CAPÍTULO CUATRO

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Agosto, 2017

Jazmín

Bajé del auto junto a mi padrastro Luis, quien me había ido a recoger a mi departamento para traerme hasta aquí. Él era como un padre para mi, mamá lo había conocido cuando yo tenía siete años y desde entonces hemos sido inseparables. Debido a que nunca conocí a mi verdadero padre, él me había dado su apellido y todo su cariño siempre. Para mi él era mi papá. Estaba muy feliz de volver a verlo a él y a mi madre.

¡Por fin estaba de vacaciones! Lo más probable era que me quedara aquí al menos por dos o tres semanas y al volver a la ciudad trataría de buscar algún trabajo de verano para solventar mis gastos, ya que no quiero depender siempre de mis padres para todo, ya era suficiente con que me pagaran la Universidad.

La última semana había sido una locura, entre pruebas y exámenes no había tenido tiempo para ver a Joel después de aquella hermosa noche en la que casi me besó. Y debo admitir que le echo mucho de menos.

Voy hacia la cajuela del auto para sacar mis maletas.

-No te preocupes, yo entro todo a tu habitación- me dice Luis.

-Bueno muchas gracias- le respondo con una sonrisa y me abro camino hacia la casa. Entro y veo a mi madre, doy un pequeño saltito de la emoción y corro a abrazarla.

-Hola cariño.

-Hola mami, no sabes cuanto te extrañe.

-Y yo a ti mi amor.

Después de hablar un rato con mi madre sobre como había estado en estos últimos meses, subí a mi habitación a desarmar mis maletas y guardar mis cosas en mi viejo y querido armario. Era tan lindo estar en casa de nuevo, aunque sea por un corto tiempo. Aquí todo tenía una sensación distinta, aquí me sentía plena y feliz.

Me metí a la ducha disfrutando del agua fresca deslizarse por mi cuerpo y quitándome todo el cansancio que tenía. Me vestí con un vestido corto, de una tela fina y suave con estampado floral. Dejé caer mi cabello mojado hacia los lados y en los pies me puse mis sandalias bajas.

Bajé las escaleras para encontrarme a mi madre sentada en el sillón de la sala de estar mirando televisión.

-¿Qué te parece si vas al mercado y compras algo para la merienda?- me sugirió sin quitar la vista del programa que estaba viendo.

-Si, claro ¿Puedo usar el auto?- pregunté. El mercado más cercano quedaba a un kilómetro, con la temperatura y el sol que había a estas horas, caminar sería una completa tortura.

-Claro que sí, ve y pídele las llaves a Luis- me responde girando su rostro hacia mi y sonriéndome- Te ves muy hermosa- agregó con una sonrisa más grande aún. Yo le respondí con el mismo gesto y me retiré de la sala.

Salí hacia el patio trasero en busca de mi padrastro. Lo pude ver a lo lejos cortando madera quien sabe para cuál de sus ocurrencias. Caminé hacia él.

-¿Me prestas el auto?- le pregunté interrumpiendo lo que estaba haciendo.

-Si claro, toma las llaves, están encima del mueble de la cocina.

-Genial, gracias- le sonreí y me fui.

Tomé las llaves y me subí al auto. Conducí hasta el mercado y en aproximadamente cinco minutos ya me encontraba allí. Estacioné y entré al lugar.

Me puse a buscar entre las estanterías a ver que podía comprar cuando de repente mi celular comienza a vibrar. Tenía un mensaje de Joel, de inmediato lo abrí.

De Joel:

Hola hermosa ¿Cómo estás? Te extraño.

Al ver su mensaje una sonrisa se dibujó de inmediato en mi rostro.

-Parece que estamos destinados a encontrarnos- una voz a mis espaldas me sorprende y provoca que mi teléfono caiga al suelo. Lo tomo en seguida agradeciendo que no se había hecho daño y volteo para ver a Christopher parado expectante frente a mi, con una sonrisa en sus labios.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto temblorosa, tratando de controlar mi agitada respiración.

-Lo mismo que hace todo el mundo en un supermercado- dice con su risa engreída de siempre.

-No me refiero al supermercado- respondo lo más secamente posible.

-Pues vivo aquí, exactamente a tres casas de aquí- mi alma se cayó al suelo cuando lo escuché pronunciar esas palabras ¿Era en serio? Ahora lo tendría que ver aquí tan seguido como en la Universidad ¿Cómo era posible? Nunca lo había visto aquí antes y vivo en este lugar desde que tenía cinco años- ¿Estás ahí?- me pregunta sacándome de mis pensamientos.

-Yo también vivo aquí. Eh, digo a un kilómetro de aquí.

-Así que nos veremos seguido- se llevó los dientes a su labio inferior, mordiéndolo ¿Lo hacía a propósito o qué? Cerré los ojos vacilando e intentando recobrar la conciencia.

-¿Desde cuando vives aquí?- le pregunto de repente.

-Toda mi vida he vivido aquí- responde ahora serio- ¿Por qué tanta curiosidad?- vuelve la sonrisa de lado a su rostro.

-Por nada- le respondo y me alejo de él para comprar lo que estaba buscando. No entiendo como era posible que jamás lo hubiera visto. Sé que no venía mucho a este mercado cuando niña, y cuando lo hacía era con mi madre. Pero este lugar era muy pequeño, sólo hay pocas familias y nos conocemos entre todos ¿Por qué mi madre jamás había mencionado a los Vélez?

Salí del supermercado y vi el auto de Christopher estacionado junto al mío, dentro pude ver a una figura femenina sentada en el asiento de copiloto hablando por su celular ¿Por qué no me sorprendía verla allí? Ah sí, porque era el auto de Christopher.

Tiré las bolsas en el asiento trasero del auto y comencé a conducir de malhumor hacia casa. Cuando llegué busque a mi madre pero al único que encontré fue a Luis en la cocina bebiendo un vaso con agua.

-¿Y mamá donde está?- le pregunto.

-Fue hasta la casa de Inés, dijo que en un rato volvía- responde llevándose el vaso a la boca de nuevo.

-¿Qué sabes de los Vélez?- le pregunto de repente y la pregunta parece tomarlo por sorpresa ya que se ahoga con el agua y comienza a toser- ¿Estás bien?

-Sí, estoy bien ¿A qué viene tu pregunta?

-Simple curiosidad. Me enteré que Christopher vive aquí y me sorprende no haberlo visto antes.

-Esa familia nunca fue del agrado de tu madre.

-¿Por qué?

-No me corresponde a mi hablar de eso- suelto un suspiro en respuesta y subo a mi cuarto. Cuando saco el celular del bolso recuerdo el mensaje de Joel, no le había respondido. Tenía dos textos más de él, los abro de inmediato.

De Joel:
Lo siento si te molesté, entiendo que tal vez estés ocupada.

Espero que estés pasando bien, besos hermosa.

Me estaba maldiciendo a mi misma por haberme olvidado de sus mensajes ¡Maldita sea Christopher Vélez! ¿Por qué tenía que hacerme sentir tantas cosas cada vez que lo veía?

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NA: HOLAAAA!!!
¿Cómo están? Bueno aquí está el capítulo cuatro, espero les haya gustado!!
Quería invitarles a seguir a mi hermana itsfrutilla ella está por empezar un fanfic de 1D ft CNCO. Así que si están interesados pueden seguirla así saben cuando empiece a subir su novela.
MUCHAS GRACIAS, NOS VEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO😊

LAZOS CRUZADOS |Christopher Vélez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora