CAPÍTULO CATORCE

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Agosto, 2017

Jazmín

Salí rápidamente de la cafetería donde estaba por almorzar cuando recordé que hoy tenía que ir a la Universidad para postularme para la pasantía ¿Cómo lo había olvidado? Llegar tarde era lo peor que podía pasar, jamás me tomarían en serio si piensan que soy impuntal. Pensarían que soy una persona irresponsable y quien sabe qué más.

Llegue al edificio y subí al ascensor de inmediato. Marqué el sexto piso que era el que correspondía a mi departamento y esperé impacientemente mientras subía, lo cual parecía eterno, parece que cuanto más apurado estás, más tiempo te lleva todo.

Cuando llegué, tomé todos los papeles y carpetas que afortunadamente ya había aprontado previamente. Volví a subir al ascensor pero esta vez para bajar a recepción.

Tomé mi teléfono para llamar a un taxi pero al parecer, como en toda mi vida, la mala suerte me perseguía. Siempre había sido así y siempre lo iba a ser ¿Qué había pasado ahora? Sí, mi celular se había quedado sin batería. Por suerte no era algo irremediable. Corrí hacia la recepción para pedirle a la recepcionista si me podía llamar a un taxi.

-Yo te llevo- sentí una voz familiar a mis espaldas. Volteé para ver a Christopher por segunda vez en el día ¿Acaso no tenía nada que hacer que se vivía paseando por la recepción del edificio como si nada?

-No, gracias. Estoy bien- le respondí seriamente.

-Dije que yo te llevo, no seas orgullosa- insistió, rodé los ojos en respuesta.

-Está bien- acepté y comencé a seguirlo hacia el estacionamiento. Había aceptado únicamente porque no quería perder la pasantía, era algo muy importante para mi, y por lo menos en algo me podía ayudar Vélez con esto. Subimos juntos a su auto, él estaba sonriente como siempre.

-Bueno ¿A dónde la llevo señorita?-me dice recorriéndome de pies a cabeza con la mirada.

-A la Universidad, Facultad de Ciencias- le respondo mirando hacia el frente.

-No me digas que vas a estudiar en verano- bromea encendiendo el auto.

-No, idiota- le digo riendo, él se sobresalta ante mi respuesta- voy a hacer una pasantía.

-Ah, me parece bien.

Llegamos a la Universidad y de inmediato me dispongo a bajar del auto cuando lo escucho hablar:

-¿No te vas a despedir?- volteo para verlo expectante observándome. Ruedo los ojos y me acerco a él para darle un beso en la mejilla. El contacto cercano me estremece y el tiempo parece detenerse por un momento en ese instante. Su exquisito perfume invade mis fosas nasales, lo cual provocaba una sensación realmente placentera. Era curioso darle un beso en la mejilla, ya que tenerlo cerca me recordaba a aquella noche en la que besé sus labios de tal manera que jamás podría borrarlo de mi mente.

-Adiós- le digo, volviendo en mí y alejándome.

-Que tengas suerte, bella- agrega él.

-No la necesito- le digo en tono de broma y él sonríe en respuesta.

-¡Espera!- le escucho decir mientras estoy cerrando la puerta del auto.

-¿Si?

-Pasaré por ti en una hora para ir a tomar un helado ¡Y no acepto un no como respuesta!- me dice risueño. Yo ruedo los ojos como siempre, al parecer este gesto ya se me había hecho costumbre.

-Está bien- le respondí sonriendo y seguí mi camino hacia la entrada de la Universidad.

Estuve unos cuantos minutos esperando mientras los demás jóvenes pasaban a entregar su documentación. Cuando por fin fue mi turno tuve que pasar por el tedioso trámite de llenar formularios, además de presentarme frente a profesores y especialistas, explicarles por qué quería la pasantía y de qué manera esto sería positivo para mi futuro. Por suerte, si había algo que me salía bien era presentarme oralmente, así que esa parte estaba casi segura de que me había ido bien.

Terminado todo, miré mi reloj de pulsera el cual marcaba 2.45 pm. Faltaban aproximadamente quince minutos para que Christopher volviera por mi. Decidí salir y esperarlo afuera. Tomé asiento en uno de los bancos que estaban en la entrada. Mientras tanto, para entretenerme aproveché a revisar mis redes sociales en mi teléfono, miré un poco del inicio Instagram, aunque no tenía nada relevante que ver.

Vi un auto estacionar exactamente frente a mi y la ventanilla comenzó a deslizarse lentamente hacia abajo para dejar ver el rostro de Christopher.

-¿Lista para irnos, preciosa?- me dice, con una sonrisa de lado.

-¿Siempre eres así de adulador, Vélez?- le digo negando con la cabeza mientras me acerco al auto.

-Para nada- me responde y larga una carcajada. Ni él mismo se lo creía.

Ingreso por la puerta de copiloto y la cierro detrás de mi. Comienza a conducir y realmente no sé a donde me lleva, había dicho que iríamos a tomar un helado, pero no tenía ni la menor idea a que lugar.

Llegamos a un parque muy hermoso, tal vez alguna vez había pasado por aquí pero no era un lugar que frecuentara, pero en esta tarde soleada de verano, se veía maravilloso.

-¿Te gusta?- me dice, yo asiento moviendo la cabeza sin quitar la vista de la ventana- ¡Bueno vayamos por los helados!- agrega entusiasmado, a veces realmente parecía un niño.

Procedimos a comprar nuestros helados y comenzamos a caminar lentamente por el parque, disfrutando del hermoso pero caluroso día.

-Te quería pedir perdón por lo sucedido con Emily hoy, no sé que te habrá dicho pero disculpa eso- me dice de repente.

-Si, creo que deberías controlar a tu amiguita- le respondo con cara de desagrado.

-Sí, ya hablé con ella y le pedí que no te molestara más.

-Bueno gracias, espero que así sea.

-¿Y estás saliendo con alguien?- me dice de repente cambiando de tema, la pregunta me impresiona y un escalofrío recorre mi cuerpo antes de responder.

-Así es- le digo, mi voz se quiebra lo cual me hace ver no muy convencida de mi respuesta.

Por unos momentos ambos nos quedamos en silencio sin saber que decir, era obvio que a los dos nos incomodaba hablar de mi posible relación con Joel, y era obvio después de lo sucedido entre nosotros. Después de unos minutos él por fin habla interrumpiendo el silencio y cambiando de tema.

-¿Cómo crees que te fue con lo de la pasantía?- me pregunta.

-Pienso que bien, realmente espero obtener ese trabajo.

-Ya verás que sí, dentro de poco te llamarán para decir que te aceptaron.

-¿Ahora también predices el futuro?- le digo mirándolo con un gesto de burla.

-Aún no sabes todo lo que soy capaz de hacer- me responde, y no puedo evitar tomar esa respuesta con un doble sentido, lo cual me sonroja y produce ganas de reír, pero trato de contenerme y afortunadamente lo logro.

Pasamos la tarde dando vueltas por la ciudad, hablando y bromeando entre risas, realmente no conocía este lado de Christopher, pero realmente comenzaba a agradarme mucho.

LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora