LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|

CAPÍTULO VEINTE

Llegué a mi departamento y abrí la puerta, pero antes de entrar me volteé para despedirme de Christopher.

-Creo que es momento de decir adiós- le dije.

-¿No te gustaría que me quede?- me dice mientras se acerca a mi y me toma por la cintura.

Veo que se muerde el labio inferior mientras observa mi boca. Mi piel de inmediato comienza a erizarse en respuesta.

-No creo que eso sea conveniente, Vélez- digo con un tono de voz no muy convencedor.

-¿Por qué?- responde haciendo pucheros.

-Mañana trabajo, debo levantarme muy temprano y necesito descansar.

-Está bien preciosa- dice y toca mis labios con los suyos en un corto beso- Nos vemos mañana ¿Si?

-Está bien- respondí y lo volví a besar.

Cerré la puerta detrás de mí y me senté en el sofá. Todas las luces de la casa estaban apagadas, no podía ver nada más que el resplandor de los focos de la calle que iluminaban a través de mi ventana.

Y es allí, estando sola, cuando la realidad vuelve a golpearme. Mi estómago comienza a arder y los recuerdos comienzan a rondar mi mente de nuevo.

Por alguna u otra razón ya no podía llorar, sólo sentía un vacío en mi interior que me provocaba una sensación extraña, era algo así como un sentimiento de soledad, algo que iba más allá de mi y que me hacía sentir mal, muy mal.

(...)

Desperté forzada por la luz que entraba por la ventana de la sala, intenté cubrir mis ojos con la idea de seguir durmiendo, pero ahí mi mente volvió en sí y me di cuenta que ya había amanecido.

Miré de inmediato mi reloj de muñeca, las 6 a.m, me había quedado completamente dormida y hasta había olvidado activar la alarma. En una hora y media entraba a trabajar, debía apresurarme.

Me di una ducha para recargar un poco mis energías para enfrentar el día que me esperaba. Salí del baño ya vestida y volví a mirar el reloj, el cual marcaba 6:46. Tenía tiempo justo para tomar un breve desayuno de veinte minutos y así llegar a tiempo al trabajo.

Me preparo rápidamente unas tostadas, y me las sirvo junto con un café. Mientras desayuno recorro mi instagram, mirando cosas triviales, ya que allí podía encontrar lo que sea debido a la gran variedad de personas a las que seguía.

Trataba de distraerme para no pensar en el horrendo día que había tenido ayer y de todo lo que me había enterado.

Terminé de desayunar, tomé mis lentes de sol, mi celular y mi bolso, estaba pronta para empezar mi segunda semana de trabajo.

Tranqué la puerta con llave y bajé. En el estacionamiento me estaba esperando mi auto, abrí la puerta del conductor e ingresé en él. Al instante que tomé asiento, mi celular sonó.

Nuevo mensaje recibido.

De: Christopher.

Buenos días, bella. Hoy paso por ti para ir a almorzar. Y no, no es una pregunta. Nos vemos.

Sonreí al ver el mensaje, y me quedé mirando a la nada por un minuto con la tonta sonrisa en el rostro, hasta que después reaccioné bulandome de mi misma, Christopher me tenía cada vez más embobada.

Guardé el móvil y comencé a conducir hacia la Facultad de Ciencias donde me esperaba mi mañana de trabajo y no quería llegar tarde, así que traté de acelerar lo más posible para llegar en hora. Afortunadamente lo logré, y hasta había llegado cinco minutos antes, lo cual me daba tiempo para ir hasta el baño y retocarme aunque sea un poco el cabello.

Luego de eso, comencé a caminar hacia los laboratorios. En el camino me encontré con Abby, una mujer de mediana edad quien estaba encargada de controlar mi pasantía, aunque sólo había intercambiado un par de palabras con ella a lo largo de la semana pasada.

-Debo presentarte a alguien- me dice seria y camina delante mío abriendo la puerta del laboratorio.

Adentro nos encontramos con un joven, rubio y de ojos claros. Bastante alto, vestido con un pantalón color crema y un suéter bordó que deja ver el cuello de su camisa color azul intenso. Por como se viste tiene apariencia del típico nerd, aunque ajá, es muy lindo, y le sienta bien ese vestuario.

-El es Alex, profesor de Química, apartir de ahora él trabajará junto a ti en tu pasantía.

Le estrecho la mano al muchacho y él la toma calidamente.

-Jazmín Millán- le digo presentándome.

-Alex Martin- me responde sonriendo.

-Bueno los dejo, espero que se lleven bien- dice Abby y sale del lugar.

Pasamos la mañana ordenando un par de cosas en el laboratorio y hablando de temas triviales. Al parecer era un chico muy culto, hablaba de cualquier tema sin problemas. Por ahora me caía muy bien y esperaba que eso no cambiara.

Llegó la hora de salir, tomé mi bolso y me dirigí hacia la puerta de salida, pero sentí a Alex hablar a mis espaldas.

-¿No te gustaría que vayamos a almorzar?- me dice caminando hacia mi.

-Amm, creo que eso no va a ser posible, quedé con alguien más.

-¿Con tu novio?- me pregunta de repente.

-Sí- respondo y luego me doy cuenta de lo que había dicho.

Christopher no era mi novio, que hubiéramos estado saliendo no significaba nada, tal vez para él era sólo una más. Pero bueno, estaba casi segura de que Alex lo había preguntado con la intención de averiguar si tenía novio, o al menos eso parecía.

Una mentirita no le haría daño a nadie.

-Oh, está bien- me respondió tocándose el cabello- para la próxima será.

-Si, supongo.

-¡Que pases bien!

-Gracias ¡Tú también!

Salí de la Universidad y encontré el auto de Christopher esperando afuera. Era imposible no reconocerlo.

La ventanilla del conductor bajó lentamente dejando ver su rostro, y especialmente su sonrisa, la cual desvió de inmediato mi mirada a su boca.

-¿Cómo estuvo todo?- me pregunta ya dentro del auto.

-Bien, normal.

-¿No me vas a saludar?- me responde con su típico gesto de morderse el labio.

Yo le sonreí en respuesta y me acerqué a él para darle un beso en los labios.

Luego de eso nos fuimos a almorzar, aunque no sabía a donde me llevaría Christopher, estaba bien igual, me encantaba pasar tiempo con él, y aunque no sabía cuanto duraría esto, quería disfrutarlo mientras pudiera.