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Siento que mi hermano Matías revuelve mi cabello de forma brusca.

-Despierta dormilona, tenemos que ir a clases.- se gana encima de mi.

-Dejame solo cinco minutos más.- me pongo la cobija sobre mi cabeza.

-No es mi culpa que salieras de fiesta anoche.- me pega con la almohada.

Mi prima Clary dio una fiesta anoche en su casa, aprovechamos que mi tía Catalina se fue de viaje con el tío Hugo a Italia así que tuvimos casa sola.

-Te enojas porque eres un pequeño que no dejan salir.- me burlo.

Papá no lo dejó ir por ser menor de edad, él tiene 17 y yo 19.

-Quieres que le diga a papá y mamá que llegaste a las 4 de la madrugada borracha.- enarca una ceja.

-Bien, tú ganas.- me pongo de pie para ir a la ducha.

Me la doy lentamente, necesito despertar tengo unas ojeras inmensas, anoche tomé mucho alcohol y ahora me duele demasiado la cabeza, es como que te la golpeen, tengo que estar decente para clases.

Me pongo una polera ploma y unos jens negros. Coloco un poco de maquillaje en mi cara para que no se note tanto que no he dormido casi nada.

Estoy en segundo año de fotografía, me encanta tomar fotos a las personas, paisajes y cosas que me llaman la atención o me provocan emociones fuertes.

-Anahí, baja a tomar desayuno.- grita mi madre desde la cocina.

-Ya voy mamá.- bajo las escaleras corriendo, tengo mucha hambre y sed.

Mi familia es una de las mejores, en mis años consciente nunca he visto pelear a mis padres por algo. Mi madre se ha convertido en una de las mejores abogadas en Londres y mi padre es un empresario muy exitoso.

-Hola familia.- entro a la cocina.

-Hola hija.- saludan ambos.

Mamá me sirve yogurt con cereal, es mi desayuno de todos los días, solo lo cambio por chocolate o Nutella, me bebo almenos dos litros de agua.

-Bueno yo me voy al trabajo.- habla  papá despidiéndose de todos.

-Adiós cariño, cuidate.- sonríe mamá dándole un beso, uhg.

Como rápido para no llegar tarde, hoy entro a las 10, pero tengo que llevar al fastidioso de Matías que aún está en la prepa y entra a las 8:30.

-Vamos pitufo o te van a dejar afuera.- tomo mi cámara.

-No me llames pitufo, soy más alto que tu.- sube las escaleras.

-Hija a que hora llegaste anoche, dímelo por favor.- pregunta mamá con una tasa de café en la mano.

Joder, pensé que no lo había notado.

-Llegué a las 11 más o menos.

-A mi no me engañas a lo mejor a tu padre sí pero a mi no, dime la verdad a que hora llegaste.- me mira con esa mirada que te acusa.- Además te acabas de tomar 2 litros de agua, está más que claro que anoche tomaste alcohol.

Por qué las madres siempre descubren todo, a ellas no se les puede mentir.

-Está bien, llegué como a las 4, pero no te enojes, te prometo que no se volverá a repetir, fue sólo un poco de tequila nada más.- sonrío con cara de perrito.

-Bien hija, pero trata de que no se entere tu padre, anoche le tuve que mentir diciéndole que ya habías llegado, no quiero que se vuelva a repetir, una persona borracha puede cometer muchas locuras.

-Gracias mamá eres la mejor.- la  abrazo.

-Yo también quiero abrazo.- dice Matías bajando corriendo las escaleras.

Los adoro sin duda, abrazo de tres.

-Son lo mas bello que tengo, aún recuerdo cuando les cambiaba pañales, eran tan pequeños, los quiero demasiado hijos.- nos mira mamá emocionada.

Mamá es muy guapa, es delgada y alta, parece como si tuviera 30 años.

-Vamos pitufo.- le golpeo la espalda.

-Por enésima vez, soy más alto que tú.- habla tratando de estar enojado.

-Eras más alto, pero para mi siempre serás mi pitufo.

Me gusta mucho molestarlo, es tan adorable, lo único que no me gusta es que es un mujeriego y odio que hagan sufrir a las mujeres, no nos merecemos un hombre así.

Subo a mi auto, me lo dio papá cuando cumplí 18, lo cuido mucho. También tengo una moto, me la compré con el dinero que junté en unas vacaciones trabajando en la oficina de mi madre.

Llegamos justo cuando tocan el timbre para entrar.

-Adiós hermanita, podrías evitar venir a dejarme si me pasaras tu moto, piénsalo, a esta hora estarías durmiendo, así no se notarían tanto esas ojeras que tienes.- ríe saliendo del auto.

-Eso nunca, el día en que te pase mi moto será en tus sueños, así que sufre por el momento.

-No seas una amargada, mejor fumate un cigarrillo.- saca uno de su bolsillo.

-Matías, que te he dicho de esto, no puedes fumar no te hace bien, ni menos aquí en frente de tu colegio.- se lo quito de las manos.

-Vale hermanita, pero tu no tienes que  enborracharte.- se despide.

-Adiós.- acelero del lugar.

Se supone que debo darle el ejemplo a mi hermano, pero algo está mal en mí, tengo un vacío en mi pecho que no logro comprender y termino ahogando mis penas en alcohol.
Necesito un remedio para el maldito dolor de cabeza, me está matando y las ojeras aún no se van. Además supe que hoy llega un nuevo integrante a la carrera de dibujo es un interesante caso, debo estar radiante.

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Anahi en multimedia

Espero que les haya gustado el primer capítulo, está algo fome pero créanme que del segundo para allá se viene lo bueno, él estúpido llega a su vida.

Son cortos, pero buenos.

Actualizaré todos los lunes y viernes.

Eres Un Estúpido Pero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora