Y cuando nada parecía tener sentido... Llegaste tú.Dos almas heridas y atormentadas, que sin saber que buscaban algo lo encontraron todo.
—No te cambiaría por nadie, aunque nuestro mundo se destruya, aunque estés lejos, aunque estemos mal y las cosas no funcionen, no importa lo que suceda, siempre serás tú—dice acariciando mi mejilla y dándome una sonrisa que hace que junto a sus palabras mi corazón salte de alegría—nunca lo olvides.
×Siempre serás tú×
Allí me encontraba, en aquel lugar el lugar que cambió de manera drástica mi vida. Los hechos sucedían de manera lenta, mientras lo inevitable sucedía podía presenciar todo, como poco a poco mi vida se transformaba sin que yo pudiese hacer algo al respecto. Mi corazón latía con fuerza, mi respiración era irregular y las lágrimas caían por mis mejillas de manera descontrolada.
Hasta que todo acabó. Desperté dándome cuenta de que todo había sido producto de una pesadilla, una horrible pesadilla. Mi cuerpo estaba sudando horriblemente y me encontraba tratando de normalizar mi respiración. No sé porque me extraña si desde lo que sucedió las pesadillas me acompañan en mis solitarias noches. Por más tiempo que pase aún no logro superar lo que sucedió esa noche. Vivo culpando me día a día, por lo que sucedió.
El insomnio y el miedo de volver a tener la misma pesadilla logran hacer que no vuelva a dormir, la pesadilla no sólo logro que los recuerdos me invadieran si no también logro esfumar mi sueño.
La hora en la que normalmente me levanto para ir al instituto llegó, me dirijo hacia el cuarto del baño para tomar una relajante ducha.
Miró mi reflejo en el espejo y me siento realmente satisfecha con el atuendo que escogí el cual consta de unos pants marrón los cuales tienen en su parte superior un nudo, un crop top blanco de tiras, unos tacones marrón y por último, un bolso color beige.
Guardo lo indispensable en el bolso y me dirijo a la cocina a hacerme algo para desayunar. Recuerdo que chachis pidió la semana libre y que no tengo ánimos de hacer absolutamente nada así que desayuno cereal y leche.
Mientras tomo mi poco preparado desayuno, me doy cuenta de que mi padre no está, la sorpresa no es un sentimiento que este ha ido presencia. Si analizo los últimos meses, suele salir de viaje con constancia.
Lavo el plato en el fregadero y camino hacia mi habitación a cepillar mis dientes, subo dos escalones y escucho una voz ronca detrás de mi, aprieto la baranda de las escaleras mientras giro sobre mi eje para quedar así frente a ella.
Al parecer no se acaba de despertar, ya que esta vestida de manera formal deduzco que tal vez tiene una conferencia—Kendall, aún me pregunto ¿por qué tuviste que haber nacido?—parpadeo de seguido en un inútil intento de creer que sólo alucine, la decepción cruza mi torrente sanguíneo al percatarme de que lo que escuché, fue lo que la mujer frente a mí, dijo.
—Me hubiese gustado no ser hija de una mujer como tú—parece algo sorprendida, sus hombros se tensan. Desde donde estoy puedo notar sus pronunciadas ojeras. Sus ojos se ven más opacos de lo normal y aquel brillo que solían tener a desaparecido.
—Lo que sucedió con Gabriel fue tu culpa, tu maldita culpa—aunque esta clase de comentarios podrían decirse que son normales en mi diario vivir, no puedo evitar sentir una punzada de dolor cada que vez que ella los hace. No se alcanza a imaginar el poder que tienen sus palabras sobre mi. Este comentario en especial me dolió, ella no se alcanza a imaginar lo mucho que sufrí esa noche y las siguientes a esa.
—Tengo que irme—ella parece algo desconcertada pero luego vuelve a esa postura fría. Aveces deseo con tanta fuerza que ella fuese diferente que su reacción ante lo que sucedió hubiese sido distinta. La necesito, la he necesitado todo estos años. Esta es la hora y ella aún no tiene ni idea de lo que he sufrido. Ella no se alcanza ni a imaginar lo que sucedió después de esa noche.
La dejo ahí, con la palabra en la boca. No me aparece empezar la mañana de esta manera, con sus crueles comentarios, ella no se inmuta en ningún momento y es algo que llega a sorprenderme, la frialdad con la que me habla, con la que me mira.
¿Cómo puede decirme tales cosas sin sentir remordimiento alguno? Si, me equivoque, pero era solo una niña, hasta que ese hombre, aquel hombre que me arruino, aquel hombre que aún sigo maldiciendo. Me lo guarde por mucho tiempo pero no era capaz de seguir, no podía, simplemente era algo que me sobrepasaba. No le podía seguir mintiendo, no a él.
Él me hacía sentirme segura, protegida y en ese momento creí que decirle la verdad sería la solución que así ya no seguiría sufriendo. Que egoísta fui, quería que él hiciera que ese hombre se detuviera pero las cosas no salieron como lo esperaba, todo terminó realmente mal.
Ni mi madre, ni mi padre se han enterado hasta el momento todo lo que viví en los últimos años, todo lo que sufrí. Porque desde que ese hombre apareció en nuestras vidas, hizo de mí vida un infierno y terminó de convertirse en un infierno en el momento en el que sucedió todo. Esa maldita noche. Debí de haber seguido guardando silencio, debí de seguir callando, pero no, por el contrario fui una tonta, una tonta por pensar que él me podía salvar de aquello. Ese hombre, ese hombre no tiene corazón.
Desearía que mis padres me apoyaran y me desmontraran algo de cariño. Es triste crecer sin él afecto de tus padres, sin el apoyo de nadie, sin alguien que te diga "estoy orgulloso de ti" alguien que te enseñe que esta bien y que esta mal.
Lamentablemente mi vida se baso en aprender por la malas que es lo correcto, era una niña, no tenía el conocimiento necesario para distinguir la maldad. Tan tonta, tan ingenua, tan inocente esos eran los adjetivos que me calificaban en ese entonces. Luego lo conocí a él, pensé que las cosas por fin cambiarían. Por fin, después de tanto tiempo me sentí querida, sentí que alguien le importaba lo que a mi me sucedía pero por el contrario, conocerlo me trajo desgracias.
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Siempre serás tú. ¡Editando! #PGP2018
Teen FictionTodas las personas estamos marcadas por un pasado. Muchos aprenden a vivir sin estar atados a él, viviendo el presente. También existimos nosotros para quienes nuestros pasado es aquella etapa que marco nuestra vida para siempre, aquella etapa que j...