedos tocar mi brazo. Cierro los ojos intentando no vacilar-Yo no sabía que vivías aquí, simplemente estaba buscando un departamento y aquí había uno en venta.
Me volteo para verlo y él suelta su agarre de mi brazo. Podía jurar que lo miraba y cada vez me daban más ganas de acariciar su bello y delicado rostro. Luego la imagen de Joel volvió a mi, como un balde de agua fría que me golpeó con fuerza en la cara.
-Necesito descansar- le digo, cortando la conexión entre nuestras miradas y dándome la vuelta.
-Está bien, nos vemos, que descanses- me dice sonriente. Yo sólo continúo mi camino y me subo al ascensor.
Por Dios, toda esta situación iba a acabar por volverme loca. Me sentía entre la espada y la pared con Christopher viviendo en el mismo lugar que yo, no sabía que hacer. Y todavía estaba Joel, que era tan hermoso y tierno conmigo ¿Qué pasaría si se enterara que el chico con el que me vio en el club vivía en el mismo lugar que yo? No sé cuál sería su reacción pero sí podía garantizar que no sería nada buena.
Entro a la habitación y me dejo caer de lleno en la cama. Todo esto había sido agotador y no quería pensar en nada, sólo deseaba dejar mi mente en blanco y dormir, dormir por mucho tiempo.
(...)
Desperté a la mañana siguiente con un terrible dolor de cabeza. Miro el reloj que se encontraba sobre mi mesa de luz, el cual marcaba las 11.30 am, ya era casi mediodía. Me dirigí de inmediato al baño y tomé una refrescante ducha. Luego me vestí simplemente con un top negro suelto y un par de jeans. Solté mi cabello y lo peine hacia un lado dándole un poco de volumen.
Revisé la nevera en busca de algo para desayunar, pero me di cuenta de que no había hecho la compra y habían escasos alimentos. Decidí que desayunaría afuera, bueno más bien almuerzaría debido a la hora, y ya de paso compraría algún analgésico para aliviar mi dolor de cabeza.
Tomé el ascensor, el cual en seguida me condujo a la recepción. Al salir comienzo a caminar y veo a alguien entrar, era Emily. El simple hecho de verla y recordarla besándose con Christopher me revuelve el estómago. Trato de ignorarla y seguir con lo mío, pero al parecer sus intenciones no son de lo más pacíficas, ya que se para frente a mi y comienza a hablar.
-Mira a quien tenemos aquí- dice recorriéndome con la mirada de pies a cabeza y moviéndose presumidamente.
-¿A quién le hablas?- le respondo, tratando de prestarle la menor atención posible.
-No veo a nadie más por aquí, es obvio que te digo a ti ¿Ahora eres el nuevo pasatiempo de Chris, no?- me dice con un tono desafiante mientras enrieda su mechón de pelo castaño en uno de sus largos y finos dedos.
-¿Qué dices?- le pregunto en tono desafiante, acercándome más a ella, esperando para ver si se atreve a repetir lo que mis oídos habían escuchado hace unos momentos.
-Oigan, oigan- siento una voz a mis espaldas, volteo para ver a Christopher de pie frente a nosotras, con una expresión algo confundida-¿Qué pasa?
-Nada, simplemente hablabamos- responde Emily a mis espaldas.
-¿Qué haces aquí?- le pregunta él.
-Simplemente venía a visitarte- responde ella para acercarse a él y depositar un beso en su mejilla. Trato de mantenerme lo más calmada que puedo mientras siento que la sangre que corre por mis venas hierve-Yo más bien me preguntaría qué es lo que hace ella aquí- agrega señalándome con su dedo índice. Antes de que Christopher pueda responder, lo hago yo.
-Yo vivo aquí ¿No te lo dijo Chris?- le digo con una sonrisa, burlándome de su expresión de sorpresa al oír mis palabras. Su boca se abre levemente pero las palabras no salen-Bueno... Ya veo que no. En fin, yo ya me voy, tengo cosas que hacer.
-¿Necesitas algo?- me dice Christopher, mirándome con esa carita que solía usar cuando quería aparentar ser la víctima de la situación.
-No gracias- le respondo, mirando a ambos sin borrar la sonrisa de mi rostro-Que tengan un bonito día- digo finalmente y cruzo las puertas del edificio.
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LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|
FanfictionJazmín Millán es una joven de 19 años muy estudiosa y aplicada, quien se siente fuertemente atraída por Christopher Vélez, un joven de 21 años al cual ve a diario en la Universidad, pero de quien desafortunadamente no recibe ningún tipo de atención...