Hubo un largo e incómodo silencio en la oficina del mayordomo; el "Gran sirviente" se disponía a evaluar el comportamiento de aquellos dos rebeldes sirvientes; un improvisado juicio iba a dar inicio.
El mayordomo se hallaba sentado en su gran sillón frente a su escritorio; del otro lado de este se encontraban André y Carlos sentados en una silla cada uno; mientras que Arní, con una postura de soldado se hallaba de pie junto al Gran sirviente. El rostro del mayordomo mirándolos cara a cara a estos muchachitos, era la de una leve rabia y decepción; Carlos mostraba una actitud de indiferencia a la situación; Arní tenía la mirada fija en André, este último entrelazaba sus dedos y agachaba la mirada hacia sus propias rodillas por la vergüenza; sobre el escritorio reposaba su cuaderno cerrado. El mayordomo se quitó el sombrero solo para alborotarse los cabellos debido a la incomprensión por las acciones de André. La tensión para este último era desesperante...
- No entiendo – dijo el mayordomo dirigiéndose a ambos – juro que no entiendo.
André hacía todo lo posible para evitar mirar directamente al Gran sirviente; en su lugar, miraba de reojo a Carlos, este último tenía los brazos cruzados y estaba jugando con sus piernas casi colgando de la silla. Con un tono más elevado pero sin gritar, el mayordomo les preguntó abiertamente...
- ¡¿Por qué?!
Carlos desvió la mirada, aunque sutilmente trataba de no mostrar una falta de respeto; André sintió no poder actuar de la misma forma, así que con cierto titubeo respondió, haciendo otra pregunta...
- ¿A qué se refiere mayor...? ¡Disculpe! – corrigió de inmediato - ¿a qué se refiere Gran sirviente?
Con un largo respiro el Gran sirviente aclaró...
- A todo... ¡me refiero a todo! – el hombre jugaba con las pausas - ¿por qué? ¿Qué pasó? ¿en qué pensaron? – fijando la mirada solo en André, preguntó con bastante énfasis - ¡¿en qué pensabas tú?!
André se avergonzó aún más, sus mejillas se enrojecieron demasiado, este agachó la mirada y tentando nuevamente a mirar disimuladamente a Carlos, pudo ver a este observándolo con una leve sonrisa malévola y haciéndole señales con el fruncido de sus cejas, alegando que le causaba gracia el verlo siendo reprendido. El mayordomo volvió a retomar la calma con una serie de ejercicios de respiración; con mucho esfuerzo trataba de mostrarse empático, pero esto no indicaba que no podía llegar a ser lo bastante severo.
- Iremos por partes ¿de acuerdo?... seré paciente y los escucharé... y de acuerdo a cuáles hayan sido los motivos de sus acciones, sabré cómo actuar al respecto... – inclinándose un poco hacia ellos, alzó la voz y dejó muy en claro lo siguiente –...pero no esperen a que sea demasiado condescendiente, y pobre si alguno de ustedes no habla con la verdad ¿me entendieron?
André solo atinó a asentir con la cabeza, mientras que Carlos, para evitarse algún tipo de regaño, entonó con un fuerte "Sí", pues no era ningún tonto según él, este planeaba ser un "lame suelas" con el mayordomo en todo lo que se dijera.
- Muy bien, ya que quedó claro esto... - el mayordomo se dirigió a André - ...empezaremos primeramente contigo hijo.
Ni siquiera André aprovechó el silencio inicial para aclarar sus ideas y tratar de pensar en los detalles que podía revelar sin sentir culpa, ahora solo debía esperar lo mejor. Pensó en que debía ser honesto y nada más; pero la intensa mirada eufórica de Arní puesta sobre él, lo hicieron salirse de su sentido común.
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Donde los deseos nacen // MADLV (2da. Parte)
FantasySegunda parte de la saga "Más allá de la Vida" Después de los trágicos sucesos ocurridos en el valle donde vivió, André finalmente encuentra un momento de paz junto a su padre, siendo ahora ambos responsables de un trabajo muy especial en el 'cielo...