CAPÍTULO SIETE

1.5K 128 1
                                    

-Christopher... Ya para- logré decir intentando no gemir con el contacto de sus labios calientes en mi piel. Él accede y deja de besarme para lentamente alejar su cuerpo del mío. Siento un escalofrío cuando el calor de su pecho deja el mío.

Cuando finalmente estamos separados me toma de la mano y me lleva a la pista de baile, pero antes de llegar puedo distinguir levemente que a unos metros de la entrada, junto a una mesa, habían dos chicos de pie, mirando hacia donde estabamos, y uno lo conocía a la perfección.

Era Joel.

Estaba parado expectante, mirándome fijamente. Yo había quedado allí inmovilizada mientras Christopher me jalaba para que lo siguiera. Pero no podía moverme, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

-Jazmín ¿Qué te pasa?- me pregunta Christopher de repente y es ahí cuando reacciono.

-Na nada, vamos- le respondo acompañándolo a la pista, pero mi cabeza estaba en otro mundo, la música se sentía extraña y yo no podía dejar de pensar en la imagen de Joel mirándome ¿Habría visto todo? Me moría de vergüenza de sólo pensarlo.

-Yo iré al baño ¿Qué tal si vas por unos tragos?

-Está bien.

-Oye ¿Segura de que no te pasa nada?

-Si, Christopher. Estoy bien.

Me dirigí hacia la barra para pedir unos tragos y allí lo vi, nuevamente mirándome, no podía adivinar qué estaría pasando por su mente, su mirada era indescifrable. Decidí acercarme para intentar hablar con él.

-Hola Joel- le dije caminando lentamente cerca de él.

-Hola- me respondió sin mirarme a la cara. Me quedé en silencio por un momento, lo único que sonaba era la música de fondo y algunos gritos de las personas allí presentes. De repente escucho su voz por segunda vez- ¿Te estás divirtiendo?

-Ajá...

-Sí, te vi y te veías muy bien- cuando dice estas últimas palabras mi alma se cae al suelo, sabía perfectamente a qué se refería. Lo decía porque me había visto con Christopher.

-¿Estás enojado por lo que viste?- no me queda más remedio que preguntarle, estoy tan nerviosa que hasta mis piernas comienzan a temblar y él lo nota.

-¿De verdad crees que me importa?- su respuesta me toma por sorpresa, él sigue sin mirarme y yo desvío mis ojos hacia el centro de la pista donde todos bailaban, no era capaz de seguir mirándolo. No le respondo nada y me quedo en silencio allí, deseando que la tierra me tragara allí mismo.

-Joel...- comienzo a decir unos minutos después.

-No somos nada Jazmín, tu puedes hacer lo que quieras y yo también- agrega interrumpiéndome, su mirada se tornaba cada vez más oscura. Simplemente asentí con la cabeza y me alejé de él.

Comencé a caminar hacia la puerta, esta vez si me iría, debía buscar a Christopher para que me llevara, y sino tomaría un taxi.

-Te encontré- me dice Christopher riendo detrás de mi mientras me abraza por la espalda y siento sus frías manos tomarme por la cintura. Su perfume era como una droga que ingresaba a mi para volverme loca. Cerré los ojos en respuesta, intentando recobrar la cordura.

-Chris debemos irnos- le digo y acerca su boca a mi oído para susurrarme algo.

-Ya sé a donde podemos ir, bella- siento su aliento caliente invadir la zona de mi oído. Como si fuera poco, luego comienza a morder lentamente el lóbulo de mi oreja, lo cual me hace jadear.

-Chris necesito que me lleves a mi casa- le respondo y él me suelta para pararse frente a mi y tomar mis manos.

-¿Por qué a tu casa?- hace una pausa y se acerca a mi nuevamente, me abraza por la cintura y deposita un pequeño y húmedo beso en mi cuello, trato de conservar la cordura pero me es casi imposible con este hombre cerca- Yo tenía otros planes- me susurra al oído nuevamente.

-No me siento muy bien, Chris- le explico y le hago un pequeño puchero para que acceda. Él me sonríe en respuesta y asiente con la cabeza. Luego toma mi mano y me conduce hacia fuera del club.

Subimos al auto y un silencio incómodo nos rodea, él se acerca a mi y acaricia el interior de mi muslo lentamente con su mano. "Christopher no hagas esto" pienso mientras expulso un leve jadeo por mi boca.

-¿Estás segura de que quieres que te lleve a tu casa?- me dice, sus ojos se ven más oscuros de lo normal, su rostro refleja deseo. Mi corazón comienza a latir más rápidamente mientras intento elaborar una respuesta coherente, pero no logro pensar con claridad.

-Sí, Chris- le respondo y él asiente, separando su mano de mi cuerpo para llevarla al volante.

El camino a casa es silencioso, lo único que suena es la radio de fondo. Podría decir que la situación es incómoda, pero mi mente sólo está en el rostro frío de Joel. Aunque él lo negaba, sabía que estaba enojado y era entendible. No éramos nada pero al mismo tiempo éramos algo, algo que sólo nosotros entendíamos. Y ahora mismo ni siquiera yo sabía qué quería, estaba con Christopher, eso era lo que quería y lo que había querido por tanto tiempo, pero ver a Joel allí había hecho que la situación diera un giro de ciento ochenta grados, desconcertándome completamente.

-Llegamos, bella- siento la voz de Christopher hablándome.

-Gracias, Chris- le digo y me acerco para darle un beso en la mejilla en forma de despedida, pero él gira el rostro para que nuestros labios se toquen nuevamente en un beso. Cuando nos separamos, le sonrío y abro la puerta del auto para bajar.

-Nos vemos- me dice, asiento con la cabeza y sigo mi camino hacia la entrada.

Me cuesta un poco introducir la llave en la cerradura de la puerta debido a los efectos del alcohol en mi vista. Cuando por fin lo logro la giro hacia la derecha y abro la puerta lentamente tratando de hacer el menor ruido posible. La ventaja era que aún no amanecía por lo tanto todos estarían durmiendo.

Me quité los tacones y subí las escaleras sigilosamente hacia mi habitación. Cuando llegué cerré la puerta tras de mi, arrojé los tacones para debajo de la cama y me recosté, expulsando un enorme suspiro y pensando en todo lo que había pasado esa noche.

Tenía mucho para pensar, por lo tanto era seguro que no me dormiría pronto.

LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora