Crónicas del venidero ©

• Capítulo 33

"Un último salto"
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     —Cuando era pequeña —una voz de mujer joven— mi hermano fue enviado a prisión.
     Un chico usando ropa de penitenciaria camina entre decenas de personas.
     —Todos —sigue narrando— me decían que él había muerto a los primero días de habérselo llevado...
     ¡El chico (antes de todo) dispara un rifle automatico a mitad de su escuela ayudando a sacar a sus compañeros mientras el lugar es tomado!
      —... pero nunca permití me convencieran de ello.
      El chico (después de) se despide de todos sus conocidos en un juzgado, aunque estos lo ignoren tras haberlos salvado.
      Y la mujer termina de hablar.
—No se los permití —dijo, mientras recuerda la última vez lo que vio—. Nunca decidí creerles.

14 años después...

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Carretera 02,
En las Afueras de
Stationary Hill

     Hay algunos árboles grandes a cada lado de la autovía, y el vehículo púrpura esta estacionado en un callejón alado de una casa. James, camina lentamente hacia la mujer quien lo ha llamado por su nombre real. Y él bien sabe que a nadie del presente os lo ha dicho. (...) Camina con la idea de que esa mujer sea Alma. El miedo lo hace que quiera asegurarse...en parte. Fuera de todo, ella no lo dejo solo.
     Él avanza con temor ¡pero temor al no saber cómo reaccionar ante ella!... sus pupilas se encogen, y su mandíbula inferior comienza a temblar extasiado. "Sus manos...sus dedos temblequean vibrando casi diciendo ABRAZAME... y qué no puedo creerlo...".
     Los dos amigos de James lo observan EXCEPCIONAL, nunca lo habían visto así. Ellos no saben de quien se trata: es una mujer joven, de ojos idénticos a los de James, labios rojos carnosos y bellos, cabello largo color castaño casi rubio; de hermosa figura y estatura promedio. Vestida como un chico cualquier, a excepción del mini-short, y gabardina; sigue resultado ser como tal, PERFECTA. "Como siempre lo ha sido". ...NO. No es Alma. Es alguien por completo distinta y sumamente mucho MÁS especial. ...«No puede compararse con nadie.»
     —...Tú--tú... —tartamudea—; no puedo creerlo... —ES IMPOSIBLE; de la emoción, comienza a llorar, enunciando la temerosa pregunta: —... ¿Tú eres Emily?... —nervioso. Y vuelve a preguntar: —. ¿Eres tú, Emily...?...
     Y sí, "¡SOY YO, Hermano! ¡Soy Emily!", ella responde... corriendo a abrazarlo fugazmente. Besándolo en todo su rostro e incluso hasta en los labios no pudiendo contener la EMOCIÓN.
     —No puedo creerlo. Eres tú, bebe. —contento—. Eres tú... —IMPACTADO.
     —Después de todos estos años... y nunca les creí que estuvieses...; ¡Estás bien...Y LIBRE!
     —...Cómo puede ser cierto...
     —Te amo, James. Creí haberte perdido...y no sabes cuantas veces llore por ti, hermanito.
      —Yo pasé lo mismo... Mam njá nunca me fue a visitar, y jamás nadie me dijo que estabas a salvo. ...¿Dónde estabas ese día?...
      —(...) Yo fui a casa de una persona, muy especial en mi vida hasta ahora, y no...sabía que sucedía hasta que...Lorraine, me dijo que te habían llevado a...
     —Pues no sabes cómo agradezco hayas tomado esa decisión. 
      —Pero te costó mucho dolor, quiero pensar.
      —Claro que sí. Pero valió la pena ya que el volver a verte me revivió por completo. Te amo, Hermanita.
      —...Y dónde estuviste, cuando todo el mundo se volvió loco?...
      —"En casa"... viviendo bien...con mis nuevos amigos. Aunque algunos ya no estén.
      Los amigos de Emily escuchan atentos. Y los amigos de James por igual.
      —... Cuántos cumpleaños...debiste pasar sin nosotros...
      —Ya te dije, valieron la pena... Así como tu el que te fueses con ese amigo.
      —...¿Quisieras hablarle?...
      —Con gusto...desde luego que sí. —esmerado.
      Los amigos de Emily atienden a una chica, quien es la persona que viaja grave. Al parecer en su grupo hay un medico como en el de Abraham.
      James escucha que a su alrededor cuchichean todos después de que Emily preguntase ello. Y ella levanta la voz. —¡Charly! —llama a dicha persona—... ¡Ven, quiero que conozcas a alguien! —sonrojada.
      Mientras, James admira los dos autos deportivos que traía el grupo. Y se da cuenta que el purpura es de su hermana. Pensando en voz alta: "Tuviste cuidado. Con estos autos...ningún RoadRunner te perseguiría", confiado. Entonces oye los pasos de esa persona, y él desea ver a un tipo fuerte y honesto, con el que pueda sentirse "seguro", que su hermanita seguiría bien.
      Y cuando llega esta, no puede con la carcajada que emana en él, como resultado a la plática que tuvo con sus amigos, de camino aquí.
      —...James... —él se rasca el cabello— Ella es Charlize. Y...es mi esposa. —sujetándose de las manos (ambas).
      Y él se queda sin palabras...riéndose levemente al no poder creerlo, pero en el sentido...de satisfaces. Al ver desde luego, a su hermana Emily, feliz.
      —Edward James Lewis —la saluda—. Un placer. —extendiendo su mano.
      —Charlize Grimes —dijo con voz suave—. Es un gran honor para mi poder conocerte... después de todo.
      —Lo mismo digo —estrechando su mano—. Y... te agradezco hayas cuidado de mi Emily. —viendo una escopeta con agarre de pistola al hombro de ella. Esperando siempre la lleve consigo.
      —...¿De dónde vienen, tesoro? —pregunta Emily con su voz tierna, de siempre. Ambas son muy femeninas.
      —De una Finca. ...Antes, de un Hotel. Y mucho después... no sabremos.
      —Vengan con nosotros... —dicen ellas—. Podremos ir de igual manera.
      —¿A qué lugar se refieren? —atento.
      —A una Ciudad —el hombre del auto verde se acerca diciendo—, más allá de la región montañosa. Todos debemos llegar.
—¿Pero hay un pero, no?... —James se adelanta. Y el tipo aprieta los labios. Pensando en lo que dirá.