Crónicas del venidero ©

Capítulo 33 (Parte 2)

     A continuación, Abraham, Chris y James regresan a la finca antes del medio día. Son las 11:31.

(Punto de vista de Matt)

     —¿Quiénes son ustedes?...
     Realizo la pregunta inquietante, los hombres sobre las fuertes ramas de unos árboles lo observan. Son tal vez 20 hombres y mujeres dispersados a cada lado de él, rodeándolo.
     —No quiero problemas...
     —Nosotros tampoco. —habla uno de ellos. Un hombre alto, robusto de cabello rubio. Totalmente prudente.
     —... ¿Entonces que quieren aquí?
     —Aguardamos a que esas cosas se vayan.
     —Solo son tres... —afirmo Matt.
     —Sí —contrarrestando—, solo que eso de allí pueden levantar un arma e incluso dispararla. Por eso no les hacemos nada. Son simples seres "humanos"-criaturas que buscan vivir en paz.
     —... ¿Y al resto?
     —¿Hombres?... Entre menos existan...más oxigeno gozaremos.
[...]
      Matt se pone a especular. 
      —... Existe un grupo de personas. Son gente común así como éramos nosotros antes, pero podrían servirnos como no tienen idea.
      De repente salta un hombre (blanco de cabello corto rojizo y masculino) cargando mediante una correa (atravesada) una titánica ametralladora (de tipo MG-42), y aterriza elegantemente sobre el suelo. Sostiene el bestial instrumento del que su munición apilada cuelga como barboquejo. Y este indudable prorrumpe la siente frase: —Lo que nos diferencia al resto de los grupos de MIERDA de personas... es que no matamos inocentes.
      Y Matt le contesta: —Ya te dije que son iguales a nosotros. Y mataron a mi grupo hace tiempo.
      —¿Planeas vengarte? —lo piensa dos veces.
      —No. No. —aclara.
      —...
      —Planeo dejarlos como ellos me hicieron.
      —Eso es lo mismo —aseguró el primer hombre que hablo al principio.
      —Cállate, Edgar —lo silencia el pelirrojo—. Escucha con atención.
      —En serio —nervioso—. ¿Qué dicen?
      —Right-O. Así que iremos. De cualquier forma, son gente sencilla como has dicho.

(Estate's Colbert)

      —¿Cuántos más deben morir? —Abraham fastidiado—. Ni siquiera aquí podemos sentirnos bien.  ¡Solo fue un segundo y todo regreso a como era antes!
      —¿Qué podemos hacer... —plantea Lenny.
      —No —Jacqueline lo interrumpe—, que es lo que debemos hacer. Ya no hay tiempo.

(Carretera Stationary Hill)

      —¿Qué diremos cuando lleguemos?
      —No lo sé, Chris. Creo que la verdad.
      —¿Y cuál es? —James, sonriente, la desvanece Abraham con el comentario su felicidad.
      —No hay otra forma.
      Y James mira por su retrovisor.

(Estate's Colbert)

    —Bien. Tenemos lista una camioneta con algunos materiales para rato;  y podríamos llegar.
    —Greg. Disculpa; no establezco nuestra salida. —dice Fany.
    —Papá, escúchalos. —le pide su hijo.
    —Yo opino que estoy de acuerdo —afirmo James—. Y créanlo, tiene lógica lo que argumenta.
    —¿Pero?... —Mónica espera el "pero".
    —...Pero cambiaremos de casa. Estaremos a salvo.
    —ESO ES IMPOSIBLE.
    —¡Eso no puede ser! —Mia se asusta.
    —¿Greg, cómo crees que podríamos irnos todos? —se frustro Crystal.
    —Abraham. —susurra Claudia sujetándolo a él del brazo. Preocupada.
    —¡No es buena idea!
    —(Chris) Y si...intentamos ir por...  
    —Silencio —Mónica lo cubre—. Hay que proponer ideas. 
    Y Chris la mira directo.
    —(Lenny) Yo opino que...
     —¿Kevin, qué dices? —Greg dice a su yerno. Y Kevin lo ve pavoroso. Espera un breve tiempo y después dice: —... Cuando fuimos...—titubeando. Y "¡CÁLLENCE!, Summer lo interrumpe de pronto.