III. Un misterio tras la puerta (Pt. 1)

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Pasaron unas horas y André aún piloteaba el barco. Idas y retornos desde las estrellas hasta las costas pasando por los grandes océanos; y hasta la fecha, con cierto grado de optimismo, André continuaba viendo en su trabajo un ambiente cálido y entretenido; la compañía de su padre lo hacía sentir bastante alegre... pero la verdad es que por pequeños ratos, André caía en un estado de sentirse incompleto esforzándose por no demostrarlo; había sido fuerte hasta la fecha y no le había hecho saber nada de esto a su padre, pues no quería que este pensara que su compañía no era lo bastante importante como para cubrir todo su pasado. Ciertamente la actitud de su padre demostraba todo lo contrario, pero André ya había deducido con anterioridad las razones del porqué a su padre parecía no importarle nada.

André se encontraba dirigiendo el barco por el espacio, tratando inútilmente de alcanzar a un extraño y gigantesco brillo a lo lejos, "tal vez sea un misterioso planeta" era lo que pensaba, pero sabía de antemano que al igual que las estrellas y cualquier caso anterior, no lograría alcanzarlo... aun así le gustaba intentar.

- ¿Cómo se encuentra todo Capitán?

Fue lo que enunció el padre de André quien ya se había despertado de su larga siesta, este se colocó los zapatos y el sombrero, hizo algunos estiramientos de brazos y se dirigió hasta donde André se encontraba tomando el timón.

- ¡Todo en orden Capitán! – respondió André y nuevamente le hizo presente su saludo.

- ¿Gustas que conduzca yo ahora?

- No gracias – afirmó – aún no estoy cansado.

- Entonces ¿puedo acompañarlo capitán?

- ¡Será un placer Capitán! – exclamó André.

Con André aún al timón, fue el padre esta vez quien se posicionó a un costado de él tomando la palanca de velocidades...

- ¡Reduzca la velocidad marinero! – ordenó André.

- ¡Como usted ordene jefe!

El padre de André acató la orden muy amablemente, y fue él quien esta vez saludó con una mano firme en la ceja. El juego de los marineros era algo que tanto padre e hijo disfrutaban a diario sin sentir el más mínimo aburrimiento, no importaban los roles, la improvisación resultaba siempre natural e impecable...

- ¿Cuál es nuestro destino capitán? – preguntó el padre de André.

- ¡Nos dirigimos a ese gigante planeta brillante marinero! – señaló André con el índice al lugar que se refería.

El padre de André alzó la mirada visualizando el lugar que su hijo indicaba, y percatándose de un detalle, advirtió con cautela...

- Ese es el SOL capitán.

André levantó muy bien la mirada por la sorpresa y percatándose de su gracioso error, padre e hijo se soltaron a reír hasta casi lagrimear.

- Mejor cambiamos de ruta, marinero – dijo André limpiándose una lágrima por el ataque de risa.

- Direccionando a un nuevo "planeta" astronauta André – indicó el padre quien aún no paraba de reír.

- Y a uno menos caliente.

Las risas no paraban, padre e hijo continuaron jugando unos minutos más hasta que de pronto la alarma empezó a sonar, debían retornar en busca del próximo pasajero.

Donde los deseos nacen // MADLV (2da. Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora