Diciembre, 1997
Karen
Fernando me abrió la puerta de su casa y se hizo a un lado para que yo ingresara. Luego me siguió y cerró la puerta detrás de él. La temperatura templada de la gran casa se apoderó de mi cuerpo. La observé con atención, las paredes pintadas en su mayoría con un color crema y los pisos de una madera oscura, era todo realmente muy hermoso.
Sonreí al voltearme y ver que Fernando me estaba observando, se ofreció a tomar mi abrigo, me lo quité y se lo di acariciando su mano.
-Pasemos al comedor- me dijo colocando su brazo derecho en mi cintura. Yo asentí y comencé a caminar a su lado. Cuando llegamos había una larga mesa rectangular de madera con ocho sillas a su alrededor, las cuáles estaban hermosamente tapizadas.
-Bienvenida- escuché la voz de una mujer elegante hablar desde la esquina de la mesa. Por el parecido supuse que sería la madre de Fernando. Al lado de ella un hombre alto y serio, que a penas hizo una reverencia con su cabeza para saludar.
-Muchas gracias- dije tímidamente en voz baja y me senté en la silla que Fernando estaba apartando para mi.
La cena comenzó sin muchas palabras. Comí dos bocados cuando el papá de Fernando comenzó a hablar, jamás había escuchado su voz ronca.
-Y dime ¿Estudias una carrera?- dijo dirigiendo su mirada a mi.
-Tengo pensado hacer una licenciatura el siguiente año, ahora estoy trabajando para ayudar a mis padres- terminé de hablar y tomé un sorbo de agua que tenía en la copa frente a mi.
-Karen es muy inteligente-agregó Fernando con una sonrisa en su rostro.
-¿Y en que trabajas?- me preguntó el hombre, ignorando lo que su hijo había dicho.
-Soy mesera- dije casi en un susurro, sabía que ellos no verían de buena manera que su hijo estuviera con una mesera, y no porque ellos fueran millonarios ni nada por el estilo, sólo que estaban en una posición económica mejor que la de mi familia, y tenían aspiraciones bastante altas para su único hijo.
-Entonces no eres tan inteligente como dice mi hijo.
-¡Papá!- respondió de inmediato Fernando golpeando el puño contra la mesa, antes de que yo siquiera pudiera reaccionar.
-Está bien- dije acariciando su mano para intentar calmarlo. Yo no quería ser motivo de discusión entre padre e hijo.
-¿Y tus padres en que trabajan?- preguntó el señor dirigiéndose nuevamente a mi. Me moví en mi lugar, incómoda. Sentía que cada pregunta que hacía era para atacarme.
-Mis padres se encargan del mantenimiento de una estancia. Ambos controlan el personal de allí- respondí. Él me miró y no dijo nada. Me llevé un nuevo bocado a mi boca.
-Hay muchas chicas que quieren estar con mi hijo- comenzó a decir y apreté mi mandíbula intentando contenerme.
-Eso ya lo sé, señor.
-¿Entonces por qué crees que debes estar tú con él?- antes de que pudiera siquiera reaccionar Fernando aclaró su garganta y se puso de pie mientras hablaba:
-Creo que es mejor que nos vayamos, Karen- yo obedecí, pase suavemente la servilleta por mis labios y de inmediato me puse de pie.
-Podemos quedarnos si quieres, sé lo importante que era esto para ti- le dije en un tono bajo. Él había estado esperando durante toda la semana este momento, no era justo que por mi culpa todo se arruinara.
-No, nos vamos. Porque el problema no eres tú- hizo una pausa para dirigir la mirada a su padre- la culpa es de él- agregó mientras su mirada se oscurecía. Sus padres no respondieron nada, sólo dejaron que nos alejáramos.
Tomé mi abrigo y me lo puse para dirigirme al coche. Estaba tratando de contener las lágrimas y un enorme nudo se había formado en mi garganta. Nunca me había sentido tan despreciada en toda mi vida.
Subimos al auto y Fernando se me quedó mirando, no podía descifrar que pasaba por su mente, su mirada era seria. Sentí una lágrima deslizarse por mi pómulo derecho, él de inmediato la atajó con su dedo para no permitir que terminara de caer.
-No quiero que te sientas mal, yo te quiero y no me importa lo que ellos digan- comenzó a decir mientras me acariciaba con su fría mano.
-Pero son tus padres, no son cualquier persona.
-Si ellos me quieren tarde o temprano tendrán que aceptar que tu eres quien me hace feliz.
-Pero...
-Sin peros- comenzó a decir y se acercó lentamente para depositar un pequeño beso en mis labios- hay algo más que debo decir- agregó, su rostro cambió de inmediato volviéndose más seco.
-¿Qué?- pregunté de inmediato.
-Debo irme, y no estaré aquí para año nuevo ni navidad- cuando lo dijo me tomó completamente por sorpresa- debo irme a un viaje de negocios con mi padre y nos llevará al menos tres semanas.
-Ay no...- dije sin querer en un suspiro. No quería estar sin él en estas fechas especiales, no quería empezar un nuevo año sin él.
-Tranquila, todo va a estar bien. Cuando vuelva nos veremos de nuevo, sólo será por un corto lapso de tiempo- cuando lo decía sonaba tan fácil, pero ambos sabíamos que no sería así.
-Te voy a extrañar demasiado.
-Y yo a ti- me respondió abrazándome de inmediato, el calor de su cuerpo rodeándome y protegiéndome. No quería alejarme jamás de él.
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NA: HOLAAAA!!! Como en esta semana no pude actualizar porque estuve muy ocupada con el Liceo(o colegio, no sé como le digan ustedes) decidí hacer un maratón de dos capítulos. En unos minutos subo el siguiente, espero que les guste!!
Gracias por leer!!
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LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|
FanfictionJazmín Millán es una joven de 19 años muy estudiosa y aplicada, quien se siente fuertemente atraída por Christopher Vélez, un joven de 21 años al cual ve a diario en la Universidad, pero de quien desafortunadamente no recibe ningún tipo de atención...