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Hay un brillo especial en su mirada azul que no puedo explicar, pero me hace sentir bien y no puedo evitar sonreír.

- Nena, estoy hablando enserio.

¿Nena? ¿Acaba de llamarme nena?

- Estás loco, ¿cómo vamos a irnos? 

- Es fácil. Vamos a casa y esta noche esperamos a que nuestros padres se duerman. Entonces cogemos algo de ropa en un par de mochilas y nos vamos con la furgoneta. Podemos pasar las noches aquí hasta que encontremos algún sitio para dormir, si echo los asientos para atrás podemos improvisar una cama temporal y puedo llevarme la guitarra para tocar en la calle y conseguir algo de dinero.

- Estás jodidamente loco.

- Vamos Greta. Puede ser genial. -sus manos se aferran a mis brazos.

El entusiasmo en su voz es igual al que tiene un niño el día antes de Navidad. Está hablándome muy enserio y la idea me atrae muchísimo. Siempre he querido ir a Seattle y la idea de vivir allí me fascina. Somos dos veinteañeros sin trabajo que no quieren seguir estudiando y están ansiosos por salir de un pueblo como Aberdeen, así que ¿por qué no?

- Está bien. -río.

- ¿De verdad? -exclama para a continuación abrazarme fuerte.

Inspiro hondo su aroma, creo que nunca me voy a cansar de este olor.

Kurt comienza a conducir hasta llegar a la que iba a ser nuestra casa por última vez. Ambos nos bajamos del coche y nos ponemos en el rol de simples hermanastros que han comenzado a llevarse bien.

Más bien de lo que nuestros padres podrían llegar a pensar.

Entramos en casa y al parecer no hay nadie, así que subimos a nuestras habitaciones para hacer el correspondiente equipaje.

Tras una cena llena de miradas de tensión y sin articular una sola palabra nos levantamos a la vez de la mesa y damos las buenas noches para subir al piso de arriba. Cuando termino de subir, Kurt se abalanza literalmente donde mí agarrándome el culo de nuevo.

- Ya te he dicho que no me pongas el culo en la cara si no quieres provocarme y que te lo toque.

- ¿Y a ti quién te ha dicho que no quiero que lo hagas? -río y le muerdo el labio.

Él me besa lentamente.

- A las 3 vengo a por ti. -sonríe.

Asiento y entro a mi habitación.

No voy a negar que estoy nerviosa, pero a la vez muy emocionada. Sé que esto va a ser fantástico.

Me tumbo en la cama mirando al techo luchando por no dormirme y comienzo a imaginar la cantidad de aventuras que llegaremos a vivir los dos juntos en una ciudad como Seattle.

Pero se me ocurre la idea de dejar una nota:

Querida mamá y Don. Queremos que sepáis que Kurt no va a ser padre, todo ha sido un malentendido, pero de todos modos podéis estar tranquilos porque él se va a ir de casa. Y yo me voy a ir con él. No os vamos a decir donde vamos. No nos busquéis. Sabemos que vais a estar mejor sin nosotros ya que al parecer sólo os causamos problemas y somos una gran molestia. Lo sentimos por todo o mejor dicho... ¡que os jodan!

Greta y Kurt.

Antes de darme cuenta, Kurt tocó suavemente la puerta de mi habitación y corrí a abrirle.

- ¿Estás lista?

¿Ya son las tres?

Efectivamente, el reloj de mi muñeca responde a mis preguntas y asiento a Kurt. Recojo mi mochila y agarro la mano que Kurt me estaba tendiendo. Me encanta sentir su piel.

Seasons in the sun [ESPAÑOL & ENGLISH VERSION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora