CAPÍTULO DIECISÉIS

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-Ya te dije que no quiero ir a la fiesta- le dije a mi amiga Olivia mientras ordenaba mi closet.

-Pero Amalia es tu amiga, no puedes dejarla plantada en su propia fiesta- me reprochó- Sabes que hace tiempo estaba esperando que sus padres se fueran de viaje para hacer la fiesta en su casa ¡No podemos dejarla!

-Ush ya, está bien. Iremos, pero sólo un rato.

-Si el problema es que Christopher esté allí, bueno, si lo ves sólo ignoralo y ya.

-Como si fuera tan fácil- dije y suspiré, haciendo una pausa- además, no es sólo eso. Estoy muy cansada, hace una semana empecé la pasantía y ha habido bastante trabajo.

-No importa, esto te servirá para despejar tu mente- me dijo dedicandome un guiño.

Entré a la ducha y dejé que Olivia eligiera mi atuendo por mí, lo sé, era algo pelogroso, y no porque dudara de los gustos de mi amiga, sino que ella siempre elegía cosas bastante reveladoras, y hoy no tenía ganas de que la gente posara su mirada en mí.

Cuando salí, sobre mi cama había un top de encaje color rojo y sin mangas, junto a un pantalón de tiro alto blanco. El outfit estaba realmente hermoso, mi amiga había hecho un muy buen trabajo.

-¿Te gusta?- apareció preguntándome a mis espaldas, la pude ver a través del reflejo en el espejo, ya estaba maquillada y tenía una taza de café en sus manos.

-Sí, está todo muy hermoso.

-Bueno anda, vístete así te maquillo.

(...)

La fiesta estaba llena de gente conocida, viejas amistades y gente de la Universidad. Amalia se veía radiante con un vestido ajustado negro que realzaba su figura. Por otro lado está Ruth que se paseaba por la fiesta de la mano de Zabdiel, al parecer habían empezado a salir durante el tiempo que yo estuve fuera. Realmente se veía radiante junto a él.

Olivia se acercó a mi con dos vasos en sus manos, me dio uno y lo acepté para no ser descortés pero la verdad era que ya debía dejar de tomar, ya iba cuatro tragos y me sentía algo mareada.

Terminé de beber y me puse de pie para ir junto a mis amigas a bailar. Cuando lo hice sentí que todo daba vueltas. Instintivamente me lleve la mano a la frente, me sentía realmente mal, tenía el estómago revuelto.

Intenté dar unos pasos más pero me era prácticamente imposible, me tambaleaba hacia ambos lados y mis piernas temblaban.

De repente siento que alguien a mis espaldas me toma por la cintura. Conocía su exquisito perfume a la perfección.

-Ten cuidado, no te vayas a caer- me dice Christopher cerca de mi oído.

-Ya déjame, estoy bien- le respondo soltándome de su agarre. Camino dos pasos y vuelvo a tambalearme.

-No, no estás para nada bien. Creo que lo mejor sería que te lleve a casa- me dijo serio, pero su expresión me provocó mucha gracia y comencé a reirme frente a él.

-No te hagas el serio Chris- le dije poniendo un dedo en su mejilla. Me sentía extraña, tal vez a causa del alcohol, sentía que podía hacer cualquier cosa.

-No me hago el serio, si te dejo aquí vas a hacer cualquier cosa así que nos vamos- dijo y me tomó la mano jalándome hacia su coche.

La casa de Amalia quedaba cerca del edificio así que el viaje a casa no nos llevó más de 10 minutos, en los cuales sólo intercambiamos un par de palabras, y yo no podía dejar de reirme como estúpida a causa del mareo que me producía el alcohol.

Llegamos y Christopher se ofreció a acompañarme hasta mi departamento, yo no me opuse.

-Creo que deberías tomar una ducha de agua fría para que se te pase la borrachera- me dice. Lo ignoro y me recuesto en el sillón.

-Yo quiero volver a la fiesta- le digo en forma caprichosa, él niega con la cabeza- Ni siquiera le avisé a Oli que me iría.

-No te preocupes, yo le escribiré a Zabdiel para que le diga. Ahora vamos, debes ducharte- me dijo y me tomó de la mano para guiarme al baño. Encendió la regadera y el agua comenzó a salir de inmediato.

De repente y sin tener conciencia alguna de mis actos me metí debajo de la ducha, el agua estaba helada lo cual me hace gemir, de repente una idea que parecía ser divertida pasa por mi mente y mi cuerpo la ejecuta de inmediato.

Tomo a Christopher del brazo y lo arrastro hacia debajo de la ducha conmigo. Su camiseta blanca comienza a humedecerse y deja ver su abdomen, no puedo evitar morderme el labio y él lo nota.

De repente se acerca a mi y me toma de la cintura, recostándome en la pared de la ducha para de un momento a otro besarme apasionadamente. Los movimientos de sus labios son intensos y hacen que mi corazón comience a bombear sangre cada vez más rápidamente. Sus manos comienzan a recorrer mi cintura y mi espalda, el agua fría de la ducha ya no se sentía tan helada debido al calor que emanaban nuestros cuerpos.

Me escapo de su agarre y salgo corriendo juguetonamente hacia la cocina. Él me persigue y me vuelve a acorralar junto a su cuerpo húmedo y caliente.

El efecto del alcohol ya había cesado, no me sentía mareada ni ebria, estaba lúcida pero aún así no podía ignorarlo, no podía decirle que se fuera porque deseaba más que nada su compañía. A veces me preguntaba si me había hechizado de alguna manera, porque aunque no quisiera admitirlo yo sabía bien que me tenía a su merced.

Me tomó entre sus brazos y mordió suavemente el lóbulo de mi oreja, gemí levemente ante el contacto y él lo disfrutó. Comenzó a besarme esta vez más lentamente, yo aproveché el momento para llevar mis manos a su suave cabello. Mi cuerpo comenzó a estar en contacto con el suyo otra vez, la fina tela de mi top ayudaba a que el roce fuera aún mayor. Sin previo aviso me subió a la mesada y comenzó a besar mi cuello desenfrenadamente. Mi respiración comenzó a agitarse cuando sus manos acariciaron mi espalda a lo largo de mi columna vertebral.

Llevo mis manos a su espalda, el contacto provoca que él jadee en respuesta, entonces deslizo su camiseta por sus brazos hasta deshacerme completamente de ella, él hace lo mismo con mi top.

Le tomo la mano y comienzo a caminar hacia la habitación, él me abraza por la espalda y juntos comenzamos a caminar mientras deposita besos en mi cuello y hombro lo cual hace que incline mi cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y dejándome llevar.

Por más que lo negara mil veces, quería a Christopher, deseaba estar con él, este hombre me había vuelto loca.

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NA: Hola!!! Quería pedirles disculpas por mi ausencia, venía subiendo capítulos bastante seguido pero esta semana se me hizo imposible escribir. Estoy con los parciales(pruebas finales) en el colegio, por lo tanto he pasado estudiando y no tuve tiempo. Por suerte sólo me queda una semana de clases y tendré vacaciones, así que podré escribir mucho más seguido! Espero que les haya gustado el capítulo y tengan un lindo fin de semana, saludos!

LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora